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¿Eres extranjero y trabajas (barato) como cuidador? UK te quiere, pero no a tu pareja ni a tus hijos
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Medidas desesperadas

¿Eres extranjero y trabajas (barato) como cuidador? UK te quiere, pero no a tu pareja ni a tus hijos

Las nuevas leyes antiinmigración de Sunak han subido de la noche a la mañana el monto que se tiene que ganar para poder acceder a una visa, hasta más de 45.000 euros

Foto: El primer ministro británico Rishi Sunak reacciona mientras habla con los periodistas durante una visita a un centro de formación médica de la Universidad de Surrey en Guildford. (Reuters / Justin tallis)
El primer ministro británico Rishi Sunak reacciona mientras habla con los periodistas durante una visita a un centro de formación médica de la Universidad de Surrey en Guildford. (Reuters / Justin tallis)

Muchos de los británicos que votaron en 2016 por el Brexit tenían cónyuges procedentes de países de la UE y no sabían que eso obligaría a sus parejas a tener que formalizar su situación, ya que, de otra manera —independientemente de cuántos años llevaran casados o viviendo en Reino Unido— quedaban como inmigrantes ilegales, con la posibilidad incluso de ser deportadas. Consecuencias de un divorcio con las que no se contaba. Aunque ahora la situación es aún más complicada. Los propios británicos que no ganen 38.700 libras anuales (45.000 euros) ni siquiera podrán traer a los suyos si estos son extranjeros. En la nueva Global Britain, los inmigrantes que quieran venir a trabajar como cuidadores estarán exentos del umbral salarial mínimo para un visado, pero no se les dará posibilidad de traer a sus dependientes, es decir, a sus parejas e hijos.

Rishi Sunak, el primer ministro moderado y pragmático que trajo el sosiego tras los caóticos años de Boris Johnson, también ha sucumbido a la presión de las urnas. Cuando apenas queda un año para las próximas elecciones generales, el líder 'tory', con la popularidad bajo mínimos y a más de veinte puntos por detrás de los laboristas, intenta a la desesperada dar un vuelco a las encuestas, centrándose en una de las cuestiones que más preocupa al electorado.

Lejos de recuperar el control de las fronteras, la que fuera gran promesa del Brexit, la migración neta —la diferencia de los que llegan respecto a los que se van— marcó un nuevo récord en 2022, con 745.000, por encima de lo que se había estimado previamente, según reveló la Oficina Nacional de Estadísticas.

Por tanto, la promesa (incumplida) de acabar con la llegada de pateras —con el plan de enviarlos a Ruanda decretado ilegal por el Tribunal Supremo o la prisión flotante en Portland— ya no es suficiente para el inquilino de Downing Street. Ahora también se centra en reducir la llegada de los documentados, pese al grave problema de falta de mano de obra al que se enfrenta el Reino Unido tras la salida de la UE.

Foto: El Bibby Stockholm, varado en el puerto de Portland, Reino Unido. (EFE/EPA/Tolga Akmen)

El Gobierno asegura que el sistema de inmigración debe ser "justo, coherente, legal y sostenible" y para ello, a partir de la próxima primavera, entraran en vigor nuevas medidas que imposibilitaran a entre el 60 y el 70% de los trabajadores con dependientes extranjeros traer a sus familiares a Reino Unido. Madeleine Sumption, directora del Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford, denuncia que esto es "definitivamente completamente diferente a lo que hace cualquier otro país desarrollado".

Como parte del nuevo plan, los trabajadores extranjeros con visado tendrán que pagar 1.200 euros para costear posibles gastos de la sanidad pública (NHS), frente a los 730 euros actuales, (lo que inyectará 1.300 millones de libras para el NHS). Asimismo, se suspende la excepcionalidad que tenían las empresas de los sectores con 'escasez crítica de trabajadores'. Hasta ahora, en estos casos se permitía reducir en un 20%, es decir, en unos 6.000 euros, el salario mínimo anual exigido para contratar a un extranjero. A partir de próximo año ya no será así.

Por otra parte, también habrá una revisión de la ruta de posgrado que permite a los estudiantes permanecer y trabajar en Reino Unido durante dos años después de haber completado sus estudios, sin recurrir a fondos públicos, mientras intentan encontrar una empresa que los patrocine a largo plazo.

