10 días exprimiendo el iPhone 15: a pesar de todo, es buen año para renovarlo

Si alguien, quien sea, le está dando vueltas a la cabeza y piensa en jubilar su iPhone 14, 13 o 12 y cambiarlo por un iPhone 15 y viene aquí buscando ese consejo o una frase que le dé pie a pensar que es una buena decisión hacerlo que se olvide. No va a encontrar en este texto donde rebañar. Partiendo de la premisa que cada uno hace con su dinero lo que le venga en gana, mi punto de vista, después de tantos teléfonos de Apple probados, es que estos modelos tienen todavía horas de vuelo por delante.

El mejor indicador para saber si toca renovarlo o no es tu propia satisfacción. ¿Estás contento con tu iPhone? Sigue con él. ¿Se le ha roto alguna tripa que hace que el teléfono vaya tremendamente lento y eso te trae por la calle de la amargura? Pues da el salto a un iPhone 15. O a un 14. O un 13, que sigue siendo todavía una opción a tener en cuenta como explicaré un poco más adelante. Porque, a pesar de todo lo que se le puede afear a Apple, se ha quedado un buen año para los que les toque renovarlo este año.

Si tu problema es la batería, dos consejos. No subas un vídeo armando un drama a TikTok; y dos, valora cambiarla en el servicio técnico oficial, que igual te sale a cuenta dependiendo el modelo. Dicho esto empecemos a hablar de lo que ofrece la nueva generación de iPhones mundanos, los que no llevan el apellido Pro. Los pata negra siguen en nuestra mesa de pruebas y publicaremos nuestras impresiones los próximos días.

La manzana ha vuelto a jugar con la fórmula que jugó el pasado año. Tenemos el iPhone 15 a secas, con una diagonal de pantalla de 6,1 pulgadas; así como el iPhone 15 Plus, que no es más que un modelo con pantalla remozada hasta las 6,7 pulgadas, porque más allá del tamaño (algo que influye en la batería, por supuesto) comparten la misma hoja de especificaciones.

Esta estrategia ha sido la confirmación definitiva de que el iPhone Mini ha muerto. Al final no hay tanta gente como parecía que esté dispuesta a asumir una autonomía menor a cambio de tener un terminal más compacto. Así que este móvil, hasta que alguien revolucione la tecnología de baterías, pasará al cajón de ‘Grandes ideas sobre el papel que tropezaron cuando se hicieron realidad’. Si alguien encuentra un iPhone 13 Mini tirado de precio y se lo plantea: cómpratelo sabiendo las limitaciones de su batería.

Parecen más nuevos de lo que son

El iPhone 15 y su hermano mayor, el 15 Plus, lucen más nuevos de lo que realmente son. ¿Qué pasa? ¿Que no son móviles de 2023? Sí, son nuevos. Y tienen cambios de los que se ven a simple vista, que realmente es lo que gusta al que se compra un móvil de última generación. Si me voy a dejar los cuartos, que se vea que me los he dejado bien. Esos cambios son la isla dinámica, un nuevo acabado trasero y el USB tipo C.

Vayamos por partes. Primero, la isla dinámica. Su llegada al iPhone 15 significa también la muerte de notch, esa ceja que Apple se sacó de la manga con el iPhone X para poder recortar los marcos de la parte frontal y a la vez alojar toda la maquinaria necesaria para hacer funcionar el Face ID, su sistema de reconocimiento facial, que sigue siendo el más solvente del mercado.

Pero esta función, donde ese espacio se estira y se contrae para ver quién llama sin ocuparte toda la pantalla, para ver cuánto le queda al Uber o al Glovo que has pedido o para acceder a la reproducción de Apple Music sin tener que salir de la app que tienes abierta, era un truco conocido del año pasado, que se estrenó con el iPhone 14 Pro. ¿Le sienta bien? Por supuesto. ¿Te cambia la vida o la experiencia de usar un móvil? En absoluto, por mucho entusiasmo que le pongan en las keynote cuando hablan de ella. En este sentido, en el de facilitar el uso del terminal, me parece mucho más interesante la propuesta del botón de acción de los iPhone 15 Pro. Pero ya tocará hablar de eso.

