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Auge y caída del 'youtuber' que descubrió 'El Dorado' de liarla en directo: "Es dinero rápido"
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¿La vida real es demasiado aburrida?

Auge y caída del 'youtuber' que descubrió 'El Dorado' de liarla en directo: "Es dinero rápido"

Desde hace años, plataformas como YouTube o Twitch explotan un tipo de contenido conocido como 'In Real Life', pero este 'Show de Truman' tiene un lucrativo lado oscuro difícil de frenar

Foto: Paul Denino. (YouTube)
Paul Denino. (YouTube)

Es 9 de agosto de 2022 y el polemista Borja Escalona aparece en un bar de la ciudad de Vigo para comerse una empanadilla. Todo lo registra con la cámara de un móvil que le acompaña a todas partes y a la que habla mientras come. Al otro lado de esa pantalla, en ese mismo instante, hay decenas de espectadores (imposible saber el número exacto) que le mandan comentarios y charlan con él en vivo.

Todo se enturbia poco después, cuando se intenta ir sin pagar y choca con la camarera, que se lo impide. El momento se exhibe en directo, pero también queda grabado y explota unos días después, cuando el clip se viraliza y se ve al personaje como un indeseable difícil de igualar. Sin embargo, no es un caso único, ni mucho menos. Internet lleva años lidiando con el jugoso y a la vez peligroso mundo de los contenidos en directo.

Foto: Foto: Reuters.

El nombre de Escalona aparece ahora como un ejemplo límite, pero en los pocos años que lleva esta moda en auge no es el primero ni el más extremo. Aunque quizá el hombre que mejor lo sabe se llame Paul Denino, más conocido como Ice Poseidon. Este joven estadounidense de 27 años es la viva imagen de la espiral en la que puede caer cualquier 'streamer' que decide entrar sin control a la realización de lo que en la red se llaman vídeos 'IRL' (en la vida real, por sus siglas en inglés). Pasó de ser uno de los creadores más vistos y rentables de Twitch a tener que huir, asediado por fans y 'haters' que le perseguían por la calle o incluso le amenazaron de muerte. Y ahora, alejado de este mundo, y con ganas de volver de una forma totalmente diferente, lo ha empezado a contar sin tapujos.

Para situarse en el caso de Denino, y también en el de Escalona, hay que ir a una sección que tiene la plataforma de vídeos Twitch (otras como YouTube o incluso Facebook tienen opciones similares, pero no tan populares), que a día de hoy se llama Aire Libre y viajes. Un término que evoca a un tipo de contenido que ayuda a los que quieren seguir estos canales a viajar a través de su pantalla en vivo. Creadores de todo el mundo con equipos bastante preparados para estas situaciones, enseñan distintas partes del mundo y realizan actividades sin dejar el objetivo.

Foto: Borja Escalona durante el polémico vídeo. (YouTube)

En conexión continua con el creador a través del chat, el espectador vive la vida del 'streamer', se mueve por donde él se mueve y ve lo que él ve. Incluso muchos creadores dan poder a sus seguidores para que elijan los próximos pasos a seguir y, obviamente, hay premios y privilegios para los que pagan más. Aunque no siempre se queda en algo tan idílico.

El nombre original de esta sección era 'IRL' (In Real Life), pues estaba dedicada a creadores que quisieran salir de los videojuegos y de sus casas para mostrar la 'vida real'. Pero su popularidad creció tanto entre 2016 y 2017 que, junto a creadores bien intencionados, entraron muchos otros que vieron en este formato una forma sencilla y rápida de hacer dinero o lo fueron descubriendo. No hacía falta nada, solo ponerte en directo frente a la cámara y conseguir que la gente se enganchase a tu vida durante horas. ¿Cómo puedes conseguir que ocurra eso en un mundo tan competitivo y comandado por algoritmos? Muchos, como Denino, que llevaban años probando suerte, dieron con 'El Dorado': liarla sin límites. Tanto rompieron los límites, que Twitch se vio obligada a eliminar la sección y dividirla en varios espacios en 2017 después de varios escándalos que acabaron incluso con 'streamers' en la cárcel y amenazas de muerte y bombas. Sin embargo, la medida no frenó el fenómeno.

