Johnson regresa al Gobierno de UK pidiendo cautela: "Es el momento de máximo riesgo"
Johnson regresa al frente de un Gobierno muy distinto al que dejó antes de ser ingresado con coronavirus, con luchas intestinas y más voces en la oposición
Boris Johnson siempre acude a los clásicos en momentos de crisis. Y el hecho de que ahora cite a Cicerón, filósofo romano, parafraseando el "Salus populi suprema lex esto" (la salud y el bienestar del pueblo debe ser la ley suprema) ofrece bastantes detalles sobre cómo afronta su reincorporación a Downing Street. Tras casi un mes ausente, el primer ministro ha vuelto este lunes a tomar el timón. Sabía que la vuelta no iba a ser fácil porque, una vez el Reino Unido ha llegado al pico de la curva, existe una gran presión para implementar la estrategia de desescalada. Sin embargo, después de haber estado ingresado en la UCI luchando él mismo contra el propio covid-19, su visión ante la pandemia irremediablemente se analiza ahora desde otro prisma.
En un discurso a la nación desde las puertas del Número 10, el líder 'tory' ha pedido a los británicos que no pierdan la paciencia. “Es ahora cuando estamos empezando a cambiar el rumbo”, señala. “Sé que es duro. Y quiero que la economía se mueva lo más rápido posible. Pero me niego a tirar por la borda todos los sacrificios y esfuerzos realizados y arriesgarnos a un segundo pico que dañe aún más los negocios y desborde el NHS (Sistema Nacional de Salud)”, ha arengado.
Comparando la lucha contra el covid-19 con un combate contra un “asaltante físico, inesperado e invisible”, el premier recalca que el Reino Unido se encuentra ahora en un “momento en el que lleva la ventaja”, aunque “también es el momento de máximo riesgo”.
En este sentido, asegura que es pronto aún para evaluar cuándo o qué restricciones se pueden levantar. En cualquier caso, se esforzará en lograr “consenso con empresarios y la oposición” a la hora de diseñar la hoja de ruta para ir retomando poco a poco a normalidad, una estrategia cuyos detalles podrán irse conociendo a lo largo de los próximos días, donde el Gobierno tomará decisiones con la “máxima transparencia”.
Momento de máximo riesgo
Su círculo más cercano -con el que se reunió el viernes pasado y aludió al orador romano-ya había advertido que Johnson se ha convertido en un “hombre más cauto”. La cuestión es hasta cuánto va a durarle esta actitud porque no son pocos los frentes que tiene abiertos.
Con el coronavirus, al fin y al cabo, la clave siempre ha sido la de suministrar oxígeno al sistema. La difícil ecuación, sin embargo, viene ahora, cuando hay que encontrar el balance adecuado entre suministrarlo a los pacientes y la economía. Muchos expertos advierten que la temida recesión podría acabar a la larga costando más vidas. Pero, al mismo tiempo, ningún Gobierno quiere dar un paso en falso arriesgándose a provocar un segundo pico de la pandemia aún más mortífero.
Y este es el punto en el que se encuentra Johnson. En el Reino Unido, los muertos se acercan ya los 21.000, el escenario “más positivo” que barajaban hace tan solo un mes los científicos. El confinamiento está impuesto, como mínimo, hasta el 7 de mayo. Pero el Ejecutivo está bajo gran presión para que explique cómo los británicos pueden ir retomando poco a poco una relativa “normalidad”.
No podemos echar a perder todos los esfuerzos realizados hasta ahora. No podemos tener el riesgo de tener otro pico que sea aún más duro para la economía
Durante la ausencia del 'premier', ha sido el titular de Exteriores, Dominic Raab, quien, en teoría, ha estado este mes al mando. En todo momento, Downing Street ha querido evitar ofrecer una imagen de orfandad en medio de la peor crisis global en tiempos de paz. Sin embargo, las decisiones más importantes se han ido posponiendo hasta que Johnson se ha podido recuperar completamente. Y su vuelta desde luego no va a ser fácil.
Luchas intestinas en el Gobierno
Su Gabinete está completamente dividido entre los frentes liderados por el ministro de Sanidad, Matt Hancock -que en todo momento defiende que “la obligación del Gobierno es garantizar la seguridad de la ciudadanía”- y el 'Chancellor', titular de Hacienda Rishi Sunak -que mira con estupor el informe del Fondo Monetario Internacional, que vaticina un desplome de la economía británica de un 6% en 2020, frente al crecimiento del 1,5% del año pasado-.
