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El PPE se lanza a la presidencia de la Eurocámara con Pons entre los favoritos
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Los socialistas quieren mantener el puesto

El PPE se lanza a la presidencia de la Eurocámara con Pons entre los favoritos

Los democristianos europeos quieren presidir la Eurocámara y el eurodiputado español González Pons es uno de los favoritos, aunque todavía no ha decidido si se presentará

Foto: González Pons junto al expresidente del Parlamento Europeo Tajani y el alemán Manfred Weber, ambos del PPE. (Reuters)
González Pons junto al expresidente del Parlamento Europeo Tajani y el alemán Manfred Weber, ambos del PPE. (Reuters)

El Partido Popular Europeo quiere hacerse con la presidencia del Parlamento Europeo en enero de 2022, cuando finaliza el mandato del socialista italiano David Sassoli. El acuerdo que a principios de legislatura firmaron el propio PPE, los socialdemócratas (S&D) y los liberales estipulaba que la primera mitad del mandato sería para los socialistas y la segunda mitad para los populares, pero la bancada socialdemócrata, liderada por la española Iratxe García, pretende repetir mandato.

El PPE se ha dado hasta noviembre para llegar a un acuerdo sobre qué nombre pondrá encima de la mesa para sustituir a Sassoli. Y el de Esteban González Pons, eurodiputado español, está en muchas de las quinielas. Es una de las personas más cercanas a Manfred Weber, un político alemán de la CSU bávara que lidera las filas de los democristianos en el Parlamento Europeo. Se sienta siempre a su lado y, cuando Weber no está, es quien interviene con preferencia en nombre del PPE. Tiene mando en plaza y jerarquía entre los miembros del grupo.

Foto: Sesión plenaria del Parlamento Europeo en Bruselas. (EFE)

Lleva en la Eurocámara desde 2014, conoce bien los engranajes del partido, y despierta simpatías fuera del propio PPE y entre los sectores menos conservadores de la propia familia democristiana, que lo ven como una figura afín a sus postulados más liberales frente a las corrientes dentro del partido que apuestan por un giro conservador.

La decisión de Weber de no presentarse a la presidencia de la Eurocámara y en cambio intentar suceder a Donald Tusk, antiguo presidente del Consejo Europeo, al frente del Partido Popular Europeo, ha hecho que muchas miradas se dirijan hacia el eurodiputado valenciano que, sin embargo, todavía no ha tomado una decisión respecto a si presentará o no su candidatura. "Mi trabajo en el Grupo del PPE aún no ha terminado. Nuestra misión de revivir la democracia cristiana y los partidos de centro derecha en Europa no ha terminado. Por tanto, no me postularé para la presidencia del Parlamento Europeo", ha señalado Weber.

Foto: David Sassoli. (Reuters)

En las próximas semanas comenzará una lenta coreografía en la que los interesados por sustituir a Sassoli irán moviendo sus hilos dentro del partido. Tras las puertas de los eurodiputados más influyentes de la familia sonarán los nudillos de distintos políticos que tratarán de medir sus posibilidades. Debe ser un candidato fuerte, que guste fuera de los límites del PPE, porque necesitará los votos de otros partidos, al menos de los más de 100 eurodiputados de la familia liberal, que ni siquiera le garantiza la victoria en la primera ronda de votaciones.

La postura socialista

Los socialistas consideran que el acuerdo firmado a principios de legislatura por García, Weber y el rumano Dacian Ciolos, líder de los liberales, ha quedado anticuado. En aquellos momentos, los socialdemócratas se quedaban con la presidencia de la Eurocámara y del Eurogrupo, el foro de ministros de Finanzas de la Eurozona, por entonces presidido por el portugués Mário Centeno. Pero hoy el Eurogrupo está presidido por el irlandés Paschal Donohoe, del PPE, y, si los socialistas pierden el asiento del Parlamento Europeo, se habrán quedado prácticamente sin representación en la cúpula de la Unión Europea: el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, es liberal; la de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, popular, al igual que el del Eurogrupo y, si se cumple el acuerdo firmado, el de la Eurocámara. A los socialistas solamente les quedaría el español Josep Borrell, alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad.

Foto: Cumbre UE-EEUU en Bruselas el pasado 15 de junio. (EFE)

Por eso se retractan del acuerdo. Pero no es la primera vez que les pasa a los socialistas algo similar: en la anterior legislatura se repitió un escenario idéntico, que acabó con el Partido Popular Europeo imponiendo a su candidato, el italiano Antonio Tajani, dejando así las presidencias del Consejo, Parlamento y Comisión en manos populares. Negociaron mal tras las elecciones europeas de 2014, terminando la legislatura con una presencia residual en los altos cargos, y negociaron mal en 2019, a pesar de que el PPE se desangró, algo de lo que se beneficiaron más los liberales (que ganaron casi 40 escaños) que los socialistas, que también perdieron muchos asientos, aunque mantuvieron el segundo puesto.

En cualquier caso, los socialistas no lo tienen fácil para repetir cargo. Incluso si logran construir un bloque unido con los ecologistas, con 74 eurodiputados, y la izquierda unitaria, con sus 41 asientos, se quedaría con 269 escaños por debajo de los 290 votos que podría conseguir un candidato del PPE con el apoyo liberal, sin tener en cuenta los votos de los conservadores (ECR), que es el grupo al que pertenece Vox, así como de Identidad y Democracia, la formación de Marine Le Pen y el italiano Matteo Salvini, que juntos suman 135 escaños.

El Partido Popular Europeo quiere hacerse con la presidencia del Parlamento Europeo en enero de 2022, cuando finaliza el mandato del socialista italiano David Sassoli. El acuerdo que a principios de legislatura firmaron el propio PPE, los socialdemócratas (S&D) y los liberales estipulaba que la primera mitad del mandato sería para los socialistas y la segunda mitad para los populares, pero la bancada socialdemócrata, liderada por la española Iratxe García, pretende repetir mandato.

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