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La derecha amenaza la reelección de Costa tras una campaña que sobrevuela el Portugal Vacío

Se prevé que las urnas ofrecerán una reñida batalla entre derecha e izquierda que dificultará la gobernabilidad del país. Prácticamente, todos los escenarios están abiertos

Foto: El primer ministro socialista, António Costa, en un evento de campaña. (EFE/Miguel A Lopes)
El primer ministro socialista, António Costa, en un evento de campaña. (EFE/Miguel A Lopes)

Portugal celebra este domingo comicios legislativos para elegir al que será el próximo primer ministro del país, y la carrera está mucho más ajustada de lo que nadie hubiera podido esperar hace un mes. Al inicio de campaña, el actual primer ministro, el socialista António Costa, encabezaba cómodamente las encuestas y apuntaba a una mayoría absoluta para no tener que depender del apoyo de formaciones más a la izquierda. Hoy, los últimos sondeos apuntan a un escenario fuertemente ajustado con la resurrección del candidato conservador Rui Rio, que le pisa los talones en el empate técnico y con sus opciones renovadas.

Se prevé que las urnas ofrecerán una reñida batalla entre derecha e izquierda que dificultará la gobernabilidad del país. Prácticamente, todos los escenarios están abiertos con la opción de una nueva 'geringonça' de izquierdas (con Costa de nuevo teniendo que recurrir a sus exsocios del Bloco Esquerda y comunistas, o apostar, en cambio, por el partido animalista PAN) o de derechas (con los liberales y el difícil trago del apoyo de la ultraderechista Chega) o incluso la opción de un "pacto de caballeros", que permita gobernar al partido más votado sin que el otro se interponga en su camino, entre el Partido Socialista (PS) y el conservador Partido Social Demócrata (PSD) si a ninguno salen las cuentas.

A los sospechosos habituales que han marcado la campaña electoral, como el componente económico, el eje izquierda-derecha o la corrupción, este año ha entrado, de la mano de la promesa de Costa de celebrar un referéndum en 2024, un nuevo debate de lo que sería la reforma del Estado más importante en décadas: el modelo de regionalización del país, uno de los más centralizados de Europa, y el 'Portugal vacío'.

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El primer ministro António Costa relanzó de nuevo culminar el proceso de regionalización del país con la celebración de un referéndum en 2024, poniendo una fecha a la idea que ya había planteado un mes antes en el congreso anual de municipios, donde aseguró que Portugal tiene que "pasar está página definitivamente confiando y apostando por la descentralización". El debate sobre la organización administrativa del país marcará sí o sí el Portugal de los próximos años, porque el conservador Partido Social Demócrata (PSD), que puede arrancar a Costa la victoria y convertir a su candidato Rui Rio en el nuevo primer ministro, también ha anunciado su apertura a celebrar el referéndum. Se trata de un cambio de postura del PSD. Marcelo Rebelo de Sousa, presidente del país y del PSD, se ha tradicionalmente opuesto a la regionalización del país. En esta ocasión, sin embargo, ha aceptado la organización de la consulta si cuenta con suficiente apoyo parlamentario, algo que parece hecho.

Portugal es hoy día uno de los países más centralizados de Europa, incluso comparándolo con países de tamaño o población similar, solo quizá al nivel de Grecia e Irlanda, o de países tan pequeños que no pueden ser descentralizados, como Liechtenstein. Con excepción de Azores y Madeira, Portugal no cuenta con regiones administrativas. En el territorio continental, solo hay dos niveles de gobierno: la administración central y el nivel local, con los municipios y los ayuntamientos, con pocas o nulas competencias en temas como gestión de fondos europeos, educación, gestión de infraestructuras... Hablamos con Filipe Teles, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Aveiro y experto en regionalización y municipalismo: "Hay una brecha entre el nivel central y a nivel local, que deja sin capacidad de respuesta coordinada de políticas a nivel regional, algo muy raro comparado con otros países europeos", sostiene Teles. "[Si se aprueba en referéndum] va a ser un instrumento fundamental para trabajar temas como la economía, la despoblación y el Portugal vacío", asegura.

P. ¿Existe un Portugal vaciado?

R. Hay claramente un fenómeno. Los últimos datos comparando el censo de 2007 y uno hace unos meses en 2021 son muy claros en confirmar una tendencia de las últimas dos, tres décadas de una transición de la población desde el interior del país hasta el litoral, y mucho más hacia el Área Metropolitana de Lisboa... Tenemos casi más de 80% de la población de Portugal en el litoral y concentrado en apenas dos o tres centros urbanos grandes, y todo el interior de Portugal está claramente sufriendo el problema de población.

Foto: El actual primer ministro y secretario general del Partido Socialista portugués, António Costa (EFE/Miguel A. Lopes)
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A. Alamillos. Lisboa Gráficos: Marta Ley

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Lisboa chupa población, dejando al interior vacío, y también es donde se deciden las estrategias para todo el país. Decía el escritor Eça de Queiroz, en 1888, "¡Lisboa es Portugal! Fuera de Lisboa, no hay nada", y parece que no ha cambiado. "Todo se piensa, se evalúa y se decide en Lisboa", apunta Ribeiro e Castro, exlíder del partido CDS (conservadores democristianos) en una reciente columna de opinión del Diario de Noticias, y añade "[las regiones del interior] Bragança, Guarda, Castelo Branco y Portalegre están reducidos a casi nada en términos de decisiones sobre su presente e influencia en su futuro".

