¿Quiere Pekín que vuelva la Unión Soviética? Un embajador chino desata la furia de Europa
El representante diplomático de China en Francia afirmó en una entrevista que las ex repúblicas soviéticas no cuentan con el estatus de soberanía
“Los países de la ex Unión Soviética no tienen un estatus efectivo, como decimos, bajo el derecho internacional, porque no hay un acuerdo internacional para concretar su estatus como un país soberano”.
Son comentarios que parecen propios de un ultranacionalista ruso con nostalgias imperiales, pero que han sido realizados por uno de los diplomáticos chinos más importantes de Europa. Lu Shaye, el embajador de China en Francia, los pronunció durante una entrevista con la cadena televisiva LCI el pasado viernes en la que se le preguntó si consideraba que la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014, formaba parte de Ucrania según el derecho internacional.
🗣 @DariusRochebin : "Est-ce que la Crimée, à vos yeux, c'est l'Ukraine ?"
— LCI (@LCI) April 21, 2023
🗣 Lu Shaye : "Ça dépend comment on perçoit le problème [...] Ce n'est pas si simple."
📺 #La26 pic.twitter.com/nspLMs9HO8
Con sus palabras, el diplomático parecía implicar que los estados que declararon su independencia cuando se disolvió la Unión Soviética en 1991 no son independientes como tal. Eso incluiría a Ucrania, pero también a otros 14 países, entre los que se incluyen la mayoría de Europa Oriental y estados de Asia central como Georgia o Kazajistán. Las declaraciones parecían ser un intento de respaldar la justificación del presidente ruso, Vladímir Putin, para su invasión del territorio ucraniano: que se trata de una nación inventada y que, por lo tanto, no cuenta con derecho a la soberanía.
La entrevista de Lu desató la furia generalizada en el continente europeo y una ola de condenas a lo largo del fin de semana y este lunes. Estonia, Letonia y Lituania, tres ex repúblicas soviéticas, convocaron a los embajadores chinos en sus capitales; el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, calificó las declaraciones de “inaceptables” y prometió, “con seguridad, una posición fuerte” de los Veintisiete para exigir explicaciones; desde Ucrania, Mikhailo Podoliak, asesor estrella del presidente Volodímir Zelenski, afirmó que “es extraño escuchar una versión absurda de la historia de Crimea de un representante de un país que es escrupuloso con su historia milenaria”.
Más de 80 legisladores europeos publicaron una carta abierta en Le Monde en la que solicitaban a Catherine Colonna, ministra francesa de Europa y Asuntos Exteriores, que declarara al embajador chino como persona non grata y lo expulsara del país. Sus comentarios, argumenta la misiva, “van mucho más allá de los límites del discurso diplomático aceptable”. “Este es el peor ejemplo de actitud de wolf warrior y no debería quedar sin respuesta”, sentencian los firmantes.
La inusual y generalizada muestra de rechazo europea desató este lunes una serie de respuestas de China para intentar apaciguar la crisis diplomática. La portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Mao Ning, afirmó en su rueda de prensa diaria que “China respeta el estatus de las antiguas repúblicas soviéticas como países soberanos después de la disolución de la Unión Soviética”. Paralelamente, la embajada china en Francia borró de su cuenta oficial de WeChat la transcripción completa de los comentarios de Lu Shaye.
Se desconoce todavía si los comentarios del embajador reflejan algún cambio profundo en curso de la diplomacia china, pero suponen una clara ruptura con la postura oficial que Pekín ha mantenido tras el colapso de la Unión Soviética. El año pasado, en el marco de una visita oficial a Kazajistán, otra ex república de la URSS, el propio Xi Jinping reafirmó su estatus como país soberano. “China valora mucho sus relaciones con Kazajistán y lo apoya firmemente para salvaguardar su independencia nacional, su soberanía y su integridad territorial”, publicó el Ministerio de Exteriores chino durante el viaje del presidente.
La crisis también llega en un momento delicado en las relaciones entre la Unión Europea y China tras la visita conjunta de la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, y el presidente francés, Emmanuel Macron, a Pekín. Durante este viaje, fue el mandatario galo quien desató la polémica por su afirmación de que “Europa debe reducir su dependencia de Estados Unidos y evitar verse arrastrada a una confrontación entre China y Estados Unidos por Taiwán”. Las palabras de Macron fueron percibidas como un distanciamiento público de Washington para intentar convencer a Xi de frenar su alianza con Rusia y resolver la situación en Ucrania. Una táctica que, a la vista está, no parece en camino de dar resultado
“Los países de la ex Unión Soviética no tienen un estatus efectivo, como decimos, bajo el derecho internacional, porque no hay un acuerdo internacional para concretar su estatus como un país soberano”.