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Manual para vencer a EEUU en el mar Rojo: estas son las tácticas navales de los hutíes
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Guerra asimétrica

Manual para vencer a EEUU en el mar Rojo: estas son las tácticas navales de los hutíes

El grupo chií se ha reivindicado como un actor importante en el mar Rojo. Los rebeldes han sumido los estrechos que bañan sus costas en un auténtico avispero

Foto: Las fuerzas del Comando Central de Estados Unidos, en coordinación con el Reino Unido y el apoyo de Australia, Canadá, los Países Bajos y Bahréin, llevaron a cabo ataques conjuntos contra objetivos hutíes. (EFE/U.S. Central Command)
Las fuerzas del Comando Central de Estados Unidos, en coordinación con el Reino Unido y el apoyo de Australia, Canadá, los Países Bajos y Bahréin, llevaron a cabo ataques conjuntos contra objetivos hutíes. (EFE/U.S. Central Command)
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Los ataques contra la navegación comercial y contra los buques de las armadas occidentales han llevado a una campaña de bombardeos estadounidenses en Yemen. Podría parecer complicado de entender la lógica de que los hutíes, un grupo tribal del norte del país que surgió como una insurgencia, haya lanzado un desafío a la comunidad internacional. Pero precisamente, la fortaleza de los hutíes se basa en el empleo de medios y estrategias de guerra naval asimétrica en una región donde se practicaron por primera vez hace décadas.

Una región estratégica de verdad

El término estratégico se usa con demasiada frecuencia para describir cualquier lugar donde estalle una crisis o un conflicto y potencias externas muestren interés por intervenir. En realidad, si se estudia con profundidad, cualquier lugar tiene importancia estratégica para alguien. Sin embargo, hay un puñado de lugares del planeta donde hablar de su importancia estratégica no es para nada un cliché ni supone un uso superlativo del término. Uno de esos lugares es el mar Rojo.

El mar Rojo es el lugar de paso obligado para los enormes y lentos buques de carga que van rumbo a Europa y a los países ribereños del mar Mediterráneo, transportando hidrocarburos procedentes del golfo Pérsico, cargados de materias primas procedentes del Sudeste Asiático y cargados tanto de los vehículos como los productos de consumo de las fábricas chinas, surcoreanas y japonesas. A esto se suman alimentos, maquinaria, piezas, componentes, suministros industriales. Y es que a pesar de la existencia de un ferrocarril que conecta China con Europa y algunos gasoductos que conectan el golfo Pérsico con el mar Mediterráneo, la mayoría del comercio entre Europa y el Mediterráneo con los países del Indo-Pacífico se hace por mar.

Foto: Un hombre usa un cuchillo para dañar una bandera israelí durante una manifestación para protestar por los bombardeos de Estados Unidos y Reino Unido sobre bases militares hutíes. (EFE/Yahya Arhab)

La importancia del tráfico marítimo por el mar Rojo es tal que cuando comenzaron los primeros ataques navales en la región después del 7 de octubre de 2023 que expertos y analistas dieron por hecho que iba a tener lugar una respuesta armada por parte de Estados Unidos. Así que quiénes ordenaron los ataques navales en la región sabían que tarde o temprano se iban a enfrentar a la maquinaria de guerra estadounidense. Podría parecer, por tanto, una decisión arriesgada, fruto del fanatismo ideológico o religioso, pero nada más lejos de la realidad si entendemos la naturaleza de los actores implicados y los antecedentes de la guerra del Yemen, donde hubo un componente naval.

De rebeldes a Gobierno 'de facto'

Los protagonistas de la presente crisis son conocidos como los hutíes, por el nombre del clan familiar que les dio origen. Este grupo practica una variante del islam chií conocido como zaidismo y habita la región montañosa del norte de Yemen, más cercana a la frontera con Arabia Saudí. Es habitual referirse en la prensa a los "rebeldes hutíes" por su carácter de insurgencia armada contra el Gobierno central de Yemen. Pero la realidad es más compleja, aunque en sus vídeos de propaganda exaltaran la figura del combatiente tribal, vestido con un pareo y chanclas gritando delante de algún blindado saudí abandonado o destruido su lema. Esa imagen romántica y folklórica esconde que el clan hutí ha practicado una política de pactos que ha ido ampliando su base social y consolidando su poder sobre el norte de Yemen. Y que aparte de resistir frente a las fuerzas saudíes practicando la guerra de guerrilla en sus bastiones montañosos del norte del país, los hutíes terminaron aliándose con una facción del ejército regular yemení y recibiendo una importante ayuda militar iraní.

