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Expertos en guerra asimétrica: por qué un par de misiles no van a frenar a los hutíes en el mar Rojo
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Tensión en Yemen

Expertos en guerra asimétrica: por qué un par de misiles no van a frenar a los hutíes en el mar Rojo

Estados Unidos y Reino Unido realizaron su primera operación contra los hutíes en territorio yemení, pero resulta difícil frenar con bombardeos a un grupo que lleva una década bajo ataques aéreos constantes

Foto: Un hombre usa un cuchillo para dañar una bandera israelí durante una manifestación para protestar por los bombardeos de Estados Unidos y Reino Unido sobre bases militares hutíes. (EFE/Yahya Arhab)
Un hombre usa un cuchillo para dañar una bandera israelí durante una manifestación para protestar por los bombardeos de Estados Unidos y Reino Unido sobre bases militares hutíes. (EFE/Yahya Arhab)
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En un lado del ring, Estados Unidos y Reino Unido, dos gigantes económicos con la primera y novena armada más poderosa del mundo, respectivamente. En el otro, los hutíes, una milicia chiíta que cuenta con unos 20.000 combatientes y que ni siquiera ha logrado controlar todo el territorio de Yemen, uno de los países más pobres del planeta. A primera vista, el enfrentamiento parece destinado a una victoria aplastante del primero sobre el segundo. Sin embargo, los conflictos armados no son tan sencillos como una suma de números. Que se lo pregunten a Vietnam o Afganistán.

Pese a ser una fuerza relativamente pequeña, los hutíes han puesto contra las cuerdas a gran parte del comercio global debido a sus ataques contra navíos en el mar Rojo, que baña las costas de Yemen. La milicia yemení ha asegurado que su objetivo solo son las embarcaciones relacionadas con Israel, como castigo por la devastadora guerra en Gaza, donde ya han muerto casi 24.000 palestinos. Sin embargo, pocos quieren arriesgar su mercancía. Un estudio reciente del Instituto Kiel para la economía mundial reveló que el volumen de contenedores que transitan por esta ruta marítima, la más rápida entre Asia y Occidente, cayó en diciembre más de un 70% respecto a las cifras esperadas en esas fechas. Y, cuando las rutas comerciales están en juego, Estados Unidos no perdona.

Tras semanas de amenazas infructuosas, los pasados 11 y 12 de enero Estados Unidos y Reino Unido lanzaron sus primeros ataques contra suelo yemení. El objetivo era dañar la capacidad de los hutíes para afectar la navegación marítima, bombardeando infraestructuras y almacenamientos relacionados con "drones, lanchas no tripuladas, misiles de crucero de ataque terrestre, radares costeros y capacidades de vigilancia aérea", de acuerdo con el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin. La operación fue filtrada a la prensa con horas de antelación, lo que habría permitido limitar el número de bajas civiles. Los hutíes aseguran que los más de 70 bombardeos dejaron cinco milicianos muertos y seis heridos.

El Consejo Político Supremo del movimiento hutí prometió seguir atacando a los barcos en las vías navegables estratégicas, añadiendo que "todos los intereses estadounidense-británicos se han convertido en objetivos legítimos". Dicho y hecho. En la mañana del lunes, aviones de combate de EEUU interceptaban un misil antibuque dirigido contra uno de sus destructores en la región, el USS Laboon. Horas más tarde, un barco carguero estadounidense recibía el impacto de un misil balístico, aunque sin reportar daños significativos.

Foto: Soldados israelíes salen de Gaza en vehículos militares. (Reuters/Tyrone Siu)

¿Por qué el poderío militar de EEUU y Reino Unido no ha hecho mella en el empeño de los hutíes? "Soy escéptico sobre la efectividad de los ataques contra los hutíes, porque la milicia no va a quedar disuadida por ellos, sino todo lo contrario, van a tener un incentivo para volver a atacar, para poder demostrar 'seguimos aquí, las espadas están en lo alto, la bandera sigue izada'", considera Jesús Manuel Triana, analista de seguridad y defensa y colaborador de El Confidencial. Y es que, pese a las pérdidas materiales que hayan sufrido, los hutíes están gozando con un respaldo sin precedentes a nivel internacional y regional por su confrontación con Occidente e Israel, siendo ensalzados como defensores del pueblo de Gaza.

No es una milicia cualquiera

Incluso en el improbable escenario de que Estados Unidos y sus aliados efectúen una campaña de bombardeos sostenidos contra el grupo en Yemen, resulta poco probable que esta logre anular su capacidad para llevar a cabo ataques contra objetivos en el mar Rojo. Gran parte de los sistemas armamentísticos que operan las milicias son móviles y, por lo tanto, difíciles de alcanzar sin una operación terrestre. Al fin y al cabo, llevan casi una década sobreviviendo a los ataques de aviones de combate estadounidenses pilotados por militares de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.