Denino empezó con este tipo de contenido casi desde sus inicios en las redes, en 2015, pero en 2017 fue cuando descubrió que si era polémico podía tener frente a la pantalla a miles de personas sin que nadie se moviese, el mayor diamante que existe en la economía de la atención en la que compite Twitch. Uno de los casos más polémicos le llevo a la universidad de UCLA, estuvo durante horas retransmitiendo cómo intentaba convencer a jóvenes estudiantes para tener citas rápidas mientras miles de espectadores quemaban el chat. El grupo de Denino acabó expulsado del campus, pero siguió a lo suyo.

A finales de ese años, siendo una estrella de internet, Denino fue expulsado de Twitch. En uno de sus larguísimos directos al aire libre contó todo tipo de detalles sobre el viaje que iba a hacer en avión, un anónimo llamó a la Policía y aseguró que Denino, supuesto amigo suyo, llevaba una bomba encima. El avión aterrizó, el joven 'streamer' fue detenido y la noticia apareció en todos los medios. Como consecuencia, Twitch decidió cerrar su canal, no sin la crítica de muchos compañeros de Ice Poseidon. Aunque eso no paró al joven que se fue a YouTube.

Como confesó en posteriores entrevistas, tenía una comunidad "tóxica", pero nadie se lo hacía ver, ni siquiera los gestores de Twitch. "Ellos, como veían que todo funcionaba, me decían que iba genial, aunque estuviese haciendo barbaridades", asegura en una entrevista con Dexerto ofrecida en mayo de 2022. Vivía en una especie de 'Show de Truman' que fue volviéndose peor con los años.

60.000 dólares al mes

Es en esa entrevista, ofrecida casi un año después de subir su último vídeo a las redes sociales, donde describe la espiral en la que puede caer un creador de IRL. Según su explicación, fue uno de los primeros en detectar que salir a la calle sin límites, ni guion, ni tampoco frenos y retransmitirlo todo en directo, era algo que enganchaba a la gente. Una forma de conseguir fama rápida destacando sobre el resto aunque no fueses nadie. Porque el espectador nunca había visto a alguien en directo y en la vida real ir tan lejos.

Contaba su vida personal sin tapujos, la liaba en medio de cualquier calle, se lanzaba a hacer lo que él y su comunidad creían divertido, aunque implicase a otras personas y le pusiese en riesgo a él mismo. "Encontré un hueco en el mercado. La gente quiere ver a una persona real haciendo cosas de la vida real, porque no sabes qué va a pasar cuando hables con una persona o hagas una broma".

Esa idea de naturalidad la siguió explotando a pesar del cierre de Twitch, pero su caída fue a peor. Al perder el punto de apoyo de Twitch, asegura el joven, perdió parte de su vida, porque prácticamente vivía en ese mundo y su comunidad. Como solución, dio un paso más allá. Empezó a pedir a la gente que le dijese lo que tenía que hacer, y prácticamente se ofrecía a hacer cualquier cosa por dinero. Tatuajes, viajes a los barrios más deprimidos de una u otra ciudad, cualquier tipo de aventura. Incluso ligó con una chica porque sus seguidores se lo pidieron y tuvo una cita con ella y estuvo a punto de tener una relación con ella porque la comunidad lo solicitó. Todo quedó grabado. "No era algo que quisiese hacer", asegura.

Una de sus últimas series le llevó a trabajar como conductor de Uber. Se puso unos cascos en los oídos y prometió que diría en alto a los clientes que llevaba cualquier cosa que los donantes del chat le pidiesen. "Construí un entorno totalmente tóxico", confiesa. Pero era demasiado lucrativo.

En un perfil que le hicieron en la revista 'New Yorker' en 2017, aún en su momento álgido, Poseidon asegura que está camino de ganar 60.000 dólares al mes, y para eso no necesitaba millones de visualizaciones, porque en las plataformas cada vez importan menos los números generales, y más el dinero que te den los usuarios, por pocos que sean. "Cuando lo conocí por primera vez, en enero, dijo que estaba en camino de ganar 60.000 dólares ese mes, a través de patrocinios y donaciones de los espectadores. En promedio, 10.0000 personas lo ven en un momento dado de su directo, aunque una vez, cuando organizó un combate de boxeo entre espectadores en el patio trasero de su exnovia, 65.000 lo sintonizaron", explica el redactor. "Este tipo de contenido es dinero rápido", comenta el 'streamer' en otra entrevista.

