Es noticia
Este fontanero de las quiebras gana 1.300 $/hora por arreglar la mayor catástrofe cripto
  1. Tecnología
EL AGUJERO DE FTX

Este fontanero de las quiebras gana 1.300 $/hora por arreglar la mayor catástrofe cripto

Horas después de la quiebra de FTX, John J. Ray III se puso al frente de la compañía para liquidar sus activos. Pese a su dilatada experiencia en estas operaciones, asegura que nunca ha visto un caos como el que se ha encontrado aquí

Foto: El CEO y liquidador de FTX, John J. Ray III. (EFE/EPA/Will Oliver)
El CEO y liquidador de FTX, John J. Ray III. (EFE/EPA/Will Oliver)

"Nunca en mi carrera he visto un fallo tan rotundo de los controles corporativos y una ausencia tan manifiesta de información financiera fidedigna". Si todavía quedaba alguien con esperanzas de que la bancarrota de FTX tuviera visos de mejora, aquella frase acabó de enterrarlas. La pronunció John J. Ray III, el nuevo director general y liquidador de la empresa fundada por Sam Bankman-Fried, quien está a punto de ser extraditado a Estados Unidos. Aquella primera impresión del nuevo CEO aumentó aún más la preocupación sobre la situación real de la firma de criptomonedas, que hasta hace unas semanas era una de las más importantes del sector. No era para menos, ya que su trayectoria profesional se ha basado en tratar de cubrir algunos de los mayores agujeros financieros de la historia.

Foto: Sam Bankman-Fried. (Getty)

Su misión ahora es poner negro sobre blanco el balance de la empresa para, después, intentar recuperar el máximo dinero posible de clientes y prestamistas. Entre ambos, el agujero se ha ido ensanchando hasta superar los 11.000 millones de dólares, aunque el caos de cuentas y la ausencia total de transparencia en la empresa hacen que sea imposible determinar su magnitud. Lo que sí está claro es que, salvo milagro, el roto será mayor. Son cifras astronómicas para la mayoría de los mortales, pero hay un dato que puede servir para dar cuenta del tamaño del problema: en su mejor momento (y con apenas 200 empleados), FTX había llegado a ser valorada en 32.000 millones.

Quién es el liquidador de FTX

Ray, de 63 años, no tenía intención de hacer carrera en un nicho tan enrevesado como liquidación de empresas. Hijo de un fontanero industrial y una trabajadora del hogar, se crio en Massachusetts y estudió Derecho en la Universidad de Drake (Iowa, Estados Unidos), donde fue el segundo de su promoción. Después, trabajó para varios bufetes, pero hubo un episodio que marcaría el resto de su carrera. En la década de los noventa, empezó a trabajar para la multinacional textil Fruit Of The Loom, donde ascendió hasta convertirse en su abogado principal. Justo cuando alcanzó aquel cargo, la firma entró en bancarrota después de haber hecho una serie de inversiones fallidas y haber contraído una deuda inasumible. Tras conseguir una salida mejor de lo que cualquiera podía augurar —la acabó comprando Warren Buffett por 835 millones—, el camino a seguir se acababa de iluminar ante él.

Poco después, le llamaron para que se hiciera cargo del caso de Enron, una de las mayores quiebras de la historia de Estados Unidos, fruto de una serie de escándalos contables. Hasta la fecha, había sido su intervención más conocida porque, más allá de la magnitud del proceso, consiguió triplicar los objetivos que le habían marcado. En concreto, recuperó 22.000 millones de dólares, el 53% del total. ¿Cómo lo hizo? Con una mezcla de negociaciones y litigios con los bancos, ya que consideraba que habían sido responsables de inflar la empresa e, incluso, facilitar el fraude.

placeholder El CEO de FTX, John J. Ray III, durante su declaración en el Capitolio. (Reuters/Sarah Silbiger)
El CEO de FTX, John J. Ray III, durante su declaración en el Capitolio. (Reuters/Sarah Silbiger)

"Tenía un buen sentido de lo que se podía hacer, de lo que el tribunal podía considerar y cómo sacar lo mejor de la situación para los distintos grupos de acreedores. Él proyecta confianza, pero no considera que sabe todo lo que hay que hacer ni que solo se puedan hacer las cosas a su manera. Ese no es John", ha explicado un contable que trabajó con él en declaraciones a Forbes, donde enfatiza que "fue realista". “Tiene un verdadero historial de paracaídas en algunas de las peores situaciones y conseguir los mejores resultados para los acreedores”, agrega.