Foto: El USS Laboon, visto desde el frente (US Navy)

Los hutíes vivieron sucesivos choques armados con el Gobierno central de Yemen. Un Gobierno que ha sido históricamente débil y que ha convivido con un poder tribal fuerte en un país de ciudadanos armados hasta los dientes. Los hutíes pasaron de ser una insurgencia armada que resistía en sus feudos del norte del país a asaltar el poder del país tras la Primavera Árabe. Los aires de cambio político tardaron en llegar al país, pero los intentos del presidente Alí Abdalá Salé de que "todo cambiaria para que todo siguiera igual" fueron insuficientes.

Tras el cambio político, que llevó al poder al hasta entonces vicepresidente Al Hadi, el presidente saliente, que había sido aliado estadounidense en la guerra global contra el terrorismo, se alió con los insurgentes hutíes para retomar el poder del país. Ahí se dio el primer salto de los hutíes de la política regional a la nacional y la incómoda alianza de los antiguos insurgentes con la parte del ejército nacional yemení. El golpe contra el presidente Al Hadi causó alarma en Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, que veían a un aliado ser despojado del poder y veían a un grupo con conexiones con Irán tomar el poder en otra capital de Oriente Medio.

No se entiende el auge de los hutíes sin el apoyo de Irán y la transferencia de material tecnología y asesoramiento militar. Los suministros iraníes han llegado a los bastiones hutíes a través de una ruta por el desierto del norte de Omán y a través del mar. Esto convirtió a la fachada marítima de Yemen en la costa del mar Rojo en lugar de disputa entre la alianza norteña encabezada por los hutíes y las fuerzas del presidente Al-Hadi apoyadas sobre el terreno por fuerzas saudíes y emiratíes. El puerto de Hodeida se convirtió así en uno de los lugares de combates más encarnizados en la guerra de Yemen. Pero una batalla paralela se jugó en las aguas del mar Rojo.

Una revolución inesperada

Las flotas de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos patrullaron durante la guerra de Yemen las aguas del mar Rojo para bloquear la llegada de suministros al bando encabezado por los hutíes, que trató por su parte de mantener lejos de la costa a los buques de las dos petromonarquías. Para ello emplearon una peculiar combinación de viejos sistemas soviéticos heredados de las fuerzas armadas yemeníes y una panoplia de drones y misiles de origen iraní.

En el primer caso, introdujeron modificaciones y en el segundo caso produjeron sus propias versiones a partir de los planos o piezas recibidas por Teherán. Así pudieron verse misiles aire-aire procedentes de los cazas de la fuerza aérea disparados como misiles tierra-aire contra la aviación saudí. O también pudieron verse los viejos misiles antiaéreos SA-2, un modelo soviético que Vietnam del Norte empleó para protegerse de los bombarderos estadounidenses a principios de los años setenta, ahora modificados para ser empleados como misiles balísticos tierra-tierra bajo el nombre Qaher-1.

En el caso del mar Rojo, los hutíes emplearon una combinación de minas antibuque de producción casi artesanal con misiles llegados desde Irán por piezas mediante contrabando. Y como hecho novedoso emplearon embarcaciones teledirigidas cargadas de explosivos, anticipando así en años a los drones marinos que hemos visto empleados por Ucrania contra la flota rusa del mar Negro.

Así, a pesar de que la prensa no dejó de referirse a los "rebeldes hutíes", en realidad estábamos hablando de un bando de la guerra del Yemen dotado de capacidades notables y que en el transcurso de la guerra había dado un salto tecnológico. Yago Rodríguez describió el fenómeno como la "Revolución de los asuntos militares del pobre", en referencia al concepto acuñado en el Pentágono durante los años noventa para describir el impacto de las nuevas tecnologías de la información en el ámbito de la defensa. En el caso de los hutíes, Yago Rodríguez destaca el desarrollo de armamento inteligente no mediante el empleo de tecnologías punta, sino de tecnologías maduras y componentes electrónicos obtenidos en el mercado civil.

Esa idea de que en Oriente Medio se había vivido una peculiar Revolución de los Asuntos Militares (RMA) ya había sido adelantada en 2010 por el general Itai Brun en Israel con el concepto de la "otra RMA". El general Brun describía como el salto tecnológico dado por Israel empleando tecnología avanzada equiparable a la de los ejércitos occidentales había sido contestada por los enemigos de Israel empleando nuevos sistemas de armas, como drones y cohetes de largo alcance, pero también empleando estrategias de guerra asimétrica.