Seis de los principales donantes del Partido Conservador en las elecciones de diciembre han pedido al primer ministro que alivie las restricciones. El empresario Steve Morgan, que donó un millón de libras a los tories, recalca que “nos encontramos en un momento en el que el remedio puede resultar peor que la enfermedad”. “Estoy totalmente a favor de que el país vuelva a trabajar. Esto no se trata de ganancias; se trata de salvar al Reino Unido de la bancarrota. Hay que salvarlo del desempleo masivo, empresas en quiebra, ciudadanos perdiendo sus medios de vida y sus hogares”, matiza.
Por su parte, Gerard Lyons, quien fue asesor económico de Johnson cuando era alcalde de Londres, afirma que “si no terminamos pronto con el confinamiento, el Reino Unido podría ser la economía occidental más afectada por el virus”.
Tanto la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, como el responsable del Ejecutivo de Gales, Carwyn Howell Jones, han adelantado ya un plan de desescalada a modo "semáforo", con fase roja, amarillo y verde. Una estrategia que acorrala aún más al Número 10.
Y, por si fuera poco, en la oposición en Westminster ya no está un impopular Jeremy Corbyn, sino un moderado Keir Starmer que, desde que se convirtió en líder laborista a inicios de abril, ha ido atrayendo -según las encuestas- a votantes de los Liberal Demócratas y los Verdes.
Starmer -quien tiene el título de "sir" por su excepcional carrera como abogado antes de meterse a política- ha apoyado durante estas semanas las decisiones del Ejecutivo de tener a los británicos encerrados en casa. Con todo, ahora ha escrito una carta al primer ministro donde advierte que el Gobierno corre el riesgo de “quedarse atrás del resto del mundo” al negarse a discutir un plan de salida.
Asimismo, respecto a los test disponibles para los trabajadores claves, pide al líder 'tory' que utilice los ayuntamientos y las bibliotecas que actualmente están cerradas como centros de emergencia y que presente una garantía de que ningún trabajador tendrá que viajar más de 20 minutos para hacerse la prueba.
Promesas incumplidas
El Ejecutivo se comprometió a realizar 100.000 test diarios a finales de mes para, entre otros, sanitarios y reponedores con síntomas, así como sus familiares, pero a día de hoy solo realiza una media de 20.000.
Desde que la salud de Johnson quedara fuera de peligro, la gestión del Gobierno ante la crisis está siendo muy criticada por la prensa, con los ataques más mordaces, por cierto, por parte de los rotativos de línea editorial conservadora. 'The Sunday Times' abrió la veda asegurando que el premier estuvo ausente al inicio de la pandemia, dejando pasar días claves para actuar. Y 'The Telegraph' puso luego la guinda con otra exclusiva brutal: mientras que los sanitarios denuncian que no tienen equipo de protección (PPE), millones de mascarillas, respiradores y otros artículos han salido empaquetados estos días desde los almacenes británicos con destino a Alemania, España e Italia. Los mayoristas británicos aseguran que no les quedaba otra opción que seguir vendiendo el equipo para salvar vidas en el extranjero porque sus ofertas de ayuda han sido repetidamente ignoradas por el Número 10. Dos médicos ya han presentado acciones legales contra el Gobierno.
La nota por parte de la ciudadanía ha vuelto a caer por segunda semana consecutiva, según la encuesta de ORB International. La proporción de encuestados que aprueban la respuesta del Ejecutivo al brote se redujo en un 7%, situándose ahora en un 52%. Con todo, casi la mitad (48%) consideran que se está haciendo todo lo posible para aumentar el número de pruebas a trabajadores claves y entregar equipos de protección personal a los sanitarios.
Por su parte, según otra encuesta de YouGov, un 66% de los ciudadanos sigue respaldando la gestión de la crisis del Gobierno y una mayoría muy superior, el 88%, considera que sería un error comenzar ya a relajar el confinamiento.
De momento, Downing Street pide cautela. Aunque, según 'The Sunday Telegraph', Isaac Levido, el estratega australiano que ideó la victoria electoral de los conservadores en diciembre, ya está trabajando ahora en cambiar el lema actual de “quédate en casa” por otro que represente la “segunda fase” de la respuesta a la pandemia.
Boris Johnson siempre acude a los clásicos en momentos de crisis. Y el hecho de que ahora cite a Cicerón, filósofo romano, parafraseando el "Salus populi suprema lex esto" (la salud y el bienestar del pueblo debe ser la ley suprema) ofrece bastantes detalles sobre cómo afronta su reincorporación a Downing Street. Tras casi un mes ausente, el primer ministro ha vuelto este lunes a tomar el timón. Sabía que la vuelta no iba a ser fácil porque, una vez el Reino Unido ha llegado al pico de la curva, existe una gran presión para implementar la estrategia de desescalada. Sin embargo, después de haber estado ingresado en la UCI luchando él mismo contra el propio covid-19, su visión ante la pandemia irremediablemente se analiza ahora desde otro prisma.