Al final, llegó a acuerdos con entidades de la talla de Citigroup o Lehmann Brothers. En el caso de estos últimos, que poco después caerían en quiebra y darían pie a la crisis económica de 2008, tenía enfrente al abogado James Bromley, que ahora trabaja para FTX a través del bufete Sullivan & Cromwell. Fue él mismo quien decidió contratar a Ray para estar al frente de FTX. Se lo ofreció nada más rellenar los documentos de bancarrota ante los reguladores estadounidenses. En estos, también se establecía su salario, que asciende a 1.300 dólares por hora trabajada. Según argumentaron, se trataba de un puesto "crítico para mantener y administrar" los restos de FTX. Sin ir más lejos, la nueva directora administrativa, Kathryn Schultea, cobra 975 dólares por cada 60 minutos que dedica a esta compañía.

Un laberinto llamado FTX

Esta vez, el trabajo de Ray va a ser más complicado, y apenas le bastó un vistazo para dar la voz de alarma. Seis días después de entrar al puesto de mando, se dirigió al tribunal de quiebras de Delaware con un escrito en el que aparecía la advertencia con que comenzaba este artículo. Allí también advertía de que la integridad de los sistemas estaba "comprometida", que la supervisión regulatoria de sus operaciones en otros países era "defectuosa" y, además, hacía hincapié en que se había concentrado el poder "en manos de un grupo muy pequeño de personas sin experiencia ni preparación".

Foto: Changpen Zhao, CEO de Binance, en una imagen de archivo. (Reuters/Costas Baltas)

No había precedentes de algo ni remotamente parecido. Así, desde entonces ha ido relatando unas "prácticas de gestión inaceptables", balances financieros con pocas garantías y la dependencia total entre FTX y Alameda Research, la firma de inversión de Bankman-Fried que causó el colapso. El caos era tal que la contabilidad de los gastos de los empleados se llevaba a cabo con emoticonos colocados en un archivo de Excel.

Además, no solo se trata de deshacer el complejo enredo societario de FTX, sino que su misión es doble: hallar dónde pueden estar sus fondos, hacer una evaluación real de ello y, luego, ver qué partes pueden venderse o sanearse. Y, una vez ahí, establecer cómo repartir lo que haya quedado.

Foto: Sam Bankman-Fried en una imagen de archivo. (Getty/Craig Barritt)

Por un lado, están los clientes, que FTX aseguró que eran unos cinco millones en todo el mundo, aunque algo más de la quinta parte estaría en Estados Unidos. Sin embargo, esas cifras las ofrecieron a finales de 2021, por lo que no se puede descartar que la cifra sea mayor, ya que en los últimos meses la firma estuvo intentando alcanzar al público general (por ejemplo, se dejó unos 100 millones en patrocinios deportivos el pasado año). Sea como sea, lo cierto es que los depósitos de los clientes rondan los 8.000 millones de dólares. En este sentido, ya han descubierto que la firma utilizó un software para tratar de ocultar las transferencias que hacían con los fondos de sus clientes. El problema es que la falta de regulación hace que no estén protegidos como los inversores en mercados tradicionales.

Por otro, los acreedores. Según las indagaciones de Ray, los 50 principales prestamistas le dejaron 3.100 millones de dólares. Aunque sus nombres se desconocen por ahora, lo cierto es que solo los dos principales suman casi 500 millones de dólares. El problema, por supuesto, es mucho mayor que ese medio centenar de nombres. Si bien en un primer momento se estimó que habría unos 100.000 acreedores distintos, los liquidadores corrigieron poco después su estimación y la elevaron hasta el millón de afectados. Fuentes de Bloomberg han asegurado que tanto fondos de inversión —Baupost y Oaktree— como entidades financieras —caso de Citigroup— de renombre estarían interesándose en participar como intermediarios en este proceso, bien comprando deuda, bien haciendo de intermediarios con los clientes.

placeholder Sam Bankman-Fried, tras su detención en Bahamas, el pasado 13 de diciembre. (Reuers/Dante Carrer)
Sam Bankman-Fried, tras su detención en Bahamas, el pasado 13 de diciembre. (Reuers/Dante Carrer)

