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Falsas chinches contra Airbnb: en el país con la peor crisis de vivienda de la UE, todo vale
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La última tragedia griega

Falsas chinches contra Airbnb: en el país con la peor crisis de vivienda de la UE, todo vale

De acuerdo con datos oficiales, los extranjeros están detrás de cerca del 85% del total de compras recientes de bienes raíces en Grecia. En los últimos años, los alquileres han subido un 35-50% en la mayoría de zonas del país

Foto: Turistas observan el paisaje urbano de Atenas desde la Acrópolis. (Reuters/Alkis Konstantinidis)
Turistas observan el paisaje urbano de Atenas desde la Acrópolis. (Reuters/Alkis Konstantinidis)

Una mañana del pasado mes de diciembre, varios edificios del popular distrito de Exarcheia, en el centro de Atenas, amanecieron repletos de anuncios con el logotipo del Ministerio de Sanidad griego. En imperfecto inglés, llamaba a "evacuar las casas de huéspedes para proteger la salud pública de los inquilinos permanentes griegos". ¿El motivo? Una plaga de Cimex lectularius, más conocidas como chinches, se había extendido por los apartamentos dedicados al alquiler vacacional. Los carteles amenazaban con multas de 500 euros contra aquellos propietarios y residentes temporales que no cumplieran la orden de desalojo.

Tras el susto inicial de los involucrados, el Ministerio de Sanidad acabó solicitando ayuda a la policía. Pero no para expulsar a nadie de los edificios, sino para combatir la desinformación sobre una plaga inexistente. Los carteles eran falsos y, de acuerdo con las autoridades, formaban parte de una campaña para ahuyentar a los turistas. Un fenómeno cada vez más común en un país que se está enfrentando a la peor crisis de vivienda de la Unión Europea.

El mercado inmobiliario de Grecia está al rojo vivo y se acerca a velocidad de crucero a los niveles de frenesí previos al estallido de la burbuja en 2008. Tras años de colapso en el valor de las propiedades debido a una crisis de la deuda soberana que puso contra las cuerdas a la Unión Europea al completo, los griegos han experimentado en los últimos años un giro relámpago en la dirección opuesta. Según el Banco de Grecia, los precios de las viviendas en la región capitalina han aumentado casi un 70% desde 2018, mientras que los alquileres han subido entre un 35 y un 50% en la mayoría de zonas del país durante el mismo periodo.

Pero la gran mayoría de los ciudadanos griegos han tenido poco que ver con esta escalada. De acuerdo con el análisis de Global Property Guide, los extranjeros han adquirido el 85% del valor las compras recientes de bienes raíces en Grecia. Y estas inversiones no paran de acelerarse: en el primer semestre de 2023 crecieron un 39,9%. Un incremento que viene precedido de un aumento récord del 68% en el año 2022 y del 34,4% en 2021.

"Cuando vuelvo a Atenas, ya sea en verano o por las vacaciones de Navidad, lo que ahora veo es mucha gente hablando otros idiomas en los barrios residenciales del centro de la ciudad. Gente que habla inglés, castellano… Eso antes no lo veías nunca", afirma Yannis Kontopodis, un matemático griego de 29 años que ha pasado los últimos tres residiendo en el País Vasco. "Ojo, yo no digo que esté mal. A mí me gusta que haya multiculturalidad. Pero tiene sus consecuencias", agrega en entrevista con El Confidencial.

Una sobrecarga por las nubes

De acuerdo con el análisis de la consultora Henley & Partners, un 70% de los compradores extranjeros de inmuebles en Grecia no reside en estas propiedades. En su lugar, muchos están contribuyendo a un fenómeno paralelo: la proliferación masiva de Airbnb y demás servicios de alquiler turístico. El número de alquileres de corta duración se ha disparado en el país durante los últimos seis años, pasando de 57.000 en 2016 a 129.000 a finales de 2022, según la Cámara Helénica de Hoteles.

Grecia dista mucho de ser el único país en experimentar una combinación explosiva de aumento de los precios inmobiliarios y reducción del parque de viviendas destinadas al alquiler de larga duración, pero sus ciudadanos son los que están sufriendo las peores consecuencias a nivel europeo. De acuerdo con datos de Eurostat de 2022, los griegos cuentan con la mayor tasa de sobrecarga —definida como el porcentaje de la población para el que los costes totales de la vivienda, descontando subsidios, representan más del 40% de su renta— de toda la UE. Esto ocurre tanto en las zonas urbanas, con una tasa del 32,4% (seguida de lejos por Dinamarca, con un 21,9, y Países Bajos, con un 15,3), como en las rurales, con un 22% (seguida de Bulgaria, con un 13,3 y Rumanía, con un 10,8).

Los datos son todavía más graves si se excluye a los propietarios. Atosigados por el incremento de los alquileres y la inflación generalizada, el 74,2% de los inquilinos griegos de larga duración —que suponen un 20% del total de hogares— gastan más del 40% de sus ingresos disponibles en la vivienda y las necesidades básicas.

La crisis es especialmente aguda en Atenas, donde los precios de la vivienda están a punto de alcanzar los niveles previos al estallido de la burbuja inmobiliaria, mientras que el nivel de salarios del país sigue siendo un 16% inferior al de entonces —y, si se tiene en cuenta la inflación, casi un 30% menor—. "Si no tienes un trabajo en el que cobras más de 1.500 euros, es imposible vivir solo en Atenas. Tienes que compartir piso aunque tengas 35 o 40 años. Con el salario mínimo [780 euros al mes], directamente no puedes ni alquilar una habitación", describe Yannis.

