El volantazo de Elon Musk con sus satélites de Starlink que pone en jaque a Ucrania

Nuevo giro de Elon Musk en la guerra de Ucrania. Lo que hace casi un año fue una ayuda total para un país que acababa de ser invadido, ahora ha empezado a tener unos matices que cambian por completo aquella donación. Starlink, su empresa de conexión a internet vía satélite, ha limitado el uso militar de sus servicios en el país, algo que hasta ahora había sido clave para defenderse de Rusia. No es el primer amago que hace el multimillonario de retirar su ayuda, pero sí el que puede acarrear unas consecuencias de mayor calado.

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Según la presidenta de SpaceX —matriz de Starlink—, Gwynne Shotwell, estos satélites "nunca tuvieron la intención de utilizarse con fines militares", sino humanitario. En este sentido, ha matizado que es aceptable que se emplee en comunicaciones militares, pero no "con fines ofensivos". Así, ya han anunciado que van a "limitar" esta conectividad, aunque por ahora no ha dado más detalles. Este domingo, Musk ha asegurado que, por ahora, no han ejercido su "derecho a apagarlos". "Nos esforzamos por hacer lo correcto, y eso es una cuestión moral extremadamente difícil", ha defendido en su cuenta de Twitter.

"En líneas generales, es una mala señal para nosotros: parece que el equipo de Starlink se avergüenza de habernos ayudado a sobrevivir", lamenta Viktor Tregubov, capitán de las Fuerzas Armadas de Ucrania, en declaraciones a El Confidencial. También lamenta que en ningún momento Starlink les había especificado esa diferencia entre los usos militar y civil y considera "obvio" que se sabía el uso que le estaban dando.

"Starlink debe elegir"

El anuncio de Starlink ya ha tenido respuesta por parte del Gobierno ucraniano "Un año de resistencia y las empresas tienen que decidir si están del lado del derecho a la libertad (...) o si están del lado de Rusia y su derecho a matar y apoderarse de territorios. Starlink y Shotwell deben elegir", le afeó poco después Mykhailo Podolyak, el principal asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

Uno de los puntos clave para el ejército ucraniano está en los drones, que se han convertido en un arma fundamental en la guerra de Ucrania, donde se han usado para realizar todo tipo de operaciones, desde efectuar ofensivas hasta interceptar walkie-talkies rusos. Días antes de que estallara la polémica, el propio Musk ya había advertido sobre esta cuestión en su cuenta de Twitter. "Starlink se ha convertido en la columna vertebral de la conectividad de Ucrania hasta el frente", escribió. "Sin embargo, no vamos a permitir que Starlink se utilice para ataques de drones de largo alcance".

La cuestión es que la conexión a internet es una condición necesaria para que puedan hacer uso de distintas funciones (por ejemplo, la geolocalización), y las alternativas a Starlink son escasas o, más bien, inexistentes. Desde las primeras horas de la invasión, Rusia ha llevado a cabo distintos ataques contra las infraestructuras críticas de Ucrania —como la red eléctrica—, dejando maltrecha su red de telecomunicaciones. Es lo que hizo que, en los primeros días de la guerra, Musk decidiera voluntariamente entrar en el conflicto. "Starlink ahora está activo en Ucrania. Más terminales de camino", dijo el magnate como respuesta al viceprimer ministro ucraniano, Mykhailo Fedorov, que le había pedido ayuda para mitigar los cortes de internet, que ya amenazaban la conectividad en determinadas zonas del país.

"Es realmente difícil culparnos por intentar sobrevivir y limitar nuestras capacidades para protegernos"

Tregubov, capitán del ejército ucraniano, considera "una estupidez" que hayan hecho estas donaciones si querían evitar el uso militar, ya que era evidente que ofrecer acceso a internet a un país que acababa de entrar en guerra iba a tener esta finalidad. Es una opción que los responsables de SpaceX aseguran no haber contemplado. "Los ucranianos han aprovechado de Starlink de formas no previstas y que no formaban parte de ningún acuerdo", ha recalcado Shotwell, que asegura que su intención era "mantener los bancos y hospital en funcionamiento, los hospitales y que las familias estuvieran conectadas". "Libramos una guerra defensiva contra un poderoso agresor. Es realmente difícil culparnos por intentar sobrevivir y limitar nuestras capacidades para protegernos", critica, por su parte, el militar.

