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El presidente del Consejo Europeo amenaza con medidas radicales contra AstraZeneca
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Por la crisis de las vacunas

El presidente del Consejo Europeo amenaza con medidas radicales contra AstraZeneca

El presidente del Consejo Europeo envió ayer una carta a varios líderes europeos sugiriendo el uso del artículo 122 del Tratado de Funcionamiento de la UE para afrontar la escasez de vacunas

Foto: Una sesión del Consejo Europeo, con Charles Michel a la cabeza. (Reuters)
Una sesión del Consejo Europeo, con Charles Michel a la cabeza. (Reuters)

La escasez de vacunas contra el coronavirus se ha convertido en la prioridad de la agenda europea. Monopoliza cada discusión, cada 'mail' y cada intercambio en la capital comunitaria después de que el pasado viernes AstraZeneca comunicara a las autoridades europeas que recortaría su entrega de dosis un 75% respecto a lo comprometido en el contrato que había firmado con la Comisión Europea. Tras una semana de guerra abierta con la farmacéutica, las instituciones europeas están ya empezando a barajar medidas más radicales para una solución de urgencia.

Este mismo jueves, la Comisión Europea ha elaborado una idea que ya circuló el pasado lunes, cuando propuso que las farmacéuticas tuvieran que informar a los Estados miembros de sus exportaciones a países terceros. Bruselas la profundiza ahora: las capitales podrán bloquear estas exportaciones. Especialmente si en la Unión Europea hay escasez de vacunas y la farmacéutica en cuestión no está cumpliendo con sus compromisos contractuales con los Veintisiete.

Foto: Un cargamento con vacunas llega a  Bulgaria. (EFE)

Pero Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, y que preside el foro en el que se reúnen los jefes de Estado y de Gobierno, ha ido más allá. En una misiva filtrada a los medios y que envió este miércoles a varios líderes europeos, entre los que se encuentran el canciller austriaco o el primer ministro griego, el presidente del Consejo Europeo ha llegado a proponer el uso del artículo 122 de los Tratados de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), un artículo de emergencia y tan abierto que en la práctica podría incluir desde medidas radicales contra la farmacéutica a meros efectos disuasorios.

“Apoyo todos los esfuerzos para resolver el asunto con las empresas a través del diálogo y la negociación. Sin embargo, si no se puede encontrar una solución satisfactoria, creo que deberíamos explorar todas las opciones y hacer uso de todos los medios legales y medidas de ejecución a nuestra disposición en virtud de los Tratados”, escribe el belga en la carta. “Si se considera políticamente oportuno, esto podría incluir un posible recurso al artículo 122 del TFUE. Esto daría a la UE y los Estados miembros los medios legales, mediante la adopción de las medidas urgentes adecuadas, para garantizar la producción y el suministro de vacunas eficaces para nuestra población”, añade.

"Problemas de suministro"

El artículo es amplio, vago, de gran espectro. Y esa es precisamente la ventaja de la cláusula, pensada originalmente por si un Estado miembro afrontaba problemas de suministro eléctrico (de hecho, es el caso que se menciona de forma explícita en el texto legal), pero que es aplicable a otros momentos, cuando el fenómeno está fuera del control del Estado miembro. En ese caso, el Consejo “podrá decidir, con un espíritu de solidaridad entre Estados miembros, medidas adecuadas a la situación económica, en particular, si surgieran dificultades graves en el suministro de determinados productos, especialmente en el ámbito de la energía”. Ese “medidas adecuadas a la situación económica” es amplio.

De hecho, el párrafo segundo del artículo 122, en el que se señala que el Consejo “podrá acordar, en determinadas condiciones, una ayuda financiera de la Unión al Estado miembro en cuestión”, ha sido la base jurídica para poner en pie el fondo de recuperación de 750.000 millones contra el covid.

placeholder El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (EFE)
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (EFE)

El uso del artículo 122 podría dar lugar a muchos escenarios, entre ellos, uno que ha solicitado el sector más a la izquierda del Parlamento Europeo desde hace semanas: que las farmacéuticas tengan que compartir las patentes de las vacunas. En todo caso, es únicamente una idea en el aire. No habrá decisión inmediata y Michel no tiene el poder para poner en marcha ninguna medida.

Guerra de filtraciones

El movimiento de Michel no es casual. El presidente del Consejo Europeo no puede dar un paso así en falso. Cuenta con el respaldo de los servicios jurídicos del Consejo, que le asesoran sobre cuál es la profundidad y la dimensión del artículo 122.

Además, el documento ha pasado a dominio público de forma rápida. No es un movimiento entre bastidores. Michel y su equipo quieren que se sepa. Es un mensaje dirigido a las empresas farmacéuticas, una amenaza más que se suma a las que la Comisión Europea lleva lanzando a AstraZeneca desde el pasado lunes. Ni mucho menos, espera tener que utilizarlo.

Foto: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE)

Por otro lado, desde inicios de esta semana, las estrategias de Michel y de la Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, han seguido caminos distintos. El domingo, el presidente del Consejo Europeo hablaba de tomar acciones legales, y desde el Ejecutivo comunitario se han distanciado de esa estrategia, señalando que lo primordial no es ganar la batalla legal, sino obtener las dosis prometidas. El hecho de que la carta haya sido filtrada pocas horas después de que fuentes comunitarias avanzaran que la Comisión permitirá a las capitales restringir las exportaciones de vacunas producidas en Europa sugiere también que Michel y su equipo quieren demostrar que están dispuestos a ir más allá que el Ejecutivo comunitario.

La Comisión Europea ha rebajado el tono contra AstraZeneca este jueves tras una reunión el miércoles que Kyriakides calificó de “constructiva”, si bien lamentó la “continua falta de claridad” por parte de la compañía. La prioridad de Bruselas en estos momentos es descubrir si hay alguna vía por la que se pueda trabajar de forma conjunta con la farmacéutica para garantizar que la Unión contará con las dosis prometidas. Si esas discusiones no llegan a buen término, será cuando pueda aumentar la presión por parte de algunas capitales para tomar medidas más radicales.

La escasez de vacunas contra el coronavirus se ha convertido en la prioridad de la agenda europea. Monopoliza cada discusión, cada 'mail' y cada intercambio en la capital comunitaria después de que el pasado viernes AstraZeneca comunicara a las autoridades europeas que recortaría su entrega de dosis un 75% respecto a lo comprometido en el contrato que había firmado con la Comisión Europea. Tras una semana de guerra abierta con la farmacéutica, las instituciones europeas están ya empezando a barajar medidas más radicales para una solución de urgencia.

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