Doble toque de atención de EEUU a España para que rectifique su negativa a apoyarlo en el mar Rojo

EEUU reiteró por dos vías su empeño en que España se sume a la coalición naval "Proteger la Prosperidad" que ha erigido en el mar Rojo para proteger la navegación comercial ante los ataques de la milicia hutí que opera desde Yemen.

El presidente del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el general Charles Brown, telefoneó en la tarde del lunes a su homólogo español, el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante Teodoro López Calderón, según informó de madrugada, en la red X, el autor de la llamada.

Poco después, el portavoz de la Armada, el capitán Jereal Dorsey, publicó un comunicado en el que informó que ambos militares habían hablado "de los ataques ilegales de los hutíes contra barcos comerciales que operan en las aguas internacionales del mar Rojo".

"El general Brown reiteró a continuación el deseo de EEUU de trabajar con todas las naciones que comparten el interés en defender el principio de libertad de navegación y garantizar un paso seguro para el transporte marítimo mundial", añade el comunicado. "España es un aliado vital de la OTAN y comparte una larga y estratégica relación con EEUU", concluye.

El texto es un sutil llamamiento, en el lenguaje diplomático, para que el Gobierno de Pedro Sánchez cambie de posición y respalde esa coalición naval colocándose bajo la autoridad del CENTCOM, el mando del Pentágono para Oriente Próximo, o, al menos, coordinándose con él como hacen las fragatas enviadas a la zona por Francia e Italia. El Ministerio de Defensa de España y el Estado Mayor de la Defensa no informaron de esta conversación.

En paralelo a esta llamada telefónica, que se hizo pública, el secretario de la Armada de EEUU, Carlos del Toro, se puso en contacto con el embajador de España en Washington, Santiago Cabanas. Le pidió, en un lenguaje mucho más directo que el del comunicado, que el Ejecutivo español reconsiderase su negativa a participar, según fuentes diplomáticas no españolas conocedoras de lo hablado. Le instó a incorporarse con un barco o, por lo menos, con personal destacado en la zona. Le dio, al final de la conversación, una especie de ultimátum: quiere saber, como tarde el jueves 11, si España corregía su decisión.

El secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, anunció hace un mes la formación de esta coalición naval y mencionó a España entre los países que la integrarían. Lo hizo sin comunicárselo previamente al Gobierno español. Este pareció dar su acuerdo hasta que el 21 de diciembre, en el comité Relex de la Unión Europea, cambió de parecer.

El representante español en ese foro vetó que la misión Atalanta, de lucha contra la piratería frente a las aguas de Somalia, pudiera reconvertirse para apoyar a la coalición que estaba poniendo en pie EEUU en el mar Rojo. Un vicealmirante español, Ignacio Villanueva, dirige desde Rota esta operación. Esa decisión fue enseguida ensalzada por el viceministro hutí de Asuntos Exteriores, Hussein Al-Ezzi.

Al día siguiente, el presidente Joe Biden llamó por teléfono al jefe del Gobierno, Pedro Sánchez. Le puso en guardia sobre el peligro que suponía la milicia hutí, según el comunicado de la Casa Blanca. No le instó a reconsiderar su decisión, según fuentes diplomáticas estadounidenses. El presidente español informó en la social X sobre esa conversación en la que, según su versión, no se habló de los hutíes.

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Sánchez no solo mantuvo su decisión, sino que rehusó sumarse al comunicado que EEUU y sus principales aliados europeos y asiáticos publicaron el 3 de enero en el que formulan una advertencia colectiva a los hutíes tras sus "ataques contra buques, incluidos buques comerciales, mediante vehículos aéreos no tripulados, pequeñas embarcaciones y misiles, incluido el uso de misiles balísticos antibuque". "Constituyen una amenaza directa a la libertad de navegación", recalcaron. Francia tampoco suscribió ese texto.

Un 14% del comercio marítimo mundial pasa por el mar Rojo, incluido un gran porcentaje del de cereales, el 12% del petróleo y el 8% de gas natural licuado. Para sortear el peligro que suponen los hutíes, una veintena de navieras han optado por desviar a sus barcos dando un rodeo por el Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de África, lo que alarga los días del viaje, casi duplica los fletes del transporte y retrasa la entrega de las mercancías.

Ni la Moncloa, ni los ministerios de Defensa o Asuntos Exteriores dan cuenta públicamente de los motivos por los que no han querido secundar hasta ahora, de ninguna de las maneras, la operación estadounidense. La hipótesis que más circula para explicarlo sostiene que hacerlo sería, a ojos del Gobierno español, una manera de aliviar la presión sobre Israel y mermar las posibilidades de alcanzar un alto el fuego definitivo en Gaza.

Opinión

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La opacidad gubernamental sobre el mar Rojo abarca también a la posición de España sobre la demanda por genocidio en Gaza que puso en diciembre Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia de Naciones Unidas. Preguntada sobre el tema, la secretaría de Estado de Comunicación de la Moncloa no contestó. La primera vista se celebrará el jueves 11 en La Haya. Numerosos países se han pronunciando, como Irlanda y Francia, absteniéndose de intervenir, hasta Bolivia y Malasia, respaldando la iniciativa sudafricana.

La política exterior española de cara a Oriente Próximo ha tenido un aspecto colateral inesperado. Ha facilitado la liberación, el 31 de diciembre, del español Santiago Sánchez Cogedor que llevaba 15 meses encarcelado en Teherán sin haber sido juzgado, según indican fuentes diplomáticas. Irán es el valedor de la milicia hutí que controla gran parte de Yemen.

Pese al no de Sánchez a Washington en el mar Rojo, la embajadora israelí en España, Rodica Radian-Gordon, tenía previsto regresar este martes 9 a Madrid tras haber sido llamada a consultas por su Gobierno el 30 de noviembre. Fue retirada en protesta por las declaraciones de Sánchez en las que denunció las "matanzas indiscriminadas" del Ejército israelí en Gaza.

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El número de palestinos muertos alcanzó, el lunes, los 23.084, la mayoría relativa menores de edad, mientras que el de heridos ascienden a 59.926, según el Ministerio de Sanidad de la Franja, en manos de Hamás. Las autoridades de EEUU no han puesto en tela de juicio esas cifras y en varias ocasiones el presidente Biden pidió a Israel que fuese "más cuidadoso" con sus ataques en Gaza y se preocupase de "cómo salvar las vidas de los civiles".

La reincorporación a su puesto de Radian-Gordon fue anunciada el 4 de enero por un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí. Lo achacó a "la mejoría de los mensajes del Gobierno de España y la importancia de las relaciones entre Israel y España". Su labor en Madrid consistirá, precisó, en "promover el derecho del Estado de Israel a proteger a sus ciudadanos contra la organización terrorista Hamás(...)".

El presidente del Gobierno no se ha vuelto a pronunciar, estos últimos días, sobre la tragedia de Gaza, pero nada más conocerse el regreso de la embajadora sí lo hizo, en TVE, Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial. Se alegró de su vuelta a Madrid, pero insistió en que la posición de España seguía siendo la misma, porque no es aceptable lo que ocurre en la Franja "con niños y niñas inocentes". "Eso tiene que entenderlo el Gobierno de Israel", concluyó.