Cuidado con lo que deseas: Florida rechaza a los migrantes y todos "están cabreadísimos"

La campaña presidencial en Estados Unidos ya está en marcha y el segundo republicano con más opciones de ganar las primarias, Ron DeSantis, refuerza a todo correr sus credenciales populistas. Uno de los frentes favoritos del gobernador de Florida es la guerra cultural contra el wokismo; el otro, la inmigración, donde los eslóganes y la mano dura contra las personas indocumentadas, sin embargo, se están dando bruces con una sencilla realidad económica: Florida necesita mano de obra. Estados Unidos necesita mano de obra. Y han sido representantes del propio Partido Republicano de Florida quienes han pedido a los inmigrantes que no hagan caso de las leyes del gobernador, que se queden. Que son necesarios.

“Esta ley está hecha al 100% para asustaros”, declaró el congresista estatal republicano Rick Roth durante un evento político en Miami. “Soy granjero y los granjeros están cabreadísimos. Estamos perdiendo empleados que ya están empezando a mudarse a Georgia y otros estados. Es urgente que habléis con toda vuestra gente y que los convenzáis de que tenéis recursos, representantes estatales y otra gente que puedan explicar esta ley”.

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Roth, que representa uno de los distritos de Florida con mayor proporción de inmigrantes, hablaba de la recién aprobada Ley SB 1718. Dicha legislación, que entrará en vigor el 1 de julio y que ha sido calificada por sus autores como “la más dura de la nación”, multará a las empresas que empleen inmigrantes sin papeles, reforzará la comprobación del estatus migratorio con el sistema E-Verifiy y obligará a los hospitales a preguntar a los pacientes cuál es su situación legal.

La aprobación de la ley ha desatado varias protestas en las calles de West Palm Beach. Los organizadores, citados por la rama local del canal NBC News, aseguran que esta será doblemente dañina: para los inmigrantes y para la economía del estado. El pasado jueves, numerosos negocios cerraron sus puertas para indicar lo que sucedería si Florida se quedara sin buena parte de su población activa.

Según datos de la Cámara de Comercio, el estado soleado, en el que viven unas 800.000 personas sin papeles, padece una seria escasez de mano de obra: por cada 100 empleos vacantes, solo hay 53 trabajadores disponibles. Uno de los casos más graves de carestía laboral en un país donde el 58% de los empleadores, según una encuesta de la consultora RSM, tiene dificultadas para contratar a gente, sobre todo en los sectores de la hostelería, el comercio mayorista y minorista, y las manufacturas de bienes duraderos.

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La escasez laboral es uno de los factores que explican el aumento de empleo de mano de obra infantil en Estados Unidos, por ejemplo, en los sectores agrícolas de los estados del sur, entre ellos Florida. Desde 2015, las vulneraciones de las leyes del trabajo infantil aumentaron un 283%, al mismo tiempo que se triplicaba el número de menores no acompañados que llegaban ilegalmente de México.

Otros congresistas estatales republicanos como Thomas Kennedy y Alina Garcia, presentes en el mismo mitin de Roth, declararon igualmente que se trataba de una ley diseñada para “asustar” a quienes estuvieran pensando en cruzar la frontera con México para llegar a Florida. “Esta ley realmente no tiene dientes”, declaró Garcia, tratando de tranquilizar a las comunidades latinas presentes.

Perder más del 10% de su mano de obra

La situación de Florida, donde muchos agricultores y empresarios de la hostelería o la construcción hacen la vista gorda con el estatus migratorio de las personas a las que emplean, no es muy diferente de la de Nueva York. Si uno va, por ejemplo, a la zona de Roosevelt Avenue, en Queens, escuchará cómo desde las esquinas se le susurra la palabra “social, social”. Son falsificadores ofreciendo un número fraudulento de la Seguridad Social a quienes lo necesiten. Luego, en teoría, basta con enseñarle este número al dueño de una frutería, una constructora o un restaurante para conseguir un empleo. La regla general es hacer la vista gorda. También las autoridades. Nueva York es una ciudad santuario donde no hace falta probar tu legalidad migratoria para recibir determinados servicios. Una política humana, quizá, pero también pragmática. Muchos sectores dependen de los migrantes sin papeles.

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Ahora, la ley diseñada por el Gobierno de DeSantis y aprobada por el Parlamento de Florida impediría a las empresas mirar hacia otro lado a la hora de contratar, afectando posiblemente a la economía. El Florida Policy Institute estima que los sectores que más gente emplean podrían perder un 10% de su mano de obra, lo cual le costaría al PIB del estado en torno a 12.600 millones de dólares al año.

“Usar el sistema E-Verify para confirmar la elegibilidad de los empleados para trabajar en EEUU puede reducir el número de trabajadores indocumentados en el mercado laboral, resultando en una reducción general del suministro de mano de obra”, declaró a Newsweek Hector Sandoval, profesor asociado de Economía de la Universidad de Florida. “El estudio”, añadió, en referencia al análisis de una ley similar aprobada en Arizona, “averiguó que la población hispánica no ciudadana en edad de trabajar y con relativamente bajo nivel educativo decreció entre un 1,5 y un 2% como resultado de la ley”.

Mientras tanto, Donald Trump mantiene una amplísima ventaja sobre Ron DeSantis en las encuestas. Un sondeo de CBS News y YouGov refleja que el expresidente, con un 61% de intención de voto, va casi 40 puntos por delante de DeSantis, que suma un 23%. El resto de aspirantes republicanos está a mucha distancia.