La semana pasada, Ray testificó en el Congreso de Estados Unidos, donde incidió en que jamás había visto un "fracaso total de los controles corporativos a todos los niveles organizativos, desde la falta de balances financieros a la ausencia de cualquier control interno". Ahí también sugirió separar en cuatro casos distintos el centenar de subsidiarias de FTX que se declararon en bancarrota en Delaware. De hecho, ahora se ha abierto un nuevo frente en Bahamas, donde residía y tenía la sede de la matriz de FTX, una empresa que en realidad era un conglomerado de cientos de firmas y que son casos aparte a los que se llevan en Estados Unidos.

Bankman-Fried, que será extraditado en los próximos días, fue arrestado el pasado lunes en Bahamas, donde ha compartido prisión con otros cinco presos. Lo hizo después de que fiscales estadounidenses le señalaran por varios delitos de fraude. Un día después, la Comisión de Bolsa y Valores le señaló por engañar a los grandes inversores. Antes, había intentado meterse de por medio en el proceso de quiebra, pero Ray le paró los pies. "No trabaja para los deudores ni habla por ellos", dijo, aunque apenas se ha referido a él más allá de los documentos oficiales. El contraste entre ambos, sobre todo a nivel estético, no podría ser más grande.

Foto: Changpeng Zhao en el Web Summit de 2022. (EFE/Miguel A. Lopes)

Tal y como ha contado Financial Times, allí está el caso de FTX Digital, que ahora está en manos de tres liquidadores del país, donde aseguran que hay activos importantes. Ray ha llegado a acusar a las autoridades del país de haber colaborado con SBF para hacer determinadas retiradas de criptomonedas poco antes de la quiebra, algo que estas han negado. "Sus declaraciones no parecen atenerse a los hechos, sino que más bien parecen destinadas únicamente a aparecer en los titulares y a promover agendas cuestionables".

Por ahora, ha dicho que ha conseguido asegurar cerca de 1.000 millones de dólares en criptomonedas y otros 1.200 en efectivo. "Es solo una parte", ha dicho. En efecto, es apenas un 10% del agujero conocido, y ya se ha reconocido que se han perdido parte de los fondos en activos digitales. Entre sus ideas para conseguir dinero, está la recuperación de las donaciones que Bankman-Fried hizo a organizaciones caritativas y políticas. Como ya explicó este periódico, estas últimas le sirvieron para construir todo un entramado alrededor de los reguladores estadounidenses. Por ahora, ya ha publicado una dirección de correo a la que se pueden dirigir quienes quieran devolver esos pagos, aunque avisando de que también lo intentarán conseguir por otras vías. El resultado final, de todos modos, tardará años en conocerse.

La extradición de SBF: "Estoy deseando irme"

El fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, ya ha sido extraditado a Estados Unidos. Este miércoles, SBF ha acudido al tribunal de Nasáus (Bahamas) para facilitar toda la documentación necesaria para ser enviado de vuelta a su país natal, algo que ocurrió unas horas después. 

"Estoy deseando irme", explicó a la audiencia el que, hasta hace unas semanas, era uno de los hombres más fuertes de las criptomonedas. Ahora que está en Estados Unidos, tendrá que afrontar los cargos presentados por el Departamento de Justicia, como conspiración, fraude o lavado de dinero. Es más, le acusaron de haber orquestado "uno de los mayores fraudes financieros de la historia" del país.  

"Nunca en mi carrera he visto un fallo tan rotundo de los controles corporativos y una ausencia tan manifiesta de información financiera fidedigna". Si todavía quedaba alguien con esperanzas de que la bancarrota de FTX tuviera visos de mejora, aquella frase acabó de enterrarlas. La pronunció John J. Ray III, el nuevo director general y liquidador de la empresa fundada por Sam Bankman-Fried, quien está a punto de ser extraditado a Estados Unidos. Aquella primera impresión del nuevo CEO aumentó aún más la preocupación sobre la situación real de la firma de criptomonedas, que hasta hace unas semanas era una de las más importantes del sector. No era para menos, ya que su trayectoria profesional se ha basado en tratar de cubrir algunos de los mayores agujeros financieros de la historia.

Inversores
El redactor recomienda