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El boicot nacionalista chino que ha puesto en jaque al rey del agua embotellada
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El boicot nacionalista chino que ha puesto en jaque al rey del agua embotellada

Zhong Shanshan, dueño de la empresa Nongfu Spring, ha sido víctimas de un boicot en redes sociales porque su hijo tiene la nacionalidad estadounidense

Foto: Zhong Shanshan, fundador y presidente de la compañía de agua embotellada Nongfu Spring, en una conferencia en Beijing en 2013. (Getty Images/VCG)
Zhong Shanshan, fundador y presidente de la compañía de agua embotellada Nongfu Spring, en una conferencia en Beijing en 2013. (Getty Images/VCG)

Los vídeos no dan pie a la interpretación. Un chico abre una botella de agua y vierte su contenido en el váter. Enseña la etiqueta para que se vea claramente la marca. En otro vídeo, una chica tira a la basura una botella sin abrir. Antes de hacerlo, muestra también la etiqueta. La empresa es la misma: Nongfu Spring. En las últimas semanas, una de las embotelladoras más importantes de China ha sido víctima de un boicot por no ser, según sus críticos, lo suficientemente china.

El foco de las críticas ha sido el dueño de la empresa, Zhong Shanshan, el hombre más ricos del gigante asiático. "Su hijo Zhong Shuzi fue enviado a los Estados Unidos para estudiar a la edad de 16 años. Más tarde se convirtió en ciudadano estadounidense y ahora ocupa un puesto de alto nivel en su propia empresa. Zhong Shuzi heredará los enormes bienes de su padre en el futuro. Es increíble que el futuro hombre más rico de China sea un ciudadano estadounidense", escribió un usuario de la red social Weibo.

En otra publicación de la misma red social, el director de Shongfu Spring es acusado de no tener el suficiente sentimiento patriótico. "No importa cómo de rico sea, no tiene un corazón chino". Además de la doble nacionalidad de su hijo, los motivos del boicot se centran en los presuntos vínculos de la compañía con Japón a pesar del enfrentamiento político con Pekín.

La relación se basa factores como el diseño de la botella de té verde, en la que aparece un templo que se parece mucho al de Sensoji de Tokio. En otro caso, se criticó que en una de las etiquetas de Nongfu Spring aparecen serpentinas de carpa, conocidas como Koinobori en la cultura japonesa. Otro diseño se parece, según los comentarios de algunos usuarios en Weibo, al Monte Fuji. Hasta las tapas rojas de las botellas estuvieron en el centro de la polémica por parecerse a la bandera japonesa.

Foto: Banderas taiwanesas en el Ministerio de Defensa Nacional, en Taipéi. (Reuters/Ann Wang)

Las acusaciones contra Zhong provocaron una caída de cerca del 7% del valor de las acciones de Nongfu Spring en la Bolsa de Hong Kong y se calcula que la empresa perdió alrededor de 4.000 millones de dólares en capitalización de mercado. Además, el patrimonio neto de Zhong, estimado en 64.600 millones de dólares, cayó alrededor de 2.000 millones de dólares en la misma semana, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg.

La crisis dentro de Nongfu Spring ha sido el último ejemplo de hasta dónde puede llegar el espíritu nacionalista en China y, sobre todo, cómo ese sentimiento puede poner contra las cuerdas a una de las empresas más importantes del gigante asiático. El boicot ha provocado que hasta el Gobierno haya tenido que hacer un llamamiento a la calma. El periódico Zhejiang Daily, el periódico oficial del Partido Comunista en esta provincia, publicó un artículo de opinión en el que instaba a los usuarios de redes sociales a dejar de atacar a las empresas privadas. "Especialmente ahora, las empresas privadas se enfrentan a desafíos sin precedentes. Deberíamos protegerlos aún más", apunta el artículo.

¿Un golpe a la innovación?

En muchos casos como este, el boicot llega muy rápido, pero el perdón y el olvido tardan muchísimo más en llegar. Algunas empresas chinas, en este contexto, pueden empezar a preguntarse a raíz del caso Nongfu Spring si serán las siguientes. "Es posible que, a corto plazo, esta campaña no tenga mucho impacto en la economía. Sin embargo, en el mediano plazo, si las empresas se comportan de manera autoprotectora y conservadora, no serán tan creativas e innovadoras", afirma Victor Shih, profesor de ciencias políticas en la Universidad de San Diego y director del Centro China del Siglo XXI, a El Confidencial.

En este sentido, Shih añade que el mayor desafío son las acciones arbitrarias del Gobierno y la incapacidad de las empresas para impugnar tales acciones en los tribunales. "Están dirigidos por el poder gobernante, a diferencia de los países democráticos, donde las compañías normalmente pueden recurrir y luchar contra medidas regulatorias. En China, hay pocos recursos en este sentido", continúa el experto.

