La fórmula que lleva al inversor latino hasta el barrio de Salamanca: piso y pasaporte por 500.000 euros

Madrid está de moda entre los latinoamericanos. Tanto, que el madrileño barrio de Salamanca se ha convertido en el nuevo Miami. Eso sí, sin la playa. Nadie sabe a ciencia cierta en qué momento empezó el boom, pero lo que sí se sabe es que primero llegaron los venezolanos ricos a comprar pisos en los mejores barrios de la capital y que, después, hicieron lo propio los mexicanos y los colombianos, que finalmente se están imponiendo. "Mis clientes siempre empiezan la conversación con una misma frase: lo estoy haciendo por si acaso", explica el director del Grupo SíEspaña, Alex Rangel. Detrás de esa frase se esconde, muchas veces, un miedo a que se tambaleen la seguridad y la economía de sus países de origen.

El comprar un piso en España por un valor de 500.000 euros le asegura al inversor extranjero obtener lo que se conoce como visa dorada o golden visa. Esta les permite residir en la Unión Europea con su familia. "Madrid es el sitio de moda y los precios lo demuestran, es uno de los lugares predilectos de la inversión inmobiliaria en Europa", afirma Manuel González, orgulloso de haber hecho bien la tarea a la hora de invertir.

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González, de 63 años, creía que para este momento ya estaría retirado y viviendo en Madrid, pero sus negocios en México todavía se lo impiden, asegura. Sin embargo, en agosto decidió comprarse un piso en Chamberí por 530.000 euros para obtener la visa dorada y así asegurar "un futuro estable y tranquilo", afirma.

"Lo ideal para mí es hacer negocios en México y disfrutar de una buena calidad de vida y seguridad en Madrid", asegura González, que alega, sin embargo, que la ciudad que más le gusta de España para vivir es Barcelona. Al final, ha decidido comprar en Madrid por el valor que sostienen las propiedades en el barrio en donde ha decidido invertir: "La rentabilidad y la facilidad para alquilar el piso era muy importante a la hora de tomar la decisión". Piensa que cuando llegue el momento de la jubilación, optará por un piso más barato frente al mar en Cataluña.

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Un pasaporte europeo para un latino siempre es muy atractivo. Durante el Gobierno de Mariano Rajoy, en el 2013, se aprobó la ley de emprendedores para atraer las grandes fortunas extranjeras. La visa dorada requiere de una inversión mínima de 500.000 euros en adquisición de bienes inmuebles o bonos públicos españoles. A cambio, se concede la residencia para los inversores y sus familiares. Este permiso les da libre acceso por el Espacio Schengen, entre otras ventajas. El Gobierno ha expedido 4.940 visados de inversores desde el 2013 y ahora se plantea limitarlas, como ha hecho Portugal, Irlanda y Malta en los últimos meses.

Según Más País, este tipo de visas fomentan la especulación de los precios de la vivienda en España y no benefician a la economía nacional, generando un efecto en cadena "muy negativo" sobre el sector inmobiliario.

En los primeros años, el 45% de las visas doradas fueron concedidas a inversores de China (2.263 visas), según datos de la Secretaría General de Extranjería. Después llegaron los ciudadanos rusos, que acumulan un 19,6%, con 969 visas, seguidos de los indios y venezolanos. Ahora, cada vez más se ven más mexicanos y colombianos comprando pisos en España para conseguir la anhelada golden visa.

Una tarjeta de residencia en 20 días

Las ciudades que concentraron el mayor número de visas doradas el año pasado fueron Madrid, Barcelona y Málaga. “Eso sí, todos los inversores tienen claro solo una cosa: la inversión tiene que hacerse en el barrio Salamanca”, asegura el arquitecto y personal shopper inmobiliario Giovanni Giacomini.

La mayoría de los clientes del arquitecto gastan de media más de 700.000 euros. En una búsqueda rápida de pisos de dos habitaciones, exterior y terraza este jueves, en el portal Inmobiliario Idealista la casa más económica para comprar en el barrio de Salamanca cuesta 530.000 euros.

Este agente inmobiliario privado se dedica a ayudar a los grandes inversores extranjeros a buscar la casa, hacer las visitas, conseguir al abogado de extranjería, negociar con la inmobiliaria y sobre todo asegurarse de que su cliente esté haciendo una buena inversión: “Lo acompaño hasta la entrega de llaves”.

Para Giacomini, Madrid se vende sola. Todos buscan estar cerca de los mejores restaurantes y oferta de ocio de la capital. Además, cada vez hay más redes de apoyo de familiares y amigos que atraen a estos empresarios a considerar primero invertir en España y no en Miami, Estados Unidos, como siempre había pasado.

La mayoría de los clientes de Giacomini no son personas que busquen migrar ahora, sino empresarios que quieren tener una residencia en Europa que les permita tener un escape en caso de necesitarlo: “Tengo la sensación de que ahora mismo se está dando una explosión porque creen que esta posibilidad se va a acabar, como ha sucedido en Portugal”.

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Este es el caso del mexicano Carlos Muñoz, de 62 años, que compró el año pasado un piso cerca al Parque del Retiro para obtener la golden visa. “La situación política en México no pinta bien y me preocupé por mi familia”, relata por teléfono.

Muñoz, en busca de un plan b empezó a buscar en internet y conoció a un abogado que le habló sobre la posibilidad que ofrecía España a los empresarios. Le gustó la idea. Habló con sus tres hijos y acordaron que después de comprar el piso y obtener la residencia, ellos se irían a Madrid a estudiar un máster: “Pensamos en otras ciudades, pero al final Madrid tenía las mejores oportunidades de estudio y calidad de vida”.

Y así fue. Ahora están los tres viviendo en el piso que les ha dado los papeles para residir legalmente, y sus padres vienen a visitarlos tres veces por año. “Según como siga la situación política y de seguridad en México, vamos a decidir si nos vamos definitivamente o nos podemos quedar en nuestro país. Siempre es bueno tener una alternativa”, asegura.