EEUU refuerza su presencia en torno a Gaza por temor a la escalada regional

El barril de pólvora sobre el que baila Oriente Medio desde hace poco más de una semana ha hecho que Estados Unidos refuerce su presencia militar en la región y amplíe la asistencia a Israel. “Vamos a suministrarles lo que necesiten”, declaró el presidente estadounidense, Joe Biden, este domingo en el canal CBS. La razón oficial es “disuadir” a Irán y a la milicia libanesa Hezbolá de entrar guerra. Extraoficialmente, sin embargo, existe el miedo a que sea EEUU quien acabe metiéndose en el conflicto.

Según The Wall Street Journal, la Casa Blanca ya ha seleccionado en torno a 2.000 soldados para que estén preparadas en caso de que tengan que desplegarse en apoyo de Israel. Los efectivos procederían de varias ramas de las Fuerzas Armadas estadounidenses y no estarían destinados al combate, sino a tareas relacionadas con la inteligencia y la asistencia médica. Estos efectivos están ahora mismo estacionados en Oriente Medio y en otros lugares, incluyendo territorio europeo.

Los temores a que la guerra absorba a Estados Unidos se fundamentan en las repetidas agresiones sufridas por sus soldados en la región a lo largo de este año. Entre 2021 y el pasado marzo, las milicias apoyadas por Irán en Irak y Siria han atacado unas 80 veces a los 900 soldados norteamericanos que continúan en Siria. El 23 de marzo, un dron iraní operado por milicias respaldadas por la Guardia Revolucionaria mató a un contratista estadounidense e hirió a cinco soldados en la base de Hasakah, en el noreste de Siria. Doce horas después, Estados Unidos respondió bombardeando dos bases de estas milicias, las cuales, a su vez, replicaron con otro dron y una ráfaga de cohetes que hirieron a un norteamericano.

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“No buscamos un conflicto o una guerra con Irán”, declaró en aquel entonces el portavoz del Pentágono, Patrick S. Ryder. “Nuestro objetivo en Siria es la duradera derrota del ISIS. Desafortunadamente, lo que se ve en esta situación son estos grupos apoyados por Irán, no solo en Siria, sino también realizando operaciones en el estrecho de Hormuz, en el Golfo, en Irak, lanzando operaciones de desestabilización dedicadas a exportar el terror y la inestabilidad”.

Con el aumento de las tensiones en torno a Israel, Washington ha despachado dos portaviones al Mediterráneo Oriental, el Gerald Ford, que ya está allí, y el Dwight Eisenhower, que llegará en la próxima semana. El portaviones Ford es el más moderno de la flota americana. Encargado en 2017, tiene capacidad para acarrear 5.000 marineros y 75 aviones de combate, e incluye un reactor nuclear y un sistema de misiles antiaéreos de rango medio. Ambos llegan junto a barcos de guerra equipados, entre otras armas, con misiles Tomahawk.

Al mismo tiempo, la Fuerza Aérea de EEUU duplicará sus escuadrones de F-16, A-10 y F-15E en las bases terrestres del Golfo Pérsico. Según The New York Times, entre estos y los presentes en los portaaviones, Estados Unidos tendrá disponibles en la región un centenar de aviones de combate.

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Estados Unidos ha mandado también un equipo de operaciones especiales para asesorar en los esfuerzos de liberación de los 155 rehenes en poder de Hamás, según Israel, o entre 200 y 250, según el grupo islamista. La guerra ha dejado por ahora 30 estadounidenses muertos y 13 desaparecidos. La Casa Blanca también ha enviado munición, bombas de pequeño diámetro para la lucha urbana e interceptores para el sistema de misiles antiaéreos. EEUU tiene en Israel seis arsenales que utiliza en sus guerras y que los israelíes también tienen derecho a usar en caso de emergencia. Un acopio de armas de 2.000 millones de dólares. Esto se suma a la asistencia anual de 3.000 millones de dólares y a más ayuda que puede ser aprobada en el Congreso, paralizado por la falta de líder en la cámara baja.

Sin embargo, el intenso esfuerzo diplomático liderado por EEUU para aliviar la desesperante situación que viven los más de dos millones de palestinos en Gaza ha caído, por ahora, en saco roto, mientras se agotan los suministros de agua, alimentos y medicinas y las organizaciones internacionales y autoridades locales advierten sobre un inminente desastre humanitario. Camiones cargados de suministros básicos llevan días varados en el cruce fronterizo de Egipto con la Franja, pero los repetidos ataques israelíes y un estancamiento diplomático con El Cairo han impedido su ingreso al territorio palestino. El lunes por la tarde, un nuevo bombardeo de Israel alcanzó una vez más el cruce de Rafah, según informó la BBC.

Son datos que no importan demasiado a una opinión pública estadounidense claramente favorable a Israel. Según una encuesta de CNN y SSRS, el 50% de los norteamericanos piensa que la respuesta militar de Israel tras la masacre perpetrada por Hamás está “completamente justificada”, un 20% cree que lo está “parcialmente” y un 21% se muestra inseguro. Solo un 8% de la opinión pública cree que esta respuesta no está justificada. Si miramos las opiniones con base en los colores políticos, los votantes republicanos tienden a simpatizar más con la respuesta de Israel que los votantes demócratas.

En este contexto, los altos dignatarios estadounidenses han lanzado una gira frenética por la región. El secretario de Estado, Antony Blinken, llegó a Israel este lunes después de visitar varios países árabes y afirmar que estos están interesados en evitar que la guerra se desborde a otros puntos de la región. Blinken ya estuvo en Israel el pasado jueves, así como en Catar, Jordania, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí (donde el príncipe Mohamed bin Salmán lo hizo esperar durante varias horas) y Egipto. El presidente, Joe Biden, baraja acudir a Israel después de haber recibido la invitación oficial de Netanyahu, y hasta allí viajará el secretario de Defensa, el general Lloyd Austin III, el viernes.

La asistencia a Israel “fluirá a la velocidad de la guerra”, declaró Austin. “Permaneceremos en estrecho contacto con nuestros valorados socios en toda la región, y la asistencia de seguridad del Departamento de Defensa ya está llegando rápido a Israel (...). Continuaremos asegurándonos de que Israel tiene lo que necesita para mantenerse seguro”