Renfe no explica la conversación del maquinista con un operador de la empresa

Ha hecho falta la caja negra para conocer un detalle que puede cambiar la perspectiva sobre el accidente ferroviario de Santiago. Como el Tribunal Superior de Justicia ha informadoen la tarde de este martes, el maquinista estaba hablando con Renfe, su empresa, antes de descarrilar. Fue la operadora quien llamó a Francisco José Garzón Amo para comunicarle informaciones sobre el recorrido a seguir, según han explicado los expertos que han analizado el contenido de la caja negra del tren. Hasta el momento, ni Renfe ni Adif habían querido aparecer ante los medios de comunicación para dar respuestas a las muchas preguntas sin respuestas sobre el accidente, y en ningún momento especificaron que ese tipo de conversación telefónica entra en los protocolos de la empresa.

“El teléfono corporativo es una herramienta más de trabajo para los maquinista de Renfe”, ha señalado a El Confidencial un portavoz de la operadora en la tarde de este martes. La empresa no ha querido hacer declaraciones sobre la postura adquirida a lo largo de la semana, pero ha asegurado “no haber recibido información” del contenido de las cajas negras. En este sentido, añade que cabe la posibilidad de que el maquinsita estuviera hablando con un operador de Adif, y no de Renfe, como a cambio ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

Como ha explicado a este diario un maquinista de la empresa, Renfe puede contactar con el conductor en dos formas: utilizando el “tren-terra”, sistema de comunicación interno a cada vehículo, o llamándole al teléfono corporativo. Este aparato se utiliza solo para comunicaciones sobre el trayecto o cuestiones técnicas sobre el estado de la circulación.

Sin explicaciones

Los detallesque rodean el accidente siguen siendo oscuras. Como explicó este medio el día siguiente al accidente, un sistema de control del tráfico automático, el ERTMS, habría evitado la llegada del tren a más de 150 kilómetros por hora a la curva de la parroquia de Angrois.

Sin embargo, la falta de información en la web de Adif o las escasas comunicaciones no han despejado dudas. El presidente de Renfe, Julio Gómez – Pomar, por su parte, declaró en una entrevista con el diario La Razón que se produjo unaconversación con el centro de control de tráfico una vez “producido el accidente”. La caja negra analizada este martes deja claro que el maquinista estaba en contacto con Renfe antes de que, a 153 kilómetros por hora, el tren se saliera de las vías del tren en un tramo en el que no estaba activado el ERTMS, sistema de frenado automático.

Al día siguiente al accidente, también el presidente de Adif, Gonzalo Ferre, dijo que el maquinista “había tenido que recibir un aviso de frenado” antes de la curva. Diversa de los dirigentes de las dos empresas que operan en la mayoría de la red ferroviaria española fue la reacción de Alberto Nuñez Feijoo, quien pidió calma: destacó los"muchos intereses económicos" en el accidente del Alvia. "Hay concursos internacionales de construcción de altavelocidad en los que España participa y hay muchos intereses en juego. Peropedir que una investigación concluya a las pocas horas no es investigar, sino especular", aseguró.Los contratos ferroviarios en juego en el extranjero tienen muy en cuenta la cuestión de seguridad de la alta velocidad por la quieren apostar.

El maquinista, por su parte, un experimentado ferroviario de 52 años, admitió el domingo ante el juezLuis Aláez que se distrajo.Pensaba encontrarse en otro tramo del trayecto de la línea Ourense- Santiago,se confundió de túnel y no reconoció el que precede la curva de Angrois, que hay que tomar a 80 kilómetros por hora. Desde entonces, Garzón está en libertad, pero con cargos por 79 delitos de homicidiosy por una pluralidad de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional, y con la imposición de medidas cautelares.