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El mesiánico líder de la extrema derecha que aspira a replicar el éxito de Vox en Portugal
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elecciones el 30 de enero

El mesiánico líder de la extrema derecha que aspira a replicar el éxito de Vox en Portugal

El líder de la extrema derecha, André Ventura, es un abogado y exseminarista que dice haber sido escogido por Dios para cambiar Portugal. Y no son pocos quienes le creen

Foto: El líder de la ultraderecha portuguesa, André Ventura, durante la campaña presidencial. (EFE/Octavio Passos)
El líder de la ultraderecha portuguesa, André Ventura, durante la campaña presidencial. (EFE/Octavio Passos)

En los debates previos a las elecciones legislativas en Portugal, hay una pregunta que se repite en forma de recriminación entre los candidatos de izquierda: “¿Quién se va a hacer responsable del ascenso de la ultraderecha?”.

Y es que el quiebre de la 'Gerigonça', el pacto de partidos de izquierda con el que el primer ministro Antonio Costa (PS) gobernó los últimos seis años junto al Partido Comunista y al Bloque de Izquierda, no sólo inició una crisis que llevó al presidente Marcelo Rebelo de Sousa a convocar elecciones anticipadas para la Asamblea de la República. Si no que, como anuncian las encuestas, multiplicará los asientos parlamentarios de Chega, el partido de ultraderecha que hasta ahora sólo tenía un diputado: André Ventura.

Foto: El actual primer ministro y secretario general del Partido Socialista portugués, António Costa (EFE/Miguel A. Lopes)
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A menos de una semana de las elecciones, los sondeos le dan a Chega cerca de un 6% de intención de voto, lo que los transformaría en el tercer partido con más diputados en Portugal. Mientras, la diferencia entre el Partido Socialista y el PSD se estrecha con un 37% y 33% respectivamente, lo que los obligaría a buscar alianzas para formar gobierno. Aunque es poco probable que sea llamado a formar gobierno, Ventura, un católico conservador que busca prohibir el aborto y que ya fue condenado por calificar a una familia de un barrio marginal de "bandidos”, ya ha dejado claras sus exigencias al PSD: quiere ministerios claves en un futuro gobierno.

¿Quién es André Ventura?

Hasta hace apenas cinco años, André Claro Amaral Ventura (39) era un desconocido abogado y militante de cuarta línea del Partido Social Demócrata (PSD), partido de centro derecha portuguesa. Tras un breve paso como comentarista televisivo del Benfica -club de fútbol del que es hincha acérrimo-, el PSD lo escogió para competir en las elecciones municipales de 2017, en el olvidado municipio de Loures. Allí es donde explotó. En una entrevista concedida al diario 'I' en junio de 2017, afirmó que “los gitanos viven casi exclusivamente de subsidios del Estado”, acusando a esa comunidad de no pagar el transporte público ni aportar a la seguridad social.

Aunque todo el espectro político repudió los dichos xenófobos de Ventura, desde entonces, el abogado no ha dejado de protagonizar la vida política portuguesa. Ya sea aliándose con la extrema derecha española, presentando iniciativas para instaurar la castración química, parafraseando ideas de la dictadura portuguesa o invitando públicamente a una diputada de origen africano a “volver a su tierra”, Ventura ha capitalizado esa atención para fundar su propio partido (Chega, portugués para “¡basta!”), transformarse en diputado y obtener casi medio millón de votos en las últimas presidenciales, ubicándose en un sorprendente tercer lugar con el 11,9% del total de los votos.

Foto: Un hombre levanta el puño durante la celebración del 44º aniversario de la Revolución de los Claveles en Lisboa, el 25 de abril de 2018. (Reuters)

Pedro Pinto, secretario general de Chega, lo resume con orgullo: “En dos años, André Ventura vino a transformar la política portuguesa. Si te das cuenta, en estas legislativas no hay un solo día en que los demás políticos no hablen de André Ventura”.

El complejo fin de la 'excepción' Portuguesa

Durante años, Portugal pareció inmune al ascenso de los partidos de extrema derecha como los que ya habían comenzado a aparecer por el resto de Europa y América. Cecília Honório, doctora en Historia de las Ideas Políticas de la Universidad Nova de Lisboa, escribió que el país se sentía protegido “por contar con una memoria reciente de su dictadura, a lo que se sumaba la revolución del 25 de Abril”.

Para Miguel Carvalho, periodista de la revista Visão y probablemente quien ha seguido más de cerca el crecimiento de Chega, el discurso “anticorrupción” de Ventura y sus alocuciones dirigidas al “ciudadano de a pie” han calado en un país donde el portugués promedio piensa que el 69% de sus políticos son corruptos. “Pienso que André Ventura y su partido capitalizaron un resentimiento existente en varias capas de la población. Su principal acierto en ese tiempo, fue elevar aquel malestar al discurso político”, dice Carvalho.

