Es noticia
La espiral de violencia engulle a Ecuador: el presidente declara 'conflicto armado interno' por las bandas
  1. Mundo
Tras la fuga de Fito, líder de los Choneros

La espiral de violencia engulle a Ecuador: el presidente declara 'conflicto armado interno' por las bandas

El presidente, Daniel Noboa, ha reaccionado declarando la existencia de un conflicto armado interno, es decir, la guerra, e identificando como enemigos a una veintena de organizaciones criminales

Foto: Una patrulla de seguridad en el centro de Ecuador. (Reuters/Karen Toro)
Una patrulla de seguridad en el centro de Ecuador. (Reuters/Karen Toro)

Ecuador vive uno de los días más críticos de su historia. Las bandas armadas de narcotraficantes que siembran el terror en el país andino han desafiado frontalmente al Estado de derecho, asaltando un canal de televisión, plantando explosivos en las calles, quemando vehículos y secuestrando policías y guardias de prisiones, después de haber llevado a cabo motines en, al menos, seis centros de detención.

Quieren evitar la militarización de las cárceles y han sumido, este martes, las calles del país en el caos. Decenas de miles de ciudadanos intentan volver de cualquier forma a sus hogares ante los reportes de acciones criminales que se difunden por las redes sociales.

El presidente, Daniel Noboa, ha reaccionado declarando la existencia de un conflicto armado interno, es decir, la guerra, e identificando como enemigos, a través de un decreto, a una veintena de las organizaciones criminales que generan zozobra en Ecuador.

Esa disposición se adhiere a la declaración, el día anterior, de un estado de excepción que incluye un toque de queda entre las 11 de la noche y las cinco de la mañana, la restricción del derecho de reunión y la militarización de calles y prisiones.

placeholder Un blindado en el centro de Quito, Ecuadro. (Reuters/Karen Toro)
Un blindado en el centro de Quito, Ecuadro. (Reuters/Karen Toro)

Durante la noche del lunes y la mañana del martes ya se dieron graves incidentes, como la detonación de varios explosivos y el secuestro de cuatro policías, así como la quema de vehículos civiles y policiales, pero la situación se agravó en las primeras horas de la tarde del martes.

Asalto a un canal de TV

Un grupo de criminales armados ingresó en el canal TC de Guayaquil, tomando como rehenes a periodistas y camarógrafos. Se vivieron momentos de gran tensión, captados en imágenes que han dado la vuelta al mundo, porque los delincuentes portaban armas de fuego.

En el programa Más de uno con Carlos Ansina, en Onda Cero, Alina Manrique, jefa de redacción del mencionado canal, ha contado que en el momento de los hechos se encontraba en la redacción, donde escucharon los disparos, por lo que la gente empezó a huir o esconderse. "Yo me escondí en el baño y alerté a amigos para que llamaran a la policía", ha relatado. Pero, estando en su escondite, los encapuchados se acercaron y golpearon la puerta, amenazándolos con matarles. "Yo pensaba que nos iban a matar en ese baño, pero uno de los tres que estábamos ahí tomó la decisión de salir con las manos en alto", dice Alina.

Según su testimonio, los llevaron al estudio principal, donde les retuvieron amenazados con armas, incluso cuenta que a un compañero le pusieron explosivos en la chaqueta. "Es una experiencia traumática en extremo", explica.

El momento de máxima tensión llegó con la llegada de la policía, aunque finalmente los agentes lograron, horas después, liberar el edificio, en un operativo limpio en el que no se dieron víctimas mortales. Se produjo la liberación de todos los rehenes y la captura de, al menos, 17 de los delincuentes, entre los que había, según reportes periodísticos, menores de edad.

Varios medios informaron también de la supuesta entrada de criminales en la Universidad de Guayaquil, pero posteriormente la institución informó que no se había dado el ingreso de elementos armados en el edificio y que las escenas de carreras por el campus fueron producto del pánico.

Mientras todo ocurría, las instituciones se blindaban tanto en Guayaquil, el epicentro de la ola de violencia que vive Ecuador, donde al menos diez personas han muerto y dos han resultado heridas, como en Quito, la capital, donde también se reportaron disparos cerca del palacio presidencial, acordonándose rápidamente todo el sector cercano al lugar, situado en el corazón histórico de la urbe.

Simultáneamente, se daban motines en al menos seis centros penitenciarios en todo el país.

El germen de la violencia

Las cárceles, desde donde operan los líderes de las bandas —cuentan incluso con armas de fuego—, son el origen de la actual violencia que vive Ecuador, protagonizada por grupos criminales al servicio del narcotráfico y adscritos a los carteles mexicanos de la droga.

El país registraba apenas cinco asesinatos por cada 100.000 habitantes antes de la pandemia, pero en 2023 alcanzó los 40 asesinatos por cada 100.000 habitantes, la cifra más elevada de su historia, convirtiéndose en uno de los estados más peligrosos del globo.

El país registraba apenas cinco asesinatos por cada 100.000 habitantes antes de la pandemia

Al menos 400 personas han muerto en las cárceles en los últimos cuatro años, tras numerosas masacres, en una espiral de violencia que ha acabado por desbordarse en las calles del país.

Los delincuentes reclaman que ni la policía ni el Ejército ingresen en las cárceles, como decretó Noboa en su declaración de estado de excepción.

Amenazan con ejecutar a los guardias de prisiones retenidos. Durante la tarde, se difundieron imágenes en las redes sociales, sin verificar todavía por las autoridades, de dos ejecuciones, a través de disparos y ahorcamiento, de trabajadores de los centros de detención.

