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Puentes improvisados y fuga de submarinos: la retirada rusa es más seria de lo que parece
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GUERRA A LAS PUERTAS DE EUROPA

Puentes improvisados y fuga de submarinos: la retirada rusa es más seria de lo que parece

Cuando todavía resuenan los ecos de la contraofensiva ucraniana, hay que dirigir la mirada a Jersón. El envío de puentes de ingenieros a esa zona y movimientos militares en Novorosíisk no son halagüeños para Rusia

Foto: Ingenieros rusos tendiendo un puente de pontones. (Mil.ru)
Ingenieros rusos tendiendo un puente de pontones. (Mil.ru)
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Todavía resuena el eco de la brillante contraofensiva ucraniana. Las consecuencias, de todo tipo, no se han hecho esperar y cada día tenemos más detalles, alguno muy interesante, sobre cómo se fraguó el ataque. Es el momento de mirar el mapa en su conjunto y empezar a pensar si Zelenski dará nuevos pasos, si lo harán los rusos y qué pasará a futuro. De momento, mientras los combates prosiguen, estamos asistiendo a algunos movimientos que apuntan a Jersón y que señalan que la retirada rusa puede ser más amplia y profunda de lo que en un inicio se esperaba.

El frente norte se ha desplomado y empiezan incluso a oírse voces discrepantes de algunos cargos públicos de grandes ciudades rusas. En estos días se han producido algunas cosas interesantes. Una de ellas es la confirmación de un secreto a voces. Se trata de la ayuda norteamericana en cuestiones de inteligencia, algo que era conocido, pero que, hasta ahora, no se había reconocido desde Estados Unidos. No es solo información genérica, datos globales sobre posiciones, unidades y cosas del estilo. Va más allá.

Foto: Artilleros ucranianos, disparando una pieza M777 de 155 mm en el área de Járkov. (Reuters)

Esta ayuda ha significado una información en tiempo real sobre los movimientos rusos, así como —no mencionado explícitamente pero bastante obvio— una información sobre objetivos concretos a batir. Dicho en otras palabras, se les ha facilitado a los ucranianos datos para el 'targeting' de objetivos. No se han entregado solo los lanzadores HIMARS, también el adiestramiento y los objetivos, al menos de algunos.

Este asesoramiento norteamericano también se ha materializado en consejos sobre cómo llevar a cabo las operaciones. Se sabe ahora que Zelenski y sus mandos pensaban en unas acciones más ambiciosas, pero más arriesgadas, y fueron los mandos militares de Biden quienes les aconsejaron dónde atacar y cómo hacerlo. El resultado a la vista está. Sin embargo, tras el buen resultado de la operación militar en el norte, que ha pulverizado todo el cerco ruso a Járkov, cabe pensar que las tropas ucranianas pudieran golpear en otro lugar. No hay que descartarlo, pero antes hay que mirar a Jersón.

¿Qué pasa en el oeste?

No está muy claro si el ataque ucraniano sobre el frente del oeste fue tan solo una finta o fue en realidad una operación militar más ambiciosa. El objetivo principal sería el de atraer la atención rusa, pero también con la intención de tantear y explotar un posible éxito en la zona. Allí no se han producido los espectaculares avances del noreste, pero sí se ha tenido lugar una importante progresión de las tropas ucranianas.

La posición de Jersón es mala para el defensor. Muy mala. La ciudad tiene el río Dniéper a sus espaldas y tan solo hay dos puentes próximos a la misma, más el paso por la central hidroeléctrica de Kakhova, a 70 km de la capital. Todos ellos batidos por la artillería ucraniana con gran precisión. Inutilizados estos puentes, la ciudad y las tropas que defienden la zona quedarían aisladas e incapaces de recibir suministros, combustible y munición de unas ya muy castigadas y alargadas líneas de suministro. De la misma manera que en su día les hablábamos del infierno que podría suponer para los rusos entrar en Kiev si la capital resistía, las tropas rusas pueden plantear una férrea defensa, con una gran diferencia: ni es su ciudad, ni tendrán apoyo de la población ni recibirán suministros.

placeholder MTU-72, sobre chasis de T-72 y diseñado para 50 toneladas. (Nizhniy Tagil)
MTU-72, sobre chasis de T-72 y diseñado para 50 toneladas. (Nizhniy Tagil)

El panorama no es muy halagüeño para los defensores. Para variar, tampoco pueden esperar mucha ayuda desde el aire. Es justo el escenario peor para los rusos al ser el frente más alejado de sus fronteras, sobre todo cuando los ucranianos se encargaron de demostrar que pueden golpear objetivos claves, como los aeródromos en Crimea. La península parecía un santuario, hasta la gente iba de veraneo, pero una serie de ataques o 'accidentes' demostró todo lo contrario. Para los invasores ya no era un lugar seguro.

Todo esto no hace sino incrementar la presión sobre ese enclave. Con lentitud, pero de manera constante, los ucranianos empujan hacia el río y lo peor es que se empiezan a ver algunos signos preocupantes. Signos que dan pie a especular si el frente del oeste de Ucrania está a punto de caer.

Movimientos de ingenieros

Estos últimos días se han podido ver algunos movimientos rusos que podrían ser indicadores de que algo se está fraguando. El primero de ellos es el hecho de que camiones pesados con material de ingenieros se dirigen desde Crimea hacia Jersón. En estos camiones se transportaban unas extrañas estructuras de gran tamaño. Tras observar con detenimiento las imágenes difundidas al respecto, queda claro que lo que esos camiones están llevando a la ciudad son partes de la estructura de un puente de los que tienden los ingenieros rusos.