En Grecia, solo uno de cada cuatro trabajadores del sector privado cobra más de 1.500 euros al mes, mientras que más del 50% —entre ellos, la gran mayoría de los jóvenes— cobra menos de 1.000. "Y hay que tener en cuenta que, además del precio de los alquileres, han subido los del supermercado, los de la energía, el gas, la electricidad, el agua, la gasolina… todo", agrega el matemático.

Turistificación masiva

Mientras Grecia copaba los titulares de medios internacionales el pasado verano debido a una infernal racha de incendios forestales, los turistas inundaban el país a un ritmo sin precedentes. Los datos del Banco de Grecia muestran que los ingresos por viajes entre enero y septiembre de 2023 alcanzaron la cifra histórica de 18.000 millones de euros, frente a los 15.600 millones de euros del mismo período del año pasado y los 16.100 millones de euros de 2019, el anterior récord. Aunque todavía no se han revelado los datos oficiales, los números de pasajeros aéreos señalan que 2023 será el mejor año de la historia para el turismo griego, superando las 31 millones de llegadas de 2019, que equivalen a tres veces la población del país.

Foto: La bandera griega ondea junto a la europea. (EFE)

El turismo está siendo el principal motor detrás del resurgimiento macroeconómico de Grecia, un sector que representa en torno a un 25% del PIB y da empleo a uno de cada cinco trabajadores del país. El Gobierno de Kyriakos Mitsotakis, del partido conservador Nueva Democracia, ha buscado extender la temporada turística durante todo el año con campañas como Visita Grecia: un destino de 365 días, de la Organización Nacional de Turismo.

Este boom de visitantes está exacerbando la explosión de viviendas destinadas a la residencia temporal en un país que ya cuenta con una de las tasas más altas del mundo en este tipo de alquileres, especialmente en las zonas más turísticas. Una investigación de Grant Thornton reveló en 2019 que la ciudad de Chania, en Creta, el 95% de las casas y apartamentos disponibles para alquiler estaban registrados en plataformas de alojamiento para turistas, principalmente en Airbnb.

En algunas de las islas griegas, la situación alcanza el absurdo. Un reporte reciente del Financial Times indicaba que en Santorini, uno de los destinos más sobreexplotados por la industria turística, los profesores que llegan cada septiembre para educar a los niños de la isla suelen verse obligados a pasar los primeros meses del año escolar en hoteles, mientras esperan el final de la temporada turística. Esto implica que sus gastos en alojamiento, con frecuencia, excedan sus ingresos. Doctores, enfermeras y demás personal sanitario también se enfrentan a problemas similares.

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Un 'ticket' dorado

Otro factor en el incremento de la inversión extranjera en vivienda son las conocidas como visas doradas. Este programa, que también está presente en otros países de la UE como España, Portugal o Hungría, se lanzó en 2013 para reactivar un mercado inmobiliario que acababa de experimentar su colapso histórico. En aquel entonces, ofrecía la residencia en Grecia a aquellos ciudadanos de fuera de la UE que compren o alquilen propiedades por valor de más de 250.000 euros, una cifra que el año pasado se vio duplicada hasta los 500.000 euros en las zonas más populares del país.

Entre 2014 y 2021, 9.610 extranjeros recibieron su visa dorada en Grecia, pero desde entonces las solicitudes y concesiones han multiplicado su ritmo. En 2022, el Ministerio de Migración y Asilo anunció la emisión de 2.767 nuevas visas de este tipo, un incremento del 81% en comparación con el año anterior. En 2023, a pesar de la entrada en vigor del precio mínimo de 500.000 euros de las inversiones en las regiones más solicitadas, los datos de finales de noviembre revelan que el número de solicitudes casi se había duplicado con respecto al año anterior.

"Tengo un amigo que trabaja en una inmobiliaria y me dice que hay un montón de ciudadanos chinos que están comprando casas en Atenas, sobre todo en los suburbios al norte", una de las zonas más exclusivas y caras de la capital, relata Yannis. No es de extrañar, dado que, de acuerdo con los datos oficiales, 6 de cada 10 receptores de visas doradas proceden de China.

Estos inversores extranjeros a la caza de propiedades de lujo también están a la espera de abalanzarse sobre el proyecto inmobiliario más grande de Europa: el Ellinikon. Situado en el terreno antaño ocupado por el Aeropuerto Internacional de Ellinikon, que cerró sus puertas en 2001, este complejo en la Riviera Ateniense tiene un tamaño tres veces mayor al de Mónaco y cuenta con una inversión inicial de más de 8.000 millones de euros.

Además de dos centros comerciales de lujo, un casino, múltiples hoteles y resorts de cinco estrellas y un nuevo puerto deportivo con capacidad para amarrar megayates, el proyecto incluye la Torre Riviera, el primer rascacielos residencial de Grecia. El edificio de 50 plantas contará con un total de 170 apartamentos. Antes incluso de que el hormigón de los cimientos se asentara, todos ellos ya tenían comprador. De acuerdo con Lamda Development, la compañía a cargo del Ellinikon, las preventas no se abrieron al extranjero, así que a día de hoy el 96% de los propietarios son griegos. Mañana, quién sabe.

Una mañana del pasado mes de diciembre, varios edificios del popular distrito de Exarcheia, en el centro de Atenas, amanecieron repletos de anuncios con el logotipo del Ministerio de Sanidad griego. En imperfecto inglés, llamaba a "evacuar las casas de huéspedes para proteger la salud pública de los inquilinos permanentes griegos". ¿El motivo? Una plaga de Cimex lectularius, más conocidas como chinches, se había extendido por los apartamentos dedicados al alquiler vacacional. Los carteles amenazaban con multas de 500 euros contra aquellos propietarios y residentes temporales que no cumplieran la orden de desalojo.

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