Aunque una caída del valor en bolsa de una gran empresa china como Nongfu Spring puede afectar negativamente en términos de confianza del mercado, es poco probable que tenga consecuencias a nivel macroeconómico. La semana pasada, el gigante asiático anunció que su economía ha crecido un 5.3% en el primer trimestre de este año, según la Oficina Nacional de Estadística de la República Popular. El crecimiento fue del 1.6% con respecto al último trimestre, una cifra mucho mayor a la esperada.

Foto: Gente paseando por el distrito central de negocios de Pekín. (EFE/Mark R. Cristino)

China espera que la tendencia se mantenga durante todo el año y que puedan hacer frente a las adversidades económicas provocadas por factores como la inflación, la crisis del sector inmobiliario y la caída de las exportaciones. A pesar de las buenas cifras de principios de 2024, la incertidumbre todavía sigue presente. Los expertos apuntan a que el crecimiento del consumo sigue siendo débil y que China sigue arrastrando problemas como un exceso de deuda que pone en dificultades a la economía del país.

En zonas como Zhejiang, donde se encuentran las sedes de empresas como Nongfu Spring, Wahaha (la otra gran embotelladora del país), Alibaba y Geely Auto, aprovechó el boicot a la compañía de Zhong Shanshan para hacer un llamamiento a apoyar al sector privado. "En la actualidad, el desarrollo económico está pasando de ser cálido a frío y enfrenta muchos desafíos. Mientras las empresas privadas operen legalmente, todos los sectores de la sociedad deberían alentarlas y apoyarlas para crear más riqueza, más ingresos fiscales y más oportunidades de empleo, en lugar de hacer cosas que hielen los corazones de las personas en el sector privado", rezó el artículo publicado en el principal periódico de la región.

Alinearse con los 'valores patrios'

Nongfu Spring ha sido el último ejemplo de cómo el sentimiento nacionalista puede causar estragos para las empresas nacionales. Hace dos años, el fabricante de ropa deportiva Li Ning fue criticada por lanzar nuevos diseños que, presuntamente, hacían referencia a los sombreros utilizados por los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Antes de este boicot fue el turno de empresas occidentales como Nike, Adidas y H&M, que fueron señaladas por negarse a utilizar en sus telas un algodón producido en la región de Xinjiang.

El caso de Nongfu Spring ha sido especialmente curioso porque la marca es un household brand y sus productos se encuentran en casi cualquier rincón del país. "La marca de bebidas no solo es líder con un impresionante 26% del mercado nacional, sino que ha crecido sostenidamente en la última década (hasta alcanzar unos ingresos de más de 2.500 millones de dólares en 2023) convirtiendo a su fundador en el hombre más rico del país", explica Julio Ceballos, consultor de negocio en China y autor del bestseller Observar el arroz crecer.

La campaña de descrédito, que ha provocado hasta que los supermercados 7 Eleven retiren los productos de Nongfu Spring, se enmarca en país en el que las grandes marcas son motivo de orgullo nacional. "Este contexto explica que empresas como Nongfu Spring, a pesar de ser locales, se vean afectadas negativamente por percibir su no alineación con los valores patrios por parte de sectores ultranacionalistas de consumidores", continúa Ceballos.

Nongfu Spring convive con otras compañías nacionales en un entorno en el que se ha puesto de relieve la promoción del consumo de productos locales y se ha reducido la dependencia de importaciones extranjeras. Estas políticas, afirma el consultor, han alimentado nuevas tendencias de consumo y de promoción comercial, que todas las marcas, tanto locales como extranjeras, tienen muy en cuenta al diseñar sus estrategias de marketing.

"Sorprende que, con semejante red de distribución comercial, reconocimiento de marca y consumo firmemente arraigado en la sociedad china, así como un buen conocimiento de la enemistad histórica que enfrenta a China con Japón o del giro ultranacionalista de buena parte de los consumidores chinos, la campaña de marketing de NongFu no haya sido suficientemente cuidadosa para evitar dar excusas a los patriotas más acérrimos", apunta. Es todavía más sorprendente que el hijo del hombre más rico de China tenga la nacionalidad estadounidense en un momento de tensión política y comercial entre los dos países.

El boicot a Nongfu Spring es, según el académico Victor Shih, una muestra de los retos económicos que afronta China. Específicamente, por las características de un ecosistema en el que factores como el elevado endeudamiento han provocado que el consumo tenga un papel más secundario en comparación con otros países. "China es un país importante y necesita reactivar el consumo interno como fuente sostenible de crecimiento", concluye Shih.

Los vídeos no dan pie a la interpretación. Un chico abre una botella de agua y vierte su contenido en el váter. Enseña la etiqueta para que se vea claramente la marca. En otro vídeo, una chica tira a la basura una botella sin abrir. Antes de hacerlo, muestra también la etiqueta. La empresa es la misma: Nongfu Spring. En las últimas semanas, una de las embotelladoras más importantes de China ha sido víctima de un boicot por no ser, según sus críticos, lo suficientemente china.

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