Este tipo de estructuras son las que se utilizan para los puentes prefabricados y con ellas se podrían reparar las secciones dañadas del puente Antonovsky aprovechando los pilares, que suelen quedar en buen estado. En paralelo, sabemos que los rusos han hecho varios intentos de lanzar un puente de pontones paralelo al Antonovsky. Sería uno de sus puentes PP-2005M, que permiten el cruce de material pesado y en cauces muy anchos.

Este puente de pontones ya fue objeto de atención de la artillería ucraniana, motivo por el que tal vez se estén viendo varias columnas de ingenieros transportando nuevas secciones de pontones desde Mariúpol. Este tipo de puentes no se deben confundir, porque nada tienen que ver, con los llevados sobre plataformas de carros de combate, como son los MTU-72 y MTU-90. Los primeros son para salvar cauces u obstáculos largos, mientras que los segundos acompañan a las unidades acorazadas y mecanizadas para salvar pequeños ríos o zanjas.

No obstante, el hecho de que pretendan construir puentes de pontones o reparar el Antonovsky, plantea ciertos interrogantes. La más evidente es que a cualquier puente que los ingenieros tiendan se le augura una vida que se puede establecer en ‘horas’. La artillería de precisión, bien con HIMARS bien con proyectiles Excalibur de 155 mm o Kvitnyk de 152 mm o de 155 mm, ya ha demostrado de sobra que puede alcanzar los puentes con una efectividad tremenda. Cualquier intento de paso podría convertirse en un nuevo desastre.

placeholder Daños en el puente Antovsky de Jersón. (EC)
Daños en el puente Antovsky de Jersón. (EC)

Por otra parte, los rusos podrían jugar a tender varios a la vez, es decir, reparar el puente fijo, tender uno de pontones y usar más secciones portátiles para tender un puente corto en la zona de Kakhova. En cualquier caso, demasiado riesgo. Estas hipótesis nos llevarían a una conclusión y es que los rusos o piensan evacuar Jersón de cualquier manera, es decir, abandonando todo su material pesado y tratando de salvar la mayor cantidad de tropas o lo que también sería probable, que hayan llegado a un acuerdo —o intenten conseguirlo— con los ucranianos para evacuar la capital.

Para Ucrania, obtener el premio gordo de Jersón sin lucha sería un doble triunfo. Por un lado, dejarían en evidencia la debilidad de las fuerzas rusas y por otro abrirían las puertas de Crimea. Para Putin significaría salvar a duras penas unas tropas experimentadas que, quizás, vayan a necesitar poco después.

Submarinos de ida y vuelta

La otra noticia, que puede significar más de lo que parece, es el hecho de que los rusos se han llevado sus submarinos de la clase ‘Kilo’ de Sebastopol y los retornarían a Novorosíisk. Es un movimiento para analizar. Los submarinos clase 'Kilo' son submarinos convencionales (propulsión diésel-eléctrica) y, por tanto, de autonomía limitada. Tienen unos 70 metros de eslora y desplazan sumergidos del entorno de las 3.000 toneladas.

Hasta ahora se supone que su área de patrulla era toda la zona del mar Negro, al oeste de Crimea. Para ellos operar desde Sebastopol era lo ideal, pues les permitía navegar sumergidos la mayoría del tiempo, modo en el que disponen de una autonomía de cerca de 800 km. Así podían pasar desapercibidos, controlar el mar y lanzar a voluntad sus misiles Kalibr.

Si se desplazan a Novorosíisk se alejan su área de patrulla unos 500 km, con lo que, o bien buena parte la deberían hacer en superficie (o con 'snorkel', que se puede detectar) o el tiempo en patrulla se vería comprometido. Ambas son malas alternativas, pues con la primera serían fácilmente monitorizados por los aviones de patrulla y drones occidentales. En definitiva. Alejar sus submarinos no es nada bueno para su desempeño, por lo que si lo hacen es porque no les queda más remedio.

placeholder Submarino Krasnodar, perteneciente a la Flota del mar Negro. (Mil.ru)
Submarino Krasnodar, perteneciente a la Flota del mar Negro. (Mil.ru)

El motivo puede estar en que, o bien no se fían de que estén a salvo en Sebastopol ante la posibilidad de algún ataque o ‘accidente’, como ocurrió con las bases aéreas, o bien que ante el resurgir de los drones Bayraktar —que llevaban unos meses con escasa actividad— tengan miedo de que en algún ataque afortunado, les puedan poner alguno de sus sumergibles fuera de juego mientras están en puerto.

Pero hay otra lectura más preocupante y es que den ya por perdido el frente de Jersón y sientan las manos de Kiev cada vez más cerca de Crimea o lo que es lo mismo, perdida la capital del Dnieper, los submarinos podrían ser más útiles, apoyando el frente del este con sus lanzamientos de misiles, para lo que estarían mejor colocados en su antigua base de Novorosíisk.

En cualquier caso, habrá que estar atentos a lo que ocurra en los próximos días. Una nueva ofensiva ucraniana encaminada a cortar la autopista que une Donetsk con Mariúpol amenazaría todo el Donbás. Algo más ambicioso, que pudo ser la primera intención de Zelenski antes de atacar en Járkov, los llevaría a intentar recuperar Melitopol. Con ella, las comunicaciones con Crimea se verían comprometidas. Un desastre para Rusia.

Todavía resuena el eco de la brillante contraofensiva ucraniana. Las consecuencias, de todo tipo, no se han hecho esperar y cada día tenemos más detalles, alguno muy interesante, sobre cómo se fraguó el ataque. Es el momento de mirar el mapa en su conjunto y empezar a pensar si Zelenski dará nuevos pasos, si lo harán los rusos y qué pasará a futuro. De momento, mientras los combates prosiguen, estamos asistiendo a algunos movimientos que apuntan a Jersón y que señalan que la retirada rusa puede ser más amplia y profunda de lo que en un inicio se esperaba.

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