De los cambios físicos, el mejor es el acabado de la parte trasera

Sobre el nuevo acabado decir que es tremendamente agradable al tacto. Se trata de una suerte de cristal templado y pulido que produce muy buena sensación en la mano. Pero no solo eso. Han optado por unos tonos pastel que generan sorpresa y dejan un muy buen poso de primeras. Y eso es difícil en una industria, la de los smartphones, en donde hay tanta gente experimentando y haciendo probaturas con los colores y los acabados.

Cuando saqué de la caja el verde que nos cedieron para esta prueba pensé que era el teléfono más bonito que había pasado por mis manos. El cuerpo me pedía llevarlo sin funda. Luego me lo pensé mejor y lo cubrí. Dicho esto, también me he preguntado mucho estos días si con el paso de los meses me cansaría de este color y preferiría algo más neutro. En el aspecto del diseño, pocas anotaciones hay que hacer más que recordar que cuenta con IP68.

Lo del USB Tipo C no es lo que más me enfada

El otro gran cambio en el fuselaje de este iPhone 15 es el USB tipo C. No tiene más historia. La UE ha forzado, legislación mediante, a que Apple adopte un estándar internacional. ¡Chimpún! No hay que darle mucha vuelta. Sobre la limitación de las capacidades del puerto en este sentido dos apuntes: muchos otros lo hacen y aquí hasta puedo llegar a comprenderlo. Si alguien va a poder exprimir la mayor tasa de transferencia que ofrece el Pro es gente que utilice el terminal para grabar en ProRES o para transmitir directamente a un ordenador la imagen.

El iPhone 15 está pensado, al menos sobre el papel, para un usuario menos exigente en este apartado. Aun así, tanto el 15 normal como el Plus soportan conectarse a una pantalla externa. Yo en la oficina lo he utilizado para conectarme a una videoconferencia con la app de Meet. Enchufaba el iPhone con el cable USB tipo C del monitor y el teléfono me hacía las veces de cámara y de interfaz, Mientras tanto podía seguir trabajando a pantalla completa en mi portátil. En estos casos se ha calentado levemente, pero nada que ver con cómo se ha calentado el iPhone 15 Pro Max cuando he hecho eso mismo.

Junto al puerto, por cierto, volvemos a tener los altavoces estéreo, que, según mi impresión, han mejorado frente a los anteriores modelos. Si vienes de un iPhone 11 o un Xr, por supuesto, el salto de calidad que vas a notar es mayúsculo.

Como decía, las limitaciones del USB tipo C no me producen excesivo rechazo. Sin embargo, lo que me produce más rechazo son los recortes en la pantalla. Especialmente que la función de siempre encendida (always on display, en inglés) sea un lujo solo reservado para los que se compran los modelos Pro.

Es cierto que si nunca has probado un móvil de 120Hz o 90Hz y vuelves a comprarte uno de 60Hz no vas a echar de menos nada. Pero que un móvil de más de 950 euros siga anclado en esa especificación en 2023, por mucho iOS y mucha experiencia diferencial que proporcione el sistema operativo, no es en absoluto lógico.

Por desgracia, esto no debería sorprender a nadie. Son las cosas de la cofradía del puño cerrado versión de Cupertino. El argumento que probablemente esgriman a estas alturas de la película es que ese cambio probablemente impactaría en la batería. Hay manera de optimizarlo e, incluso, si no las hubiera, da la opción al usuario de escoger. Estas prácticas de Apple solo cambiarían si se produciría una caída bestial de las compras.

Pero no va a pasar porque sus clientes ven todo esto como el mal menor. El hombre es un animal de costumbres y los usuarios de la manzana también. Por lo demás el panel sigue ofreciendo buenos colores y ángulos de visión. Ahora alcanzan un pico de 2000 nits. Esto sí es una mejora notable frente al pico de 1200 del año pasado. Es cierto que se nota cierta mejoría para ver la pantalla de forma decente cuando la luz solar te impacta. Pero también es cierto que las veces que las veces en la que te vas a encontrar un escenario tan crítico que un iPhone 13 o un iPhone 14 no pudiese gestionar no son muchísimas. Aún así, es un buen avance.

¿Por qué digo entonces que no son tan nuevos? Porque la propuesta no ha cambiado tanto. Sigue siendo un móvil que, en mi opinión, tiene muchas renuncias para el precio que tiene. Y una de ellas no es el procesador. Aunque tenga un año de antigüedad, el A16 Bionic sigue siendo un pura sangre y uno de los mejores chips que puede montar un teléfono a día de hoy. La manzana no confirma la RAM, pero ya ha salido a la luz que el iPhone 15 y el 15 Plus montan 6 GB de RAM. El rendimiento, insisto, no tiene pega alguna. Es uno de los puntos fuertes de este teléfono.

