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¿Rusia todavía una potencia militar? Ni siquiera su aliado más necesitado lo ve ya así
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El final del idilio

¿Rusia todavía una potencia militar? Ni siquiera su aliado más necesitado lo ve ya así

El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, anunció que el país no albergará ejercicios militares dirigidos por Moscú en medio de un empeoramiento de los tradicionales aliados

Foto: Vladímir Putin, en la cumbre de la Commonwealth de Estados Independientes (CIS) con el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, en diciembre de 2022. (EFE/Pool/Alexei Danichev)
Vladímir Putin, en la cumbre de la Commonwealth de Estados Independientes (CIS) con el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, en diciembre de 2022. (EFE/Pool/Alexei Danichev)
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A Vladímir Putin no le quedan muchos amigos fuera de las fronteras de Rusia. La invasión de Ucrania ha convertido el país en el enemigo número uno de prácticamente todas las naciones occidentales y las sanciones han hecho tambalear la economía del que hace un tiempo gozaba de un gran poder militar y estratégico. Al menos esa era la percepción de puertas afuera. En un momento de debilidad del Kremlin y de una serie de derrotas en el frente ucraniano, Armenia se ha desmarcado como uno de los pocos aliados indiscutibles que le quedaban al Kremlin.

Rusia ha sido una especie de hermano mayor para Armenia y ha salido en su ayuda en las escaladas de violencia con Azerbaiyán por el conflicto de Alto Karabaj. Putin fue hasta mediador en el alto el fuego acordado entre las dos partes en 2020. Tres años después, ese Kremlin capaz de negociar un pacto de paz parece muy lejano.

Foto: Reunión de Putin con el Consejo de Coordinación del Gobierno sobre las necesidades de las Fuerzas Armadas de Rusia ayer, 2 de noviembre de 2022. (Kremlin)

En medio de una nueva escalada de las tensiones en el territorio fronterizo, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, pidió ayuda tanto a Rusia como a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO), una alianza político-militar conjunta de países exsoviéticos con Moscú como principal exponente. Con el primero tiene el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua de los dos países desde 1997 y con el segundo un acuerdo parecido al artículo 5 de la OTAN, por el que un ataque contra cualquier país miembro se interpretará como uno propio.

El último capítulo del conflicto gira en torno al corredor Lachin, que conecta el Alto Karabaj y Armenia, y que fue cerrado por presuntos activistas azerbaiyanos. El cierre está provocando una crisis humanitaria en ciernes porque no pueden entrar ni alimentos ni medicamentos en la zona disputada, donde vive una mayoría armenia. La ayuda para hacer frente a esta nueva escalada nunca llegó y Armenia se ha sentido defraudado por el que ha sido uno de sus principales aliados históricos. Tanto como para que Pashinyan anunciara que su país no albergará ejercicios militares dirigidos por Moscú. "Esto empeorará las relaciones entre Armenia y Rusia", comentó Stepan Grigoryan, presidente de la Junta del Centro Analítico sobre Globalización y Cooperación Regional (ACGRC) de Armenia, a El Confidencial.

Foto: Captura del vídeo distribuido por el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán el 28 de septiembre, que presuntamente muestra dos tanques de las Fuerzas Armadas armenias destruidos por los azerbaiyanos. (EFE)

Además, el experto cree que la frustración de Armenia puede incluso poner en peligro la estabilidad del país dentro de la CSTO. A pesar de la importancia militar que puede tener la organización, Grigoryan lo considera una buena noticia para la antigua república soviética. "No es una organización eficaz y creo firmemente que Armenia necesita abandonarla. Incluso durante la intervención de Azerbaiyán en el territorio soberano de Armenia, la CSTO guardó silencio y no hizo ninguna declaración", añade.

El dilema de Rusia

Las declaraciones de Armenia parecen una reacción política necesaria para calmar el descontento social por la poca ayuda que ha recibido en la escalada en Nagorno-Karabaj. Sin embargo, el país "sigue dependiendo de Rusia porque tiene problemas con dos de sus cuatro vecinos: Turquía (por el genocidio de 1915) y Azerbaiyán. Para tener recursos económicos y continuar con las reformas institucionales y políticas, Ereván no puede dejar la asociación militar con Rusia y CSTO hasta que pueda reemplazarlos con algunos acuerdos en el dominio militar con Occidente", opina, por su parte, Denis Cenusa, analista del Centro de Estudios de Europa del Este.

Por ahora, esas posibles alianzas están muy verdes y su éxito no está claro, porque eso significaría posicionarse contra Azerbaiyán. Su importancia energética es beneficiosa para Occidente, pero, además, el país tiene de