En el libro 'Nuevas y viejas extremas derechas', Honório hace una diferenciación entre los discursos de Chega y Vox en España: “En Portugal, la extrema derecha no tiene refugiados, al islam o una criminalidad galopante como para alimentar su discurso. En contrapartida, el hecho de que Portugal sea percibido como un país más corrupto que la media europea (...) justifica la campaña de un candidato contra ‘el sistema corrupto’”. Para la académica Honório, “el concepto de facismo resulta tan inadecuado como indispensable” para movimientos como el de Chega.

Foto: El primer ministro portugués, Antonio Costa. (EFE)

Durante su primera campaña presidencial, Ventura fue recibido en decenas de ciudades por manifestaciones 'antifascistas' y frecuentes insultos en la vía pública. Por otro lado, la Comisión por la Cartera Profesional de Periodistas (CCPJ por sus siglas en portugués) emitió un informe denunciando “amenazas” y “conductas hostiles” recibidas por los periodistas que siguieron la caravana de Ventura por el país. El propio Ventura ha publicado en sus redes sociales memes en contra de periodistas, como en el caso de Miguel Carvalho.

Aun así, Carvalho cree que tanto el periodismo como los partidos de izquierda en Portugal siguen cometiendo un error al categorizar a todos los votantes de Ventura como ultraderechistas. “En Chega no hay sólo salazaristas, racistas y xenófobos -también los tiene, es verdad- pero no se trata sólo de eso. Yo he entrevistado a votantes de Chega que hasta hace poco tiempo eran votantes del PS o del Partido Comunista Portugués (PCP). Es un grupo mucho más variado y complejo de lo que se cree. Esa narrativa en ‘blanco y negro’ sólo beneficia a Chega Un miembro del partido me dijo en una cena: ‘Cada vez que nos llaman fascistas, conseguimos cinco militantes más’”, dice Carvalho.

Proyecto de poder personal

Para muchos expertos, Chega se trata ante todo de un proyecto de poder personal de André Ventura. En sus inicios, los comicios del partido parecían al de un culto religioso. “Las personas que llegaron en ese primer período veían en André Ventura una especie de salvador de la patria”, recuerda Miguel Carvalho. Hasta hoy, Ventura, quien tuvo un breve paso en el seminario para convertirse en sacerdote católico, considera “que Dios le confió la misión” de gobernar Portugal.

Este exacerbado personalismo, sumado a una serie de conflictos internos, han dificultado el surgimiento de otros liderazgos en el partido. Por ejemplo, en el camino ha quedado el amigo de infancia de Ventura, Nuno Santos, relegado de las listas parlamentarias. Otras, como Lucinda Riveiro, una de las fundadoras del partido y responsable de la explosiva campaña en redes sociales de Chega, salió con estruendo. “Dios no es un slogan”, dijo en referencia a Ventura. Gabriel Mita Ribeiro, quizás el académico mejor preparado dentro del partido, fue llevado a competir en estas legislativas por un distrito sin importancia. André Ventura, dicen algunos, "intenta sacar a quien le pueda hacer sombra”. Visión que Pinto, el secretario general del partido y empresario oriundo de la región de Alentejo, no comparte. Para él, Chega no es sólo un proyecto personal de Ventura, sino “la voz de la gente común”.

Foto: Un hombre con mascarilla, entre los vagones de un tranvía en Portugal. (Reuters/Pedro Nunes)

“Somos el partido del país real, que conoce los problemas de las personas que viven fuera de las grandes áreas metropolitanas, que sufren con las diferentes etnias que allí existen y con los problemas de inseguridad. ¡Nosotros estamos aquí para resolver esos problemas!”, dice Pinto, quien además encabeza la lista de Chega en el distrito de Faro, al sur del país.

En las últimas elecciones de gobiernos locales, destaca Pinto, Chega consiguió 19 concejales en todo el territorio portugués, un resultado muy superior al de, por ejemplo, Bloque de Izquierda, que sólo obtuvo 5. Es por estos factores que la izquierda aún se recrimina el fin de la 'Gerigonça'. “Al no conseguir un entendimiento, la izquierda regaló a Chega unas elecciones anticipadas en bandeja de oro, dándole un suplemento de alma y de votos que multiplicarán los Venturas en el Parlamento”, concluye Carvalho.

“Nunca serles indiferente”

En los últimos días de campaña, Ventura se ha concentrado en recorrer el interior del país, quizás con menos espectacularidad que la de sus primeras campañas. Hay portugueses que siguen encarándose con él en la vía pública, como una mujer gitana en el municipio de Braga, quien le espetó: “también hay personas de su etnia que no pagan impuestos”. Ventura se alejó con una sonrisa.

En una de sus últimas apariciones en público, el periodista Miguel Carvalho le oyó decir una frase que bien podría resumir su motivación personal y la clave de su rápido ascenso: "Habrá siempre personas que me odian y otras que me elogian. Lo importante es nunca serles indiferente”, dijo Ventura, mientras era abucheado por parte de los peatones a su alrededor.

En los debates previos a las elecciones legislativas en Portugal, hay una pregunta que se repite en forma de recriminación entre los candidatos de izquierda: “¿Quién se va a hacer responsable del ascenso de la ultraderecha?”.

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