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El fracaso del bienvenido Mr. Marshall: Biden despierta la polémica entre Irlanda y UK
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Tensión en las islas

El fracaso del bienvenido Mr. Marshall: Biden despierta la polémica entre Irlanda y UK

El presidente norteamericano, de raíces irlandesas, celebra el 25 aniversario del Acuerdo de Paz entre católicos y protestantes, pero apenas pasa 15 horas en Belfast, lo que crea tensiones con Downing Street

Foto: Los comercios se engalanan para recibir al presidente de EEUU, Joe Biden, en Dundalk. (EFE/Tolga Akmen)
Los comercios se engalanan para recibir al presidente de EEUU, Joe Biden, en Dundalk. (EFE/Tolga Akmen)
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Cuando Joe Biden se dirigía a Londres siendo senador en 1982, como parte de un Grupo Parlamentario Británico-Estadounidense que iba a reunirse con Isabel II, su madre, Jean, le dijo: "No le hagas la reverencia. Sé educado, pero no le beses el anillo. Nadie es mejor que tú". El propio norteamericano ha sido el que ha contado en infinidad de ocasiones la historia. Y no es la única. En otro momento, reveló que durante un viaje a Inglaterra, su madre descubrió que estaba en un hotel donde se podía haber alojado la monarca. "Estaba tan horrorizada que durmió en el suelo toda la noche, en lugar de arriesgarse a estar en la misma cama", recordó.

Existe una larga tradición de que los inquilinos de la Casa Blanca disfruten más de los viajes a Irlanda que de muchos otros compromisos oficiales. John F. Kennedy describió su estancia en 1963 como los mejores cuatro días de su vida. Bill Clinton, como los dos mejores días de su presidencia. La lista es extensa: Nixon, Reagan, George W. Bush, Obama, Trump. Todos han pasado por la llamada Isla Esmeralda, para gran envidia de muchos otros países europeos que no reciben, ni de lejos, tanta atención.

Foto: El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llega en el Air Force One a la base aérea de RAF Aldergrove en el condado de Antrim, Irlanda del Norte. (Reuters/Pool/Clodagh Kilcoyne)

Pero de entre todos, Biden es sin duda alguna el más irlandés, con permiso de JFK, que fue el primer presidente norteamericano católico. "Los irlandeses estadounidenses piensan que son más irlandeses que los propios irlandeses, y así es como me criaron", matiza.

Está extraordinariamente orgulloso de sus raíces (por ambos lados del árbol genealógico) y lo menciona en cada oportunidad que tiene. Tras su triunfo en las elecciones de 2020, cuando un periodista de la BBC le pidió una rápida declaración, respondió: “¿La BBC? ¡Soy irlandés!”.

Le encanta citar a poetas irlandeses y utiliza la experiencia de los ciudadanos irlandeses que vivieron bajo el dominio británico como una forma de expresar empatía con las minorías perseguidas en todo el mundo. La diáspora irlandesa en Estados Unidos (como resultado de la Gran Hambruna de 1845-52) no tiene ahora la misma enorme influencia en la política estadounidense que antes. Pero con 30 millones de estadounidenses que afirman tener raíces irlandesas, que suponen aproximadamente uno de cada 10 de la población actual, nunca hace daño que se vea a un presidente norteamericano abrazando sus conexiones celtas.

Foto: Joe Biden, preguntado esta mañana. (EFE/Shawn Thew)

Nunca hace daño… hasta ahora. Porque el hecho de que el asesor principal de la Casa Blanca haya tenido que insistir en que Biden "no es antibritánico" tampoco es algo que pase todos los días.

La visita del presidente a Irlanda para marcar el 25 aniversario del Acuerdo de Viernes Santo, que puso fin al sangriento conflicto entre católicos y protestantes, está marcada por la polémica. Washington, que jugó un papel clave en las negociaciones con el senador George Mitchell y Bill Clinton, siempre se ha considerado una especie de guardián del histórico pacto.

El propio Biden también desempeñó un papel en el proceso desde su puesto como responsable en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, invitando a Gerry Adams, entonces líder del Sinn Féin, al Capitolio durante la gira estadounidense de 1994, algo que por cierto enfadó sobremanera a John Major.

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Pero su llegada a la región —con apenas 15 horas en suelo británico, antes de partir a la República de Irlanda— ha creado más tensión que otra cosa. Y desde luego no ha ayudado a desbloquear la crisis política de la Asamblea de Stormont, donde las instituciones llevan paralizadas más de un año ante la negativa de los unionistas del DUP a formar Gobierno de coalición en protesta por los nuevos controles aduaneros del Brexit. Varios representantes de la formación, entre ellos, el diputado Sammy Wilson, han mostrado sus reticencias. "Biden es antibritánico. Es prorrepublicano y ha hecho muy notoria su antipatía hacia los protestantes, en particular", recalcó.