Si lo que te importa es la autonomía

Las configuraciones de almacenamiento parten en 128 GB y hay versiones de 256 y 512 GB. En Estados Unidos, ya todos los iPhone se venden sin ranura para SIM. Aquí todavía no han llegado esas modernidades (supongo que es cuestión de años), así que este terminal ofrece dual SIM, pudiendo combinar la tarjeta física con una virtual. 5G, Wifi 6 y BT 5.3 completan la carta de servicios. El iPhone 15, además de la detección de accidentes de coche, ya ofrece en España comunicación por satélite. Durante esta prueba no me ha visto en un punto tan remoto de la Península donde no tuviese cobertura. Se puede hacer una pequeña demostración desde el menú de ajustes. No pienses que es útil solo en momentos de emergencia. También puede ser útil para aficionados a la montaña que quieren tener un back up y enviar su posición constantemente a sus familiares y amigos.

¿Qué ocurre con la batería? Si la autonomía es una prioridad absoluta, por encima de todo, la compra tiene que ser la del modelo Plus. Sea el 14 Plus si optas por la generación del año pasado o el 15 Plus este año.

Con una buena carga de redes, llamadas, mails y WhatsApp, la batería me llegó hasta bien entrada la mañana del segundo día y sin ponerlo en modo avión por la noche. Al terminar la jornada me he llegado a sobrar hasta un 34% de autonomía. En cambio, en escenarios parecidos, la batería del iPhone 15 normal se quedaba entre el 10 y el 15%. Tengo la sensación de que este modelo está un pasito por detrás de su predecesor. Sin embargo, desde el punto de vista estrictamente energético, tienen más pulmón que los Pro.

La carga depende del adaptador que utilices. Si utilizas uno 20W, se te llenará la mitad del depósito en poco más de 30 minutos. Si optas por uno de mayor potencia, los ciclos se aceleran. Al contrario de lo que ocurre en el Pro, aquí no hay calentamiento ninguno, así que es lógico pensar que los episodios de sofocos que sufren los modelos más prémium tiene que ver con la elección del titanio, ya que el aumento de temperatura se produce en una zona muy localizada. También tenemos carga inalámbrica, así como la posibilidad de utilizar el cargador MagSafe.

La cámara, ¿en qué fijarse?

Con la cámara he tenido una sensación agridulce. No porque suponga un paso atrás, sino por la forma de contar las novedades. El gran avance del iPhone 15 es obtener un sensor con 48 megapíxeles de resolución.

No es el mismo procesador de 48 megapíxeles que vimos en el iPhone 14 Pro ni el que monta el iPhone 15 Pro, es más pequeño. Tiene una profundidad de campo algo mayor (f/1.6 versus f/1.8) pero el tamaño de los píxeles es menor (1 micra versus 1,22). Puede grabar hasta 4K en 60 frames y tiene estabilizador óptico. Le acompaña un ultra gran angular de 12 megapíxeles que es exactamente igual que el de anteriores generaciones.

El motivo de mi particular mosqueo, probablemente, no lo encuentren en la ficha técnica. Sabemos que Apple es una compañía que sabe utilizar las palabras y usarlas en su propio beneficio. Sabe cuándo esconderlas (huye de términos como el metaverso), pero también sabe cuándo sacarlas a pasear.

Durante la presentación del iPhone 15 insistieron en que este teléfono tenía un teleobjetivo de dos aumentos. Pensarán que con el iPhone 14, con el 13, con el 12, con el 11 o con el Xr ya podían disparar de esta manera. Y efectivamente. La supuesta diferencia es que el teleobjetivo no hace un recorte digital, sino que es un zoom óptico, con una lente diferente. El problema es que este teléfono no tiene un teleobjetivo. Lo que tiene es un sensor con mayor resolución que permite hacer un mejor recorte de la imagen, pero sigue siendo un recorte al fin y al cabo.

Una vez aclarado esto, vamos a entrar en el desempeño de la cámara. Con el sensor principal tengo la sensación que tenemos un avance destacado frente al 14 y el 13, que ofrecían resultados similares.