Foto:  Un barco cruza el Canal de Suez en dirección al Mar Rojo en Ismailia, Egipto. (EFE/EPA/Mohamed Hossam)

Detrás de ese salto de capacidades estaba Irán, que había asesorado y suministrado a un grupo de actores no estatales en la región. Ese vínculo es evidente en el caos de los hutíes, por las armas de origen iraní que emplean. Y es altamente probable que también haya tenido lugar asesoramiento por parte iraní en materia de doctrina y estrategia militares. Y es que si hay un pionero en Oriente Medio en el empleo de estrategias de guerra naval asimétrica es Irán, cuyas acciones en el golfo Pérsico contra el tráfico marítimo llevaron a Estados Unidos a una intervención militar que es un directo antecedente a la que estamos viendo.

Guerra naval asimétrica

Durante la guerra, Irán e Iraq, ambos países intentaron ahogarse económicamente atacando a los petroleros que cruzaban el golfo Pérsico camino de los mercados mundiales. En ese fuego cruzado contra el tráfico marítimo, varios buques kuwaitíes resultaron alcanzados por los ataques iraníes. Incapaz de proteger a sus buques, el pequeño emirato pidió ayuda y Estados Unidos lanzó la operación Earnest Will entre 1987 y 1988. Esto supuso que la armada estadounidense diera seguridad al tráfico marítimo en la zona, pero también puso a sus buques en medio de una zona de guerra. Aquel despliegue implicó a los SEAL de la armada estadounidense y supuso la primera operación real del Mando Conjunto de Operaciones Especiales estadounidense, la discreta organización que más de 30 años después dirigiría la acción que acabó con la vida de Osama Bin Laden.

El 14 de abril de 1988, la fragata estadounidense USS Samuel B. Roberts chocó con una mina iraní, causando un enorme agujero en el caso e hiriendo a 10 tripulantes. El incidente fue la gota que colmó el vaso de una acumulación de incidentes. La armada estadounidense lanzó varios ataques de represalia contra fuerzas iraníes en el golfo Pérsico bajo el nombre operación Praying Mantis. Una fragata iraní fue hundida y otra resultó seriamente dañada por los ataques de la aviación naval estadounidense.

Foto: ¿Quiénes son los hutíes, los rebeldes de Yemen que atacan barcos en el Mar Rojo? (EFE/Osamah Yahya)

También fueron atacadas plataformas petrolíferas empleadas como base por el cuerpo de Guardianes de la Revolución Iraní, los pasdarán. Meses después del choque entre fuerza estadounidense e iraníes llegó el alto el fuego que puso fin a la guerra entre Irán e Iraq, el mayor conflicto después de la Segunda Guerra Mundial por el volumen de fuerzas terrestres implicadas. Las acciones militares estadounidenses estuvieron entre las razones que llevaron al ayatolá Jomeini a aceptar el "amargo cáliz" de un alto el fuego. Pero en Teherán se sacaron conclusiones diferentes sobre el desempeño de su armada y los pasdarán.

Si las fuerzas regulares habían salido mal paradas en su enfrentamiento convencional de tú a tú con la armada estadounidense, las acciones de guerra naval asimétrica de los pasdarán habían sido suficientemente disruptivas como para requerir un despliegue en la zona de la superpotencia estadounidense. Y, además, solo habían requerido el empleo de enjambres de embarcaciones rápidas dotadas de armamento ligero y minas. Las tácticas asimétricas habían mostrado un enorme potencial por el bajo coste y los enromes resultados obtenidos. Aquella experiencia marcó el camino para que Irán creara una doctrina de guerra naval asimétrica y se lanzara a producir masivamente embarcaciones ligeras. Había nacido una escuela cuyas lecciones podemos ver hoy en día en el mar Rojo.

Los ataques contra la navegación comercial y contra los buques de las armadas occidentales han llevado a una campaña de bombardeos estadounidenses en Yemen. Podría parecer complicado de entender la lógica de que los hutíes, un grupo tribal del norte del país que surgió como una insurgencia, haya lanzado un desafío a la comunidad internacional. Pero precisamente, la fortaleza de los hutíes se basa en el empleo de medios y estrategias de guerra naval asimétrica en una región donde se practicaron por primera vez hace décadas.

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