"Condenados a la unanimidad": los líderes de la UE se enfrentan a Orbán en una cita clave

Día clave para la Unión Europea y la relación del resto del club comunitario con Hungría y con su líder, el primer ministro Viktor Orbán. Los Veintisiete intentan desbloquear la revisión intermedia del presupuesto común, el marco financiero plurianual (MFP), incluida la partida de 50.000 millones de ayuda urgente a Ucrania, pero por el momento la delegación húngara mantiene su veto a dicha partida. El Consejo Europeo extraordinario que se celebra este jueves fue convocado después de que los líderes europeos fracasaran en la cumbre de diciembre, cuando Orbán cedió y permitió la apertura de negociaciones de adhesión con Kiev, pero bloqueó la ayuda financiera.

"Estamos condenados a la unanimidad", defiende una alta fuente europea, que subraya que los otros veintiséis líderes europeos tienen la intención de sacar adelante el paquete de ayuda a Ucrania dentro del MFP, sin pensar por ahora planes alternativos ni "planes B" de los que se han hablado desde principios de diciembre, como por ejemplo sacando los 50.000 millones destinados a Kiev del presupuesto comunitario, diseñando algún tipo de instrumento intergubernamental a veintiséis que permitiría esquivar el veto de Orbán. Para aprobar la revisión intermedia del MFP se requiere la unanimidad. Pero fuentes diplomáticas mandan un mensaje tranquilizador para el Gobierno ucraniano y aseguran que la ayuda a Kiev no está en riesgo. "Por no lograr un acuerdo dentro del MFP no vamos a poner en riesgo la capacidad del Estado ucraniano de no poder financiarse, sabemos que hay muchas posibilidades", explica una fuente francesa.

El ambiente con el que se llega a esta cumbre es muy tenso. Hace semanas que el resto de capitales empiezan a mostrar de forma cada vez más clara que han perdido ya la paciencia con Orbán. El gabinete de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, mantiene reuniones prácticamente a diario con enviados del primer ministro húngaro y el resto de embajadores representantes permanentes tratan de encontrar con su colega húngaro un punto de encuentro. A veces la sensación que genera la delegación magiar es de que está dispuesta a moverse y a ser flexible, como apuntan algunas fuentes diplomáticas, pero todo el mundo entiende, desde el gabinete de Michel hasta el resto de líderes, que no saben exactamente qué va a pasar hasta que no vean en persona a Orbán. La sensación generalizada es que una cosa es lo que puedan decir sus colaboradores cercanos o su embajador ante la UE, y otra lo que diga él dentro de la sala.

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"La solución está al alcance de la mano, y está en manos de los líderes, y de uno en particular", explica una fuente diplomática al tanto de los debates entre los veintisiete embajadores representantes permanentes. "El nivel de frustración está siendo cada vez mayor", explica una fuente europea, que pide mantener la calma durante las próximas horas ante una cumbre difícil de predecir. "El nivel de nerviosismo es bastante alto", añade la misma fuente.

Presiones y opciones sobre la mesa

En las últimas horas, los esfuerzos diplomáticos se han redoblado y aunque varias fuentes muestran que su pesimismo se hace más profundo con el paso de las horas, señalan que sigue habiendo movimientos. La delegación húngara tiene un buen número de demandas, y una de las principales es que quería que la ayuda a Ucrania se tuviera que aprobar año a año, lo que le daba capacidad de veto anual. Una fuente diplomática adelantaba este martes que una de las opciones que se estaban planteando para intentar convencer al primer ministro húngaro de que levante su veto es un debate anual a nivel de líderes sobre la ayuda entregada a Ucrania.

En una de las últimas versiones de las conclusiones del Consejo Europeo, discutidas el miércoles por la mañana por los embajadores de los Veintisiete, se incluye esa referencia a un debate anual a nivel del Consejo Europeo, una cesión a Orbán, pero que no le da al líder magiar el derecho a veto anual que reclamaba. El embajador húngaro, Balint Odor, ha intervenido para insistir en que eso no satisface las demandas de Budapest. Pero la revisión anual que exige el primer ministro húngaro "no cumple con la necesidad de predictibilidad para Ucrania", explicaba días antes de la cumbre la misma fuente que adelantó la alternativa de un debate anual sin votación a nivel de líderes europeos.

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Orbán llega a la cumbre acusando a la Unión Europea de "chantaje" después de que el domingo el Financial Times, un periódico de referencia en la capital comunitaria, informara de un documento del Consejo en el que se discutía la debilidad de la economía húngara y se sugería que los líderes europeos podían decidir cortar todos los fondos europeos a Budapest provocando el hundimiento de su economía. Fuentes europeas explicaron el lunes que dicho documento fue elaborado por el secretariado del Consejo "por su cuenta", y que no reflejaban las negociaciones.

Ante las acusaciones de que Hungría está siendo "chantajeada" por la UE, fuentes diplomáticas restan importancia a ese documento: "La Unión Europea no es una nota circulada por alguien", comentan con desdén. Ninguna de las fuentes consultadas han visto dicho documento, aunque sí subrayan que todas conocen el "mal estado" de la economía húngara. "Eso es un hecho", apunta otra fuente diplomática de un país nórdico. Una fuente francesa explica que ni siquiera se puede discutir el escenario hipotético de una congelación de todos los fondos europeos a Hungría, añadiendo, además, que tampoco se puede discutir la descongelación de los que ahora mismo están bloqueados, porque no es una cuestión a negociar. "No se pueden bloquear los fondos si se cumplen las condiciones (para recibirlos). La Comisión Europea no tiene el poder de bloquear los fondos de manera arbitraria, contrariamente a lo que se pueda decir a la luz de un documento que se ha filtrado", añade.