Consciente del problema, en el último año el Gobierno portugués del PS ha intentado varios pasos hacia la descentralización del país en Lisboa —sin mencionar entonces la palabra 'regionalización'— como el traslado del Tribunal Constitucional desde Lisboa a Coimbra (que no fructificó, ante la oposición de los jueces) o el también intento fallido de trasladar la sede de la Autoridad del Medicamento (Infarmed) a Oporto. También se ha intentado la transferencia de algunas competencias, en áreas como la educación o la protección civil, a algunos municipios, pero no ha sido acompañado de un presupuesto específico, por lo que muchos municipios han rechazado la medida. La descentralización de órganos e instituciones de Lisboa no es lo mismo que la creación de estructuras administrativas a nivel regional, pero es un proceso que debe ir "en paralelo", según defiende Teles.

La celebración de un referéndum —una fórmula especialmente polémica en otros escenarios— sobre la reforma territorial es solo un último paso más que da el PS en esa línea, pero también es una promesa pendiente de la propia Constitución lusa fruto de la Revolución de los Claveles de 1974, que recogía el proceso de regionalización del país a través de un plebiscito. "Para la Constitución portuguesa es muy claro, la regionalización es posible y deseable, pero nunca ha sido posible [avanzar en el proceso]", sostiene Teles.

El proceso quedó en suspenso durante décadas, sin realmente un debate social al respecto y cargado de las dudas habituales sobre el desdoblamiento presupuestario, el caciquismo o la posible corrupción, admite Teles. Lo demostró la escasa participación en el referéndum sobre la cuestión en 1998, un 48%. La respuesta mayoritaria, excepto en la región del Alentejo, fue que no, y desde entonces los diferentes gobiernos han ido pasándose la pelota.

Foto: El Parlamento portugués, en Lisboa. (EFE)

P. ¿Por qué cambiar ahora el sistema que, como dicen sus partidarios, ha sido siempre así en Portugal? ¿Cree que la centralización portuguesa es de alguna manera culpable de algo de la situación en la que se encuentra el país?

R. No podemos decir que la centralización sea culpable, pero sí que no ayuda. No ayuda, por ejemplo, a tener políticas públicas más adaptadas a las necesidades del tejido de los territorios. Por ejemplo, dando respuesta a la despoblación, al vacío de gran parte del interior del país. Cuando todas las políticas públicas son decididas a nivel central y los municipios no tienen mucho poder para hacer casi nada, es difícil dar respuestas adaptadas a los territorios.

También es difícil hablar de adecuación de estrategias económicas, porque diferentes regiones en Portugal tienen necesidades y comportamientos de su estructura económica diferentes. El norte de Portugal es claramente industrializado, exportador, que necesita de un tipo de inversión pública que es diferente en término de transportes, de vías de comunicación, de facilitación del proceso económico y el interior sur de Portugal, por ejemplo, necesita de otro tipo de política. No es culpable, pero no ayuda a responder de forma adecuada las necesidades diferentes de los diferentes territorios. Es muy importante también para el área metropolitana de Lisboa hablar de descentralización y hablar de regionalización, porque descentralizar no es todo solamente para otros territorios lejanos de Lisboa. Descentralizar es también para los órganos de proximidad en Lisboa, la Cámara Municipal y el área metropolitana. Y para responder a esa necesidad específica de Lisboa hay que tener más competencias en esas estructuras subnacionales.

P. ¿Y por qué no ha sido posible entonces avanzar en la regionalización?

R. Portugal tiene una una característica que es típica de los países muy centralizados, que es el miedo de de perder poder desde centro, el poder político, el administrativo, no tiene la voluntad de distribuir. El segundo es una mentalidad centralista también de la propia población. Y luego los mitos, los mitos tradicionales sobre estas cuestiones: que se van a crear más empleos políticos, más oportunidades de corrupción, de uso indebido de de los presupuestos públicos, etcétera.

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Portugal tendrá que decidir exactamente qué nivel de poder y competencias tendrán las nuevas regiones, sin intentar imitar el sistema de la vecina España, un modelo que "no es aplicable a Portugal", asegura Teles, un país con una identidad nacional muy homogénea y sin tensiones regionales o identitarias. Ni siquiera llegarían a tener, en ningún caso, la autonomía política de Madeira o Azores. El referéndum tendrá sin embargo apenas dos preguntas, y se centrarán en el mapa del nuevo país: ¿Está de acuerdo con el mapa nacional, con la división nacional? y ¿Estás de acuerdo con el mapa de tu región? El informe actual defiende la división del país en cinco regiones, similares: Norte, Centro, Lisboa y Valle del Tajo, Alentejo y Algarve. ¿Será 2024 el momento del Portugal de las regiones?

Portugal celebra este domingo comicios legislativos para elegir al que será el próximo primer ministro del país, y la carrera está mucho más ajustada de lo que nadie hubiera podido esperar hace un mes. Al inicio de campaña, el actual primer ministro, el socialista António Costa, encabezaba cómodamente las encuestas y apuntaba a una mayoría absoluta para no tener que depender del apoyo de formaciones más a la izquierda. Hoy, los últimos sondeos apuntan a un escenario fuertemente ajustado con la resurrección del candidato conservador Rui Rio, que le pisa los talones en el empate técnico y con sus opciones renovadas.

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