Biden siempre mostró preocupación ante cómo el Brexit podría afectar al Acuerdo de Viernes Santo, que establece que no puede haber una frontera dura entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte. Fue sumamente crítico con el entonces premier, Boris Johnson, cuando este amenazó con violar unilateralmente lo pactado con la UE, planteando incluso una guerra comercial con el bloque.

Con el actual primer ministro, Rishi Sunak, las cosas se han calmado. Londres y Bruselas han negociado otro marco, el Acuerdo de Windsor, que reduce considerablemente los controles. Sigue sin ser aceptado por el DUP, pero se considera que Sunak ha cumplido con su obligación. Y, sin embargo, el tan ansiado premio sigue sin llegar. No hay atisbo del esperado acuerdo comercial entre el Reino Unido y los Estados Unidos.

Foto: Un hombre camina frente a uno de los Muros de Paz en Belfast. (Reuters/Johanna Geron)

A lo máximo que aspira Londres a corto plazo es a seguir los pasos de Japón para poder cerrar con Washington un pacto para proteger las exportaciones de vehículos eléctricos (más bien sus materiales) de la Ley de Reducción de la Inflación.

Se antoja complicado que Sunak y Biden pudieran hablar sobre esta cuestión, ya que apenas tuvieron tiempo este miércoles de tomarse un café. Entre bastidores, la visita habría creado ciertas tensiones con Downing Street. Un portavoz del Número 10 aseguró que entre ambos países hay una "excelente relación de trabajo increíblemente positiva". Pero lo cierto es que el encuentro entre ambos mandatarios fue de perfil más bien bajo.

Durante la mayor parte del último año, la perspectiva de esta visita presidencial había sido ampliamente discutida entre diplomáticos. Precisamente por su orgullo irlandés, el 25 aniversario del histórico acuerdo de paz se había anotado con mayúsculas en el diario de la Casa Blanca.

Pero el paso de Biden por Belfast se ha limitado a apenas 15 horas, de las cuales la mitad las ha pasado durmiendo. La propia BBC aseguraba que si parpadeabas te lo habías perdido. Sunak le recibió en el aeropuerto el martes por la noche y ambos mandatarios tomaron un breve café el miércoles por la mañana antes del discurso del presidente en la nueva Universidad del Ulster. Este era su único acto oficial en Irlanda del Norte, pero el primer ministro británico no estuvo entre el público.

Desde una sala del nuevo campus, con una reluciente fachada de cristal que no se hubiese construido hace un cuarto de siglo, por temor a los atentados terroristas, Biden destacó la gran transformación política, social y económica que ha atravesado la región desde la firma el 10 de abril de 1998 del histórico pacto, cuando personas "valientes" dijeron "basta" a casi 30 años de un conflicto que causó más de 3.500 muertos. "Este lugar es transformado por la paz; hecho tecnicolor por la paz; sanado por la paz", recalcó.

Foto: Protesta por el asesinato del agente John Caldwell en Omagh, Irlanda del Norte. (Getty/Charles McQuillan)

Tras el discurso, puso rumbo a la República de Irlanda, donde estará hasta el sábado —acompañado, por cierto, de su hermana y su hijo—, con una agenda mucho más extensa y colorida. Este jueves, hablará ante las dos cámaras del Parlamento y el viernes acudirá a la Catedral de St Muredach en Ballina, condado de Mayo, en la costa oeste de Irlanda, de donde proviene parte de su familia.

Pese a que el paso de Biden por Belfast fue un visto y no visto, la ciudad quedó blindada con la mayor operación policial de la última década. Los servicios de Inteligencia incrementaron hace dos semanas la amenaza terrorista a grave, la segunda más alta en una escalada de cinco, ante posibles ataques de grupos republicanos disidentes.

El lunes, varios jóvenes encapuchados vinculados a Saoradh, el ala política del Nuevo IRA, tiraron cócteles molotov contra un Land Rover blindado de la policía durante un desfile no autorizado en un bastión disidente en la finca Creggan, cerca de Derry-Londonderry, uno de los escenarios donde se vivieron las peores atrocidades durante los llamados Troubles. El martes, la policía encontró cuatro presuntas bombas caseras en un cementerio de esta localidad.

Cuando Joe Biden se dirigía a Londres siendo senador en 1982, como parte de un Grupo Parlamentario Británico-Estadounidense que iba a reunirse con Isabel II, su madre, Jean, le dijo: "No le hagas la reverencia. Sé educado, pero no le beses el anillo. Nadie es mejor que tú". El propio norteamericano ha sido el que ha contado en infinidad de ocasiones la historia. Y no es la única. En otro momento, reveló que durante un viaje a Inglaterra, su madre descubrió que estaba en un hotel donde se podía haber alojado la monarca. "Estaba tan horrorizada que durmió en el suelo toda la noche, en lugar de arriesgarse a estar en la misma cama", recordó.

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