"Cuando provees servicios de internet por satélite a un país que está en guerra, acabas entrando en una situación muy compleja", apunta Jordi Sandalinas, profesor de la UOC y abogado especializado en derecho aeroespacial. Sobre este punto, enfatiza que Starlink ha permitido la conexión "incluso en entornos remotos, donde apenas llegaba la banda ancha". De hecho, cabe recordar que Rusia ha llegado a amagar con neutralizar estos satélites, un contratiempo con el que seguramente no contaban.

Además, la llegada de los satélites de Starlink a Ucrania provocó una ola de donaciones de terminales para conectarse a la red. "Ucrania ha estado luchando por su supervivencia con todos los medios y herramientas disponibles, entre ellos, Starlink. Recaudamos dinero para conseguirlos para nuestro ejército y ellos mismos pagan el servicio", han recordado en la Fundación Serguéi Pritula, la más activa para conseguir estos dispositivos, que ahora no tendrán el mismo uso que preveían. "Los Starlinks no nos ayudan a matar. Sin embargo, nos ayudan a sobrevivir".

Contactados por este periódico, comentan que por ahora no han "recibido ningún informe de problemas con Starlink en el frente" y lamentan que "de nuevo, todo parece un juego". Es lo mismo que cuenta Tregubov, que espera que se refirieran únicamente al "uso muy específico de terminales Starlink en drones suicidas hechos a mano", y que son "una ínfima parte" del total.

Encuestas en Twitter y presiones de China

Con esas palabras, en la Fundación Serguéi Pritula se refieren a que no es el primer episodio de este tipo que experimentan con Starlink. A mediados de octubre, Musk pidió al Gobierno de Estados Unidos que empezara a pagar la parte del servicio que había abonado la tecnológica hasta ahora, correspondiente a una parte del servicio de conectividad. Según sus palabras, ya ha desembolsado cerca de 80 millones de dólares para afrontar los gastos. En declaraciones a CNN, un alto funcionario de EEUU les afeó el "descaro de parecer héroes" mientras pedían dinero a Defensa, que ya estaba desembolsando una suma similar a la de la empresa. No obstante, tras la polémica, Musk reculó y anunció que la financiación seguiría como hasta entonces.

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Mientras tanto, el multimillonario había publicado en Twitter un polémico plan para solucionar la guerra. Los ucranianos no tardaron en tildarlo de prorruso, ya que defendía una repetición de las elecciones en las regiones anexionadas por Rusia bajo la supervisión de la ONU, además de que Crimea debería seguir siendo "formalmente parte de Rusia, como lo ha sido desde 1783" y Ucrania "permanecer neutral". "Es muy probable que así se desarrolle el final de la guerra en Ucrania, solo es una cuestión de cuántas personas morirán antes", aseguró entonces.

"Los intereses en juego son completamente distintos que si solo hubieran ofrecido internet a la población civil, porque cambias los objetivos", recuerda Sandalinas. "Al ponerse en el lado de Ucrania, Musk puede generar todo tipo de reacciones a nivel internacional, porque es un asunto muy delicado". Sin ir más lejos, hace unos meses, China ya le llamó la atención sobre su papel en esta guerra.

Según contó el propio Musk en una entrevista con Financial Times, el Gobierno de Pekín había mostrado su descontento la campaña de Starlink en Ucrania y, además, le ha pedido "garantías" de que esta empresa no llegará al país asiático, donde rige un fuerte control estatal de todo lo que rodea a internet, y eso incluye las reticencias a las tecnológicas extranjeras. Aquí cabe recordar los intereses de Tesla en este país, donde desde 2020 tiene ubicada una de sus principales fábricas, situada en Shanghái, además de ser uno de los mercados donde más han crecido sus ingresos en los últimos años.