El Gobierno defiende que las nuevas reglas, si se hubieran aplicado el año pasado, habrían reducido la migración neta en 300.000 personas. Lo que no explica es cómo va a afectar el nuevo plan a un país donde gran parte de la Sanidad y cuidados depende de inmigrantes.

Foto: El ministro de Hacienda británico, Jeremy Hunt, pronuncia la Declaración de Otoño en la Cámara de los Comunes en Londres. (Reuters/Jessica Taylor)

Fue en febrero de 2022 cuando el Ejecutivo conservador añadió a los cuidadores en la lista de 'sectores con escasez crítica de trabajadores' para cubrir las 165.000 vacantes que existen en el mercado, lo que llevó a crear contratos por tan solo 20.960 libras o 10,75 la hora, apenas por encima del salario mínimo. Desde entonces, el número de cuidadores extranjeros se ha multiplicado por 30. Reino Unido emitió 103.316 visas a cuidadores en los doce meses previos a septiembre de 2023 y trajeron consigo a más de 120.000 dependientes.

El sistema ha sido aprovechado por mafias para traficar con menores (a los que hacían pasar por familiares), según publicó recientemente The Sunday Times. Con todo, son casos excepcionales. El Gobierno asegura que solo un 25% de las personas dependientes de cuidadores que llegan a Reino Unido se incorpora al mercado laboral. "Muchos de ellos abusan de nuestros servicios públicos sin contribuir a que la economía crezca", recalca el ministro de Interior, James Cleverly, sin especificar, eso sí, cuántos de esos son menores que acompañan a sus padres.

La organización Skills for Care, que apoya al sector de atención social para adultos, estima que se necesitarán casi medio millón de trabajadores adicionales durante los próximos 10 años para satisfacer la demanda.

Foto: Sede del Tribunal Supremo de Reino Unido. (EFE/EPA/Neil Hall)

Cleverly reconoce que algunos podrían verse ahora disuadidos de venir a Reino Unido por las nuevas reglas. Con todo, el ministro de Interior recalca que "la inmigración que llega a este país es demasiado alta y tiene que ser reducida". "Los británicos siempre querrán hacer lo correcto con aquellas personas en situación de necesidad, pero también tienen razón al querer reducir de manera drástica el número de inmigrantes. No solo frenando el número de personas que llegan a nuestras costas a través de rutas ilegales, sino con una buena gestión que reduzca la inmigración legal. A los ciudadanos les preocupa, con razón, la escasez de vivienda, las consultas médicas colapsadas, el difícil acceso a la educación y otros servicios públicos, y ven que sus barrios cada vez están más poblados", añade. La palabra "abuso" se repite con frecuencia en su discurso.

La cuestión es que hay sectores que dependen de la inmigración. Cuando las universidades advirtieron ya en 2011 al entonces 'premier' David Cameron que los recortes en la formación de enfermeras provocarían una escasez de personal, no se tomaron medidas. El año pasado, el personal de enfermería con formación internacional que se incorporó al registro por primera vez representó casi el mismo número que el formado en Reino Unido. Actualmente, hay 112.000 vacantes de sanitarios en el NHS. En enero, a pesar de la escasez de médicos, las universidades recibieron instrucciones de limitar el número de plazas para reducir los costes de la formación o afrontar fuertes multas. En definitiva, una vez más, innumerables personas se verán atrapadas en políticas generales y contundentes diseñadas con fines puramente políticos.

Muchos de los británicos que votaron en 2016 por el Brexit tenían cónyuges procedentes de países de la UE y no sabían que eso obligaría a sus parejas a tener que formalizar su situación, ya que, de otra manera —independientemente de cuántos años llevaran casados o viviendo en Reino Unido— quedaban como inmigrantes ilegales, con la posibilidad incluso de ser deportadas. Consecuencias de un divorcio con las que no se contaba. Aunque ahora la situación es aún más complicada. Los propios británicos que no ganen 38.700 libras anuales (45.000 euros) ni siquiera podrán traer a los suyos si estos son extranjeros. En la nueva Global Britain, los inmigrantes que quieran venir a trabajar como cuidadores estarán exentos del umbral salarial mínimo para un visado, pero no se les dará posibilidad de traer a sus dependientes, es decir, a sus parejas e hijos.

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