Los colores me parecían más vivos y menos planos y los disparos que he hecho han tenido como resultado imágenes con más detalle. Que tenga 48 megapíxeles no significa que dispare en esa resolución. Es más, el disparo tipo es de 24 megapíxeles, ya que combina una toma al máximo de resolución con una toma a 12. Siempre se puede ajustar. Por norma, dispara en 4:3, pero es muy fácil cambiarlo en ajustes si prefieres una foto de 16:9.

Hay un avance notable en los retratos, pero eso es gracias a iOS 17. Cuando se sacan fotos en las que haya un perro o un humano como protagonista se capta información aunque no se esté utilizando el modo retrato. Eso nos permite a posteriori, escoger otro punto de enfoque o difuminar el fondo. El resultado es muy pintón, pero me sigue pareciendo que está a rebufo de los Pixel de Google.

La pega es que el ultra gran angular sigue siendo el del año pasado. Me parece que cumple decentemente, pero tiene margen de mejora. Además no cuenta con el enfoque macro de los Pro. Si eres creador de contenido o estás pensando en Instagram, siempre que hablo de la cámara recuerdo lo mismo. Los iPhone juegan con un puntito de ventaja porque la app está mejor optimizada y la foto no se rompe tanto al procesarla para redes sociales. En calidad de video (aquí tenemos también modo cinematográfico), decir que el sensor principal ofrece una calidad muy buena.

¿Qué iPhone barato comprar?

Ahora, la pregunta del millón: ¿merece la pena actualizar el iPhone este año? Si has llegado hasta aquí igual no te acuerdes del titular, pero te refresco la memoria. Es muy buen año para actualizar el iPhone. Particularmente, creo que alguien que esté con un iPhone Xr o un iPhone 11 puede pensar en jubilarlo y dar el salto a un modelo más avanzado. Hay muchas razones, desde el rendimiento o la protección iP68 hasta el 5G.

La pregunta es a cuál actualizar. Si eres de los que vas a pagar a tocateja y quieres invertir lo menos posible, el iPhone 13 creo que se ha quedado con un precio muy atractivo, que ronda los 750 euros. En otras ocasiones, soy más conservador a la hora de recomendar un terminal de hace dos años, pero no en este caso.

El pasado año Tim Cook hizo un cambio histórico en su política de producto: dejó el procesador nuevo para los modelos Pro. La gama de entrada utilizaría el chip del ejercicio anterior. Eso hizo que el iPhone 14 montase el mismo motor que su predecesor. Sobre el papel, esto haría que ambos teléfonos tuviesen los mismos años de soporte y de actualizaciones de iOS. Los cambios entre el iPhone 13 y el iPhone 14, particularmente, no me parece que justifiquen los 130 euros de diferencia.

Sin embargo, si te ronda la idea del Plus y no quieres dejarte más de 1.000 euros, el iPhone 14 Plus está al mismo precio de salida del iPhone 15 normal. Si los avances de la cámara no te importan tanto y lo importante para ti es la autonomía, adelante. Es una compra estupenda.

Pero es probable también que el iPhone 15 sea lo que quieras, porque gastarte 200 euros más te da igual porque financias la compra o porque tu presupuesto te lo permite. Ahí depende de tus preferencias. Si la duda es entre el iPhone 15 o el 15 Pro ahí mi consejo es esperar y ver qué ocurre con el calor y el rendimiento. Si es un asunto puntual y se arregla con una actualización o no. Si la pregunta es si te merece dar el salto, la pregunta básica que te debes contestar es hasta dónde vas a aprovechar la cámara y el teleobjetivo dedicado (de 3 aumentos en el Pro y de 5 en el Pro Max). Si no eres un loco de la fotografía, te servirá cualquiera de los modelos sencillos.

Una última razón. El cambio euro dólar este año ha jugado a nuestro favor. El año pasado estaban muy parejos y, por tanto, Apple decidió subir los precios más a este lado del Atlántico. ¿La razón? Para que cuando convirtiesen sus ganancias a dólares, el buen estado de forma de su moneda no les penalizase. Esto año ocurre al revés y, en consecuencia, los iPhone 15 han salido a menor precio de lo que hicieron los 14 en su momento. ¿Quién sabe si el año que viene tocará subida? ¿Quién sabe si la incorporación del teleobjetivo de cinco aumentos en el Pro Max es un avance de que en uno o dos años tengamos un teleobjetivo dedicado más sencillo en los iPhone más mundanos? En ese caso y conociendo a Apple, esa concesión vendría acompañada de una subida de precio.

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