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La OTAN y EEUU dejan a la UE fuera de la mesa de los adultos en su negociación con Rusia
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Reuniones clave sin la Unión Europea

La OTAN y EEUU dejan a la UE fuera de la mesa de los adultos en su negociación con Rusia

La Unión Europea no jugará ningún papel en las negociaciones que durante estos días se están manteniendo con Rusia para desactivar la tensión en la frontera con Ucrania

Foto: Rueda de prensa de los jefes de la diplomacia europea y rusa en febrero de 2021 en Moscú. (Reuters/Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia)
Rueda de prensa de los jefes de la diplomacia europea y rusa en febrero de 2021 en Moscú. (Reuters/Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia)

Semana clave de conversaciones entre Estados Unidos, la OTAN y Rusia para conseguir que Moscú retire a los 100.000 efectivos con los que amenaza con invadir Ucrania. El Kremlin solicita una revisión integral de la arquitectura de seguridad en Europa, unas condiciones que ni Washington ni la Alianza Atlántica pueden cumplir. Sin embargo, durante estos días se busca la manera de desactivar la posible agresión a Kiev con otras posibles concesiones.

En esas mesas de conversaciones clave, primero en Ginebra entre la delegación americana y la rusa, y luego en Bruselas, donde los enviados del Kremlin continuarán con las negociaciones con la OTAN este miércoles, la Unión Europea no juega ningún papel. El club comunitario, que lleva desde hace años hablando de la autonomía estratégica y de la necesidad de dar una importancia geopolítica a la Unión, no tiene un hueco en la mesa de los adultos.

Foto: Policías kazajos. (EFE/Stringer)

En la diplomacia y el poder hay una primera división del mundo: los que están dentro de la habitación en la que se toman las decisiones y los que están fuera. Cuando el miércoles los representantes de los socios de la OTAN se reúnan con la delegación rusa los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la Unión Europea se encontrarán a unos 800 kilómetros de distancia de la habitación, reunidos en la ciudad francesa de Brest, en Bretaña, en un encuentro informal organizado por la presidencia francesa del Consejo de la Unión Europea.

La realidad es que el efecto de estas conversaciones será limitado. Nadie en Bruselas, Washington o Ginebra espera grandes avances. Las peticiones rusas no son negociables en muchos puntos para Estados Unidos y la alianza que lidera, así que hay pocas esperanzas en el diálogo, como ha señalado Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU, que ha explicado que “es muy difícil ver que eso suceda cuando hay una escalada en curso, cuando Rusia tiene un arma en la cabeza de Ucrania”. Hay división de opiniones respecto a si la lista puesta sobre la mesa por el Kremlin tiene como objetivo obtener otro tipo de concesiones más concretas y realistas, o si lo que busca Moscú es obtener un “no” que le sirva de excusa para iniciar una nueva agresión a Ucrania. Por lo pronto, las primeras conversaciones en Ginebra, que se alargaron durante unas ocho horas, se produjeron en un ambiente cordial y riguroso.

placeholder Vladimir Putin, presidente ruso. (Reuters)
Vladimir Putin, presidente ruso. (Reuters)

La UE, fuera de la mesa

La Comisión Europea tenía esperanzas en que la Administración americana bajo Joe Biden comprendiera que va en interés tanto de Washington como de los Veintisiete que la Unión pueda hacerse cargo cada vez más de su propia seguridad. De manera progresiva, pero decidida. O eso al menos creía Josep Borrell, alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, que expresaba esas esperanzas a mediados de diciembre en una reunión con un grupo de medios de comunicación en Bruselas.

Pero a la hora de la verdad las expectativas que se generan y alimentan en la capital comunitaria y la realidad distan mucho. Aunque tanto Borrell como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, han insistido en la necesidad de que la Unión tenga un papel, ya que “no puede ser un espectador neutral en las negociaciones”, como señalaba el jefe de la diplomacia europea, Estados Unidos ha tomado una decisión que no ha sorprendido a muchos.

Foto: Josep Borrell, alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad. (Reuters/Pool/Frederick Florin)

Sin embargo, la Comisión Europea ha mandado mensajes suficientes para dejar claro que no siente que su lugar deba estar fuera de la mesa de negociaciones. Borrell viajó a principios de año al terreno, a Ucrania, donde reclamó el papel de la Unión Europea como el principal socio de Kiev. El jefe de la diplomacia europea dejó poco espacio a la duda respecto al malestar de Bruselas con la manera en la que se ha gestionado la negociación: “Ya no estamos en los tiempos de Yalta [la reunión en la que los líderes de la Unión Soviética, Estados Unidos y el Reino Unido dividieron Europa y marcaron el futuro del continente]. La delimitación de las esferas de influencia de las dos grandes potencias no pertenece a 2022. La seguridad de Europa y la seguridad en Ucrania —porque Ucrania es parte de Europa— es algo que afecta ante todo a ucranianos y europeos”.

Pero la decisión de aislar a la Unión no se trata simplemente de una iniciativa americana. Desde hace algún tiempo el Gobierno ruso trata de eliminar a la Unión Europea como un interlocutor válido. En febrero, Sergei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores, amenazó con la ruptura de relaciones diplomáticas. Poco después, el jefe de la diplomacia rusa aseguraba que ya no había “relaciones con la Unión Europea como organización”. “Toda la infraestructura de estas relaciones ha sido destruida por las decisiones unilaterales de Bruselas”, aseguró Lavrov tras la aprobación de nuevas sanciones por parte de los Veintisiete contra el Gobierno ruso.

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Borrell, durante su visita a la frontera entre Ucrania y Rusia. (Reuters)

Moscú puede mantener contactos bilaterales con distintos Estados miembros del bloque, pero evita en la medida de lo posible la comunicación con Bruselas. En todo caso, Borrell sí que ha mantenido el contacto con Lavrov, y el catalán es un defensor de la necesidad de mantener una cooperación y un diálogo lo más fluido posible con Rusia. Precisamente porque el contacto entre Moscú y las capitales europeas es más sencillo que a través de la Unión, París y Berlín han intentado acercar posturas con el Kremlin en las últimas semanas, enviando a la capital rusa a hombres de la confianza de Emmanuel Macron, presidente galo, y Olaf Scholz, canciller alemán. Francia, Alemania, la amenazada Ucrania y Rusia mantenían un contacto en formato del llamado 'cuarteto de Normandía' por el que los gobiernos francés y alemán trataban de que se cumplieran los acuerdos de Minsk de 2015 con los que se trató de mitigar la agresión rusa en el este de Ucrania.

Para algunos Estados miembros del este de Europa, como Polonia, no representa un verdadero problema que la Unión Europea no tenga un rol principal en las negociaciones de estos próximos días, ya que su seguridad depende en realidad de la Alianza Atlántica y del compromiso que Washington tenga con la misma. Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, ha señalado que Europa estará presente en las discusiones a través de la propia OTAN, de la que forman parte 21 de los 27 Estados miembros de la Unión.

Semana clave de conversaciones entre Estados Unidos, la OTAN y Rusia para conseguir que Moscú retire a los 100.000 efectivos con los que amenaza con invadir Ucrania. El Kremlin solicita una revisión integral de la arquitectura de seguridad en Europa, unas condiciones que ni Washington ni la Alianza Atlántica pueden cumplir. Sin embargo, durante estos días se busca la manera de desactivar la posible agresión a Kiev con otras posibles concesiones.

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