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Biden dobla su apoyo a Israel para "sujetar con un abrazo" a Netanyahu
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Respaldo y advertencia

Biden dobla su apoyo a Israel para "sujetar con un abrazo" a Netanyahu

Además de escenificar el apoyo y comprometer ayuda militar, el presidente americano está dando señales públicas de que quiere contener a Netanyahu y evitar una escalada del conflicto

Foto: Abrazo entre el presidente Joe Biden y el primer ministro Benjamín Netanyahu en el aeropuerto Ben-Gurión. (EFE/EPA/GVO/Avi Ohion)
Abrazo entre el presidente Joe Biden y el primer ministro Benjamín Netanyahu en el aeropuerto Ben-Gurión. (EFE/EPA/GVO/Avi Ohion)
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aterrizó ayer en Israel para dar su respaldo al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el día más convulso desde el inicio de la guerra el pasado 7 de octubre. El mandatario llegó horas después del mortífero ataque a un hospital anglicano de Gaza, por el que israelíes y palestinos se culparon mutuamente y que generó comunicados de condena de los gobiernos vecinos y protestas frente a las embajadas de Israel en varios países. Una tragedia cuya autoría continúa siendo investigada y que hizo que el Gobierno de Jordania cancelase la cumbre prevista en Amán, un encuentro en el que el mandatario de EEUU iba a participar junto a los de Egipto, Jordania y la Autoridad Palestina.

Biden, al final, solo se encontró con Netanyahu, con quien se fundió en un abrazo nada más descender del Air Force One para dar inicio a una visita sin precedentes. Nunca antes un presidente estadounidense había acudido con tanta velocidad a una zona de conflicto, lo que resulta todavía más extraordinario teniendo en cuenta que no hay tropas de EEUU en combate. Una excepcionalidad que ofrece una idea de la importancia que está dando Washington a la crisis que se ha desatado en Israel.

Foto: Cuerpos de los palestinos víctimas de la explosión en el Hospital Ahli Arab. (Europa Press/DPA/Mohammad Abu Elsebah)

La gran prioridad de Biden es mostrar su respaldo total a Israel, algo en lo que ha insistido desde el día que estalló la crisis. Pero, además de escenificar el apoyo y comprometer ayuda militar, el presidente americano está dando señales públicas de que quiere contener a Netanyahu y evitar una escalada del conflicto. Lo que, según la prensa estadounidense, la Administración demócrata define extraoficialmente con la expresión “sujetar [a Israel] con un abrazo”, como el que Biden le propinó al líder israelí en la pista de aterrizaje.

Este llamado a la contención fue reiterado durante su discurso ante la nación israelí, pronunciado poco después desde Tel Aviv. “Conmoción, dolor, rabia: una rabia que lo consume todo, yo lo entiendo, y muchos estadounidenses también", expresó Biden. "Es imposible mirar lo que les ha pasado aquí a vuestras madres, padres, abuelos, hijos, hijas, incluso a vuestros bebés, y no gritar pidiendo justicia. Hay que hacer justicia. Pero dejadme advertiros de algo: mientras sintáis esa rabia, no os dejéis consumir por ella. Después del 11 de septiembre, en Estados Unidos estábamos furiosos. Mientras buscábamos justicia, y la obtuvimos, también cometimos errores”.

El mensaje está claro para quien quiera escucharlo: "Miradnos y no repitáis nuestros errores". A las puertas de una posible invasión terrestre de Gaza anticipada reiteradamente por las autoridades israelíes, Biden recordó ante Netanyahu la experiencia aprendida por las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán y el desgaste que supuso para su país la entrada de soldados y tropas en un conflicto del que luego no eran capaces de salir. Una lección que fue narrada también por el general de EEUU David Petraeus en este breve ensayo publicado el lunes pasado en El Confidencial.

El problema de Biden es que ni Netanyahu ni ninguna figura política de relevancia en Israel parecen dispuestos a escuchar este mensaje. Lo único que el líder judío buscaba de su abrazo con su par estadounidense era otro tipo de escenificación: la del respaldo a su campaña contra Hamás por parte del mayor aliado —y patrocinador militar— internacional de Israel. El primer ministro, quien consideraba al expresidente Donald Trump como un "verdadero amigo" y quien nunca mostró sintonía con su sucesor, se mostró encantado con la visita, pero no hizo una sola referencia a sus llamados a la contención. “Desde el momento en que Israel fue atacado, usted ha trazado con razón una línea clara entre las fuerzas de la civilización y las fuerzas de la barbarie”, expresó Netanyahu a Biden.

Foto: El portaaviones USS Gerald Ford. (Reuters)

Netanyahu, no obstante, arrojó un hueso a sus aliados estadounidenses. La Administración Biden anunció que habían convencido a los israelíes de que dejen pasar ayuda humanitaria, a través de Egipto, para aliviar la crisis en la Franja de Gaza, con la única condición de que la asistencia no acabe en manos de Hamás. De acuerdo con el presidente, el acceso de en torno a 20 camiones llenos de suministros de emergencia al territorio palestino comenzará, probablemente, el viernes, porque Egipto necesita reparar los caminos del cruce tras más de 10 días de bombardeos por parte de las fuerzas de Israel.

La escenificación del respaldo estadounidense no se ha limitado al terreno diplomático. Antes de la llegada de Biden a Tel Aviv, según The Wall Street Journal, la Casa Blanca ya había seleccionado en torno a 2.000 soldados para que estén preparados en caso de que tengan que desplegarse en apoyo de Israel. Washington también ha ordenado la movilización de dos portaviones al Mediterráneo Oriental: el Gerald Ford, que ya está allí, y el Dwight Eisenhower, que llegará en la próxima semana. El Ford es el más moderno de la flota de EEUU, incluye un reactor nuclear y un sistema de misiles antiaéreos de rango medio y tiene capacidad para acarrear 5.000 marineros y 75 aviones de combate. Al mismo tiempo, la Fuerza Aérea estadounidense anunció que duplicará sus escuadrones de F-16, A-10 y F-15E en las bases terrestres del golfo Pérsico.

Foto: Joe Biden. (Reuters/Jonathan Ernst)

Uno de los últimos mensajes de Biden a los periodistas durante su breve visita internacional fue que planeaba pedir al Congreso un paquete de ayudas “sin precedentes” para Israel. Música para los oídos de Tel Aviv, pero posibles malas noticias para Kiev. La Casa Blanca ya ha solicitado miles de millones de dólares en asistencia adicional para Ucrania ante una Cámara Baja de mayoría republicana y que continúa paralizada tras una rebelión del ala más radical del partido. Aprobar ambas partidas a la vez podría ser imposible, y nadie duda de que la ucraniana será la primera en ser sacrificada.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aterrizó ayer en Israel para dar su respaldo al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el día más convulso desde el inicio de la guerra el pasado 7 de octubre. El mandatario llegó horas después del mortífero ataque a un hospital anglicano de Gaza, por el que israelíes y palestinos se culparon mutuamente y que generó comunicados de condena de los gobiernos vecinos y protestas frente a las embajadas de Israel en varios países. Una tragedia cuya autoría continúa siendo investigada y que hizo que el Gobierno de Jordania cancelase la cumbre prevista en Amán, un encuentro en el que el mandatario de EEUU iba a participar junto a los de Egipto, Jordania y la Autoridad Palestina.

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