Con los años, su popularidad fue cayendo, y él mismo fue sufriendo más y más problemas como consecuencia de su acciones. Le mandaron policías a su casa, fue encañonado varias veces e incluso lo tuvieron que sacar de varios barrios complicados. "Llegué a temer por mi vida si me apoyaba en la ventana de mi casa, pensaba que alguien podía estar preparado al otro lado para dispararme". Por eso fue dejando las redes.

Su último polémico movimiento llegó en 2021 cuando creó una criptomoneda con la que, en teoría, sus fans podían pagarle sin intermediarios. Acabó sacando todo el dinero de los inversores y los jueces le han obligado a devolver parte del dinero. Ahora, apenas se le ve en la red, aunque ha anunciado una posible vuelta justo esta semana.

El 'IRL' en España

Pese a la caída del creador, su modelo llegó a medio mundo, empezando por Estados Unidos, donde hay muchos otros casos de gente que pone su vida al servicio de una comunidad que le mantiene a cambio de convertirlo en un muñeco (un ejemplo es Jovan Hill) y llegando también a España. Además del citado Escalona, creadores como ElMillor, un joven español afincado en Andorra, han organizado diversos escándalos con un truco practicado por el propio Poseidon: ir emitiendo en directo con el altavoz de los comentarios al máximo.

En el caso de ElMillor fue expulsado de un centro comercial del principado por un comentario, al parecer malinterpretado, de un usuario del chat que una chica que estaba en el mismo centro y escuchó por los altavoces del móvil del 'streamer' creyó que iba hacia ella. Además, tiene clips de algunos de sus suscriptores atacando a empleados de diversos comercios por su apariencia con la misma práctica. "Maldito calvo", disparan contra un taquillero de la estación de esquí de Andorra.

Este mismo 'stramer' también ha copiado eso de meterse en zonas complicadas y buscar la confrontación. Tras la derrota de España en la Eurocopa contra Italia, el joven se paseó por varias zonas de bares de una ciudad italiana con la camiseta de la selección española puesta y retransmitía en directo los comentarios de las personas que se encontraba. Pese a ser avisado por varios de los viandantes de que se estaba arriesgando mucho, tanto él como su acompañante continuaron acercándose a los lugares más calientes, apoyados por el enfervorecido chat de Twitch.

Aunque, como recuerda ElskiplerTV, uno de los primeros 'streamers' en hacer IRL en nuestro país, no hay que olvidar que muchos de los creadores lo hacen con buena intención y no caen en este tipo de polémicas. Es el caso de Jony 'Viviendoenlacalle', una persona sintecho que consiguió volver a una casa gracias a sus vídeos en directo y su comunidad, o Kidi, uno de los creadores más famosos de España que practica mucho el 'streaming' de viajes. "Yo empecé con el IRL sobre 2017. Fue a raíz de que hacía directos largos, y llegó un punto en el que tenia que sacar conmigo el chat a la calle. Con el tiempo, crecí, y con ello mi contenido, cada vez era más elaborado, tenía mejor material y cuando me saqué el carnet de conducir empecé a viajar", comenta.

La gran duda es cómo se frena a todos estos 'streamers' que se saltan los límites y cómo evitar caer en esa espiral cuando tu comunidad lo pida. La 'economía de los creadores' ha empoderado a muchos quitando en parte la necesidad de tener anunciantes para hacer dinero de sus contenidos, pero eso también tiene un lado oscuro: ahora los límites los ponen tus propios usuarios y su moral. "Tenemos la suerte de que en Twitch se castiga rápido a los que la lían y eso hace que a día de hoy al menos yo no conozca ninguno, a parte de Escalona, y ese ya está baneado en Twitch. La cosa es que en internet hay público para todo".

Es 9 de agosto de 2022 y el polemista Borja Escalona aparece en un bar de la ciudad de Vigo para comerse una empanadilla. Todo lo registra con la cámara de un móvil que le acompaña a todas partes y a la que habla mientras come. Al otro lado de esa pantalla, en ese mismo instante, hay decenas de espectadores (imposible saber el número exacto) que le mandan comentarios y charlan con él en vivo.

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