Fito, líder de los Choneros

El actual estallido de la crisis inició el domingo, cuando las autoridades carcelarias no encontraron en su celda a Adolfo Macías, alias Fito, líder de la banda de Los Choneros, uno de los principales grupos delictivos de Ecuador, que cumplía una condena de 34 años por crimen organizado. Fito es también señalado por el asesinato, en agosto, del periodista y ex candidato presidencial Fernando Villavicencio. Después de ese crimen, fue trasladado a una prisión de máxima seguridad, pero, inexplicablemente, volvió a un centro de detención regular un mes después y ha desaparecido justo el día antes de volver a ser trasladado a una cárcel para presos peligrosos. Miles de policías le buscan todavía en prisión, bajo la premisa de que esté escondido, extremo que se descarta con el paso de las horas.

Fue esa fuga la que detonó la declaración del estado de excepción de Noboa, una medida que su predecesor, Guillermo Lasso, también tomó en numerosas ocasiones, sin éxito, pero el joven presidente, de apenas 34 años, sí parecía, en esta ocasión, dispuesto a militarizar las prisiones. Así lo interpretaron, al menos, las bandas.

Foto: El candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio en el mitin antes de su asesinato. (Reuters/Karen Toro)

En medio de los motines carcelarios, en la prisión de Riobamba, se produjo la fuga de cuatro decenas de presos, entre los que se encuentra Fabricio Colón Pico, uno de los cabecillas de la banda Los Lobos, que había sido detenido la semana pasada tras amenazar con asesinar a la fiscal general de Ecuador, Diana Salazar. La policía tenía orden de ingresar al presidio, pero los presos lanzaron explosivos a los agentes, que se tuvieron que replegar. Las principales dependencias de la Justicia en Quito están acordonadas, incluso con tanquetas, ante la previsión de ataques.

“No permitiremos que grupos terroristas quebranten la paz del país”, señaló el presidente, Daniel Noboa, de 34 años, durante una reunión del Consejo de Seguridad Pública y del Estado.

El joven mandatario centrista, de 36 años, hijo de un magnate bananero, gobierna desde noviembre apoyado en el Congreso por la izquierda correísta —que llegó a aprobar su decreto económico de urgencia— y la principal formación de derecha, el Partido Social Cristiano (PSC).

No fue uno de los mayores defensores de la mano dura durante la campaña electoral. Prometió cárceles barcaza en alta mar para los presos más peligrosos, y un mayor equipamiento policial, pero no se adhirió a postulados similares a los del salvadoreño Nayib Bukele que sí esgrimieron otros candidatos. Tampoco lo hizo su contrincante en la segunda vuelta, la correísta Luisa González.

Foto: Un agente de policía registra a una persona para acceder a un mitin en Guayaquil. (Reuters/Santiago Arcos)

Ecuador mostró, en esa ocasión, cierta moderación, pero la situación que se ha dado este martes hará que muchos demanden medidas drásticas.

“Todo el apoyo, presidente. El crimen organizado le ha declarado la guerra al Estado y el Estado debe salir triunfador. Es hora de la unidad nacional”, señaló este martes, en la red social X, el expresidente Rafael Correa, mostrando su apoyo “irrestricto” a Noboa, y aparcando las "diferencias" políticas.

Ecuador tiene una salida privilegiada al océano Pacífico y se encuentra entre los dos mayores productores de cocaína del mundo, Colombia y Perú.

Contagio de Colombia y Perú

La combinación de unos elementos de control laxos y una fuerza pública débil, en comparación con sus vecinos, así como de elementos corruptos tanto en la policía como en la política y en la judicatura, ha trasladado a sus calles la violencia que se ha vivido durante décadas en Colombia y que también se replicó en territorio peruano.

“Hay un ejército de jueces protegiendo delincuentes”, asegura a El Confidencial Juan Carlos Calderón, un conocido periodista de investigación, amigo del ex candidato presidencial asesinado Villavicencio. “Estamos hablando de dinero, y el narcotráfico es una industria logística. El precio de la droga se eleva porque el costo de transportarla implica sobornos. Tienes que pagar un ejército de jueces, de fiscales, para proteger a tu gente”, comenta el periodista.

Calderón no es optimista. "Para mí el problema es cultural en Ecuador. Hay una aceptación paulatina de la economía y de la cultura criminal. No nos gusta mirarnos al espejo. Vivimos en una economía criminal, con cárceles que están controladas por los criminales, un sistema de Justicia cuyos magistrados pertenecen a estructuras criminales. Todo el mundo lo sabe, pero nadie lo quiere tocar”, asegura el investigador.

Las autoridades ecuatorianas han suspendido las clases presenciales en todo el país hasta el viernes, e instalaciones energéticas clave, como las petroleras, han sido también acordonadas.

La crisis de seguridad ha espoleado la migración. Los ecuatorianos son ya la segunda nacionalidad más numerosa, tras la venezolana, en el cruce del paso del Daríen, entre Colombia y Panamá, rumbo a EEUU. Parte ha decidido también volver a migrar a España.

Ecuador vive uno de los días más críticos de su historia. Las bandas armadas de narcotraficantes que siembran el terror en el país andino han desafiado frontalmente al Estado de derecho, asaltando un canal de televisión, plantando explosivos en las calles, quemando vehículos y secuestrando policías y guardias de prisiones, después de haber llevado a cabo motines en, al menos, seis centros de detención.

Ecuador Violencia