Durante todos estos años de guerra, los bombardeos casi incesantes no han logrado frenar al grupo, que no ha parado de prosperar militar y políticamente. De hecho, esta campaña de ataques aéreos, responsable de la muerte de miles de personas en el norte de Yemen, desató la ira de la población local y se convirtió en la principal herramienta de propaganda para los hutíes.

Como explicaba un análisis reciente de Michael Horton, investigador de Asuntos Árabes de la Jamestown Foundation, la crisis en el mar Rojo, el actual boom de popularidad de la milicia, llega tras dos años de dificultades a la hora de reclutar combatientes. "Tras los ataques, eso ya no es un problema. Hombres jóvenes de todo Yemen (incluidos hombres del sur de Yemen, una región que se opone en gran medida a los hutíes) se están uniendo a ellos para luchar contra Israel", señala Horton. Lejos de verse debilitado, el grupo se fortalece día tras día.

Foto: Las fuerzas del Comando Central de Estados Unidos. (EFE/U.S. Central Command)

Los hutíes no son un actor no estatal cualquiera. Son una fuerza irregular que terminó aliándose con un sector importante de las Fuerzas Armadas de Yemen, lo que les dio acceso a un importante inventario de material militar convencional. Desde 2014, cuando tomaron el control de la capital del país, Saná, la milicia logró incorporar año tras año a muchos de los mejores ingenieros, técnicos y oficiales del ejército y los servicios de inteligencia yemeníes a su propia organización. Durante su conflicto contra la coalición liderada por Arabia Saudí, también se volvieron expertos en tácticas y material de guerra naval asimétrica. "Ya en su momento emplearon drones, misiles antibuque y lanchas motoras teledirigidas con una carga explosiva. O sea, lo que estamos viendo ahora en Ucrania, en el mar Negro, ya lo emplearon los hutíes años atrás", apunta Triana.

Esto, sumado al conocimiento y la tecnología proporcionados por Irán, les ha permitido, entre otras ventajas, reacondicionar una gran cantidad de material de guerra de diseño soviético con el que contaban desde los años de la Guerra Fría. "Como no tenían capacidad de operar una fuerza aérea, cogieron los misiles aire-aire en los depósitos de la Fuerza Aérea yemení y los modificaron para ser disparados desde tierra como misil antiaéreo", agrega Triana. En otras palabras: los hutíes ya no son una simple guerrilla, sino un grupo militar sofisticado y un actor regional importante con años de experiencia en combate y lucha asimétrica.

Foto: Pedro Sánchez, junto a Joe Biden. (EFE/Lenin Nolly)

Lo que resulta todavía más importante en el actual contexto del mar Rojo es que los hutíes comprenden bien la presión que este tipo de tácticas asimétricas pueden llegar a ejercer sobre las potencias rivales. Su capacidad para atacar objetivos en Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos con misiles y drones, sumado al coste insostenible que supondría una invasión del norte de Yemen para intentar neutralizarlos, fue precisamente lo que acabó llevando a Riad y Abu Dabi a la mesa de negociaciones.

Debido a este peligro, convencer a Arabia Saudí de retomar las hostilidades contra el grupo yemení tampoco es una opción que Washington tenga sobre la mesa. Incluso si existiera esa posibilidad, Riad ha demostrado su incapacidad de lidiar con la milicia.

"Sobre el papel, Arabia Saudí cuenta con un ejército poderoso, con una cantidad enorme de tecnología y material militar comprado fundamentalmente a Occidente. Pero no es un país donde la Administración pública y, por tanto, las Fuerzas Armadas sea meritocrática, y donde el mérito y la capacidad sea el elemento fundamental para ascender", explica Triana. "No solo es muy dependiente del personal extranjero para su Ejército, sino que también cuenta con una eficacia y operatividad muy limitada. Puede tener misiles, carros de combate o aviones, pero sus Fuerzas Armadas dejan mucho que desear", agrega.

En un lado del ring, Estados Unidos y Reino Unido, dos gigantes económicos con la primera y novena armada más poderosa del mundo, respectivamente. En el otro, los hutíes, una milicia chiíta que cuenta con unos 20.000 combatientes y que ni siquiera ha logrado controlar todo el territorio de Yemen, uno de los países más pobres del planeta. A primera vista, el enfrentamiento parece destinado a una victoria aplastante del primero sobre el segundo. Sin embargo, los conflictos armados no son tan sencillos como una suma de números. Que se lo pregunten a Vietnam o Afganistán.

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