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El liberal Rutte se retira por sorpresa tras 13 años como primer ministro de Países Bajos
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Tras dinamitar el gobierno

El liberal Rutte se retira por sorpresa tras 13 años como primer ministro de Países Bajos

El primer ministro en funciones de Países Bajos, Mark Rutte, ha anunciado por sorpresa este lunes su retirada de la política, después del colapso de su cuarto gobierno

Foto: El primer ministro en funciones de Países Bajos, Mark Rutte (EFE/Robin Utrecht)
El primer ministro en funciones de Países Bajos, Mark Rutte (EFE/Robin Utrecht)

El primer ministro en funciones de Países Bajos, Mark Rutte, ha anunciado por sorpresa este lunes su retirada de la política, después del colapso de su cuarto gobierno por diferencias sobre la política de asilo, y anunció que “ya no está disponible” como cabeza de lista electoral del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) en las próximas elecciones de otoño.

“Ha habido especulaciones en los últimos días sobre mis motivos. La única respuesta es: Países Bajos”, anunció Rutte, que aseguró que tomó esta decisión la víspera, a pesar de que el viernes aseguró “tener energía” todavía para liderar un siguiente gabinete.

Rutte permanecerá como primer ministro interino hasta las elecciones, adelantadas a este noviembre tras el colapso del Gobierno.

Foto: El primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte. (EFE/Robin Utrecht)

El político liberal, que lideró cuatro gobiernos desde 2010 y tres de ellos tuvieron que dimitir antes del final de la legislatura, anunció su retirada en un discurso parlamentario previo a un debate sobre los motivos que llevaron a la caída de la coalición de centroderechas que gobernó Países Bajos desde enero de 2022. Se trata del político que más ha permanecido en el puesto como primer ministro de Países Bajos, 13 años. No ha dado pistas sobre qué hará después. Como uno de los líderes europeos más veteranos (tras la retirada de Angela Merkel, sólo le superaban el húngaro Viktor Orbán y el luxemburgués Xavier Bettel), su nombre ha sonado como candidato para muchos puestos de relevancia en la arquitectura del viejo continente, desde la OTAN a la UE, pero en sus declaraciones este lunes ha asegurado que no está interesado.

Una crisis de la nada

Hasta hace tres días, nada indicaba que Holanda se iría de vacaciones de verano con un gobierno en funciones y preparándose para elecciones generales en otoño. Rutte estaba incluso entregado a su causa estrella en los últimos meses: ayudar a Volodímir Zelenski con dinero, armas, entrenamiento militar y una campaña para acercar a Ucrania a la OTAN. Quería hacer las paces con las víctimas de los terremotos causados en el norte del país por la extracción de gas de Groningen, el yacimiento más grande de Europa. De hecho, iba a visitarlos el lunes. Estaba, en definitiva, haciendo política con sus socios.

Ni siquiera la migración parecía ya un problema real para el país. Las escandalosas imágenes que se vieron el año pasado de solicitantes de asilo durmiendo en el césped de un centro de recepción de refugiados por falta de camas parecen haber quedado en el pasado. Holanda recibe un 35% menos de solicitudes de asilo que sus países vecinos y el flujo de llegadas es casi la mitad de lo previsto. Está en la media europea y Holanda tampoco es, en números, el país más atractivo para los refugiados.

Foto: El primer ministro holandés, Mark Rutte (d), recibe este lunes en La Haya al presidente español, Pedro Sánchez. (EFE) Opinión
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No era ningún secreto que la política del asilo era un hueso duro sobre la mesa de la formación de centroderechas. Lo sabía perfectamente el propio Rutte cuando el miércoles llegó de repente a una reunión con su gabinete con una medida para restringir duramente la reagrupación de familiares directos de los refugiados, una propuesta a la que ya se habían negado los partidos de la coalición D66 y CU. Pero aun así lo hizo: o aceptáis, o me cargo el gobierno, vino a decirles. Saltándose todas las reglas del juego, tumbó su cuarta formación desde 2010 y dejó al país descolocado y con una pregunta. ¿Por qué ahora?

El adiós de un 'clásico'

Con su rígida postura en grandes debates como las ayudas de los fondos de recuperación post covid a los países del sur, Rutte se convirtió en el “chico malo” de la Unión Europea, un papel que empezó a asumir a partir de 2016, cuando el Reino Unido decidió abandonar el bloque. Sin un gigante que defendiera sus intereses, a La Haya no le quedaba más que articular una nueva alianza que protegiera la agenda de los llamados “halcones”, los Estados miembros más conservadores en materia fiscal y que se oponen a una mayor integración política y económica.

Así nació la llamada “Nueva Liga Hanseática”, que marcó la agenda antes de la pandemia bloqueando todos los intentos de reformar la Eurozona. El hecho de ser capaz de articularla y ponerla en marcha demuestra que Rutte conocía bien la Europa que venía, en la que las alianzas de pequeños Estados miembros tendrían un papel clave ante el eje franco-alemán.

Rutte disfruta de ese papel de escéptico ante todo, muchas veces presentándose como el freno al francés Emmanuel Macron, especialmente cuando este, todavía fresco en el Elíseo, trataba de lanzar grandes debates sobre el futuro de Europa. En alguna ocasión el holandés sencillamente intentaba vetar un debate porque no pensaba mover sus posiciones, y por lo tanto pasar varias horas discutiendo era inútil. Se le llegó a bautizar como “Mr. No”, pero también 'Mark de teflón', por la capacidad de que nada le afectara.

El primer ministro en funciones de Países Bajos, Mark Rutte, ha anunciado por sorpresa este lunes su retirada de la política, después del colapso de su cuarto gobierno por diferencias sobre la política de asilo, y anunció que “ya no está disponible” como cabeza de lista electoral del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) en las próximas elecciones de otoño.

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