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EEUU se despliega en Oriente Próximo no solo para defender a Israel, sino para protegerse
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Medidas defensivas

EEUU se despliega en Oriente Próximo no solo para defender a Israel, sino para protegerse

La fuerza aérea norteamericana bombardeó por primera vez a las milicias proiraníes en Siria, tras sufrir ataques en 13 ocasiones en diez días

Foto: El USS Gerald R. Ford (CVN-78) en navegación por el Atlántico. (US Navy)
El USS Gerald R. Ford (CVN-78) en navegación por el Atlántico. (US Navy)
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EEUU no ha reforzado a sus fuerzas armadas en el Mediterráneo oriental y en el Golfo solo para proteger a Israel ante los ataques de sus múltiples enemigos en la región, sino también para defenderse a sí mismo.

La intención de amparar a Israel quedó puesta de manifiesto el mismo día de la salvaje incursión de Hamás en el sur de Israel, el 7 de octubre, que causó 1.400 muertos. Fue entonces cuando el Pentágono anunció al envío a la zona de un portaaviones —el USS Gerald R. Ford y su grupo de combate— y más tarde del USS Dwight D. Eisenhower. También mandó a Oriente Próximo, sin especificar donde, baterías de defensa antiaéreas Patriot y THAAD así como más cazabombarderos F-15, F-16 y A-10s.

Su empeño en defender a su principal aliado en la región quedó puesto de manifiesto cuando un portavoz del Pentágono anunció que uno de sus destructores, el USS Carney, había derribado en el Golfo Pérsico tres misiles de crucero y 15 drones que se dirigían hacia el norte.

El portavoz fue evasivo sobre cuáles eran sus objetivos, pero ahora ha quedado claro que tuvieron que recibir disparos desde Yemen, por la milicia chií de los hutíes. Su blanco era Israel. Un misil cayó en la ciudad egipcia de Taba, colindante con Israel. El Ejército israelí llegó a la conclusión de que fue lanzando desde Yemen, a más de 1.800 kilómetros, y fue a dar por error del lado egipcio de la frontera.

Foto: Imagen de Iván y Dafna junto a los padres de ella en Israel. (Cedida por la familia)

Han tenido que transcurrir varios días más para que quede también claro cuál es el otro importante papel que desempeñan en la zona los Ejércitos de EEUU. En la madrugada del viernes, 27 aviones F-16, que probablemente despegaron de uno de los portaaviones, bombardearon en Siria dos cuarteles y un almacén de municiones en manos de grupos armados vinculados a los Guardianes de la Revolución iraní.

La operación fue prácticamente un choque directo entre EEUU e Irán porque los Guardianes son como el segundo Ejército de Irán. Hay que remontarse a principios de 2020 para observar un cara a cara similar entre esas dos potencias. Un misil norteamericano acabó entonces en Bagdad con la vida de Suleiman Qassem, jefe de la Fuerza Al Qods, unidad de elite de los Guardianes de la Revolución.

Con el bombardeo aéreo de este viernes, EEUU respondió, por primera vez en los acontecimientos recientes, a los 13 ataques que sus destacamentos habían padecido en las bases de Al-Asad (oeste de Irak), Al-Harir (Kurdistán iraquí), Al-Tanf y el campo petrolífero de Conoco, ambos en Siria. Veintiún militares estadounidenses resultaron heridos, ninguno de gravedad. En Al Asad, un civil norteamericano falleció de un infarto cuando corría a ponerse a salvo en el refugio.

La mayoría de estos disparos de cohetes o también con drones han sido reivindicados por un grupo autodenominado la Resistencia Islámica de Irán, que no existía antes del 7 de octubre. Consiste, probablemente, en una mezcla de otras pequeñas facciones armadas que se mueven en la órbita de Teherán. Ya existían previamente, pero que ahora se centran en hostigar a los pequeños contingentes de EEUU.

El Pentágono mantiene desplegados a unos 2.500 soldados en Irak, muchos de ellos en el Kurdistán y a 900 en el norte de Siria, dedicados a la lucha contra lo que aún subsiste de los grupos yihadistas que asolaron el país en la década pasada.

Foto: Combatientes de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam. (EFE/Mohammed Saber)

Al principio EEUU dio la impresión de restar importancia a este hostigamiento. Un portavoz del Pentágono reconoció un "repunte" de la actividad de las milicias pro iraníes, pero se empeñó en desvincularlo de los acontecimientos de Gaza. Cuatro días después, John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, cambió de discurso. EEUU, dijo, "está profundamente preocupado por la posibilidad de que se produzca una escalada significativa de estos ataques en los próximos días".

Ahora se baraja además que la Administración del presidente Joe Biden endurezca las sanciones que ya aplica a Irán. Sus represalias pasarán por entorpecer aún más las exportaciones de crudo iraní, vaticinó, por ejemplo, Helima Croft, jefa de estrategia global de materias primas de RBC Capital Markets, en una entrevista en la televisión CNBC.

El régimen de los ayatolás no embestirá directamente a EEUU ni a Israel, excepto mediante ciberataques, pero sí está movilizando a las milicias que le son afines, entre las que destaca la libanesa Hezbolá, de lejos la más poderosa. Este movimiento armado chií no ha emprendido, por ahora, ninguna acción contra los intereses estadounidenses y se centra en Israel.

Foto: Miles de partidarios propalestinos, durante una manifestación antiisraelí en Teherán. (EFE/Abedin Taherkenareh)

No está claro hasta donde llegará Irán en la campaña de acoso a EEUU, a través de actores interpuestos, ni cuál será la reacción de la superpotencia a la hora de responder. Tampoco se puede dilucidar si Washington se involucrará más directamente aún para proteger a Israel. Si Hezbolá dispara una lluvia de misiles sobre Israel, ¿ayudará la flota norteamericana a pararlos como hizo en el caso de los hutíes?

En la invasión de Gaza EEUU no participará directamente, pero sí ha brindado abiertamente a Israel su asesoramiento. El teniente general James Glynn, del cuerpo de los Marines, y varios de sus subordinados están en Tel Aviv colaborando con las Fuerzas de Defensa de Israel. Glynn tiene experiencia de combates callejeros. Hace 20 años estuvo en la batalla de Fallujah (Irak) que libraron las fuerzas especiales norteamericanas contra la insurgencia iraquí. En las anteriores guerras que contra sus vecinos, el Estado hebreo no tuvo un apoyo de la superpotencia tan cercano como ahora.

EEUU no ha reforzado a sus fuerzas armadas en el Mediterráneo oriental y en el Golfo solo para proteger a Israel ante los ataques de sus múltiples enemigos en la región, sino también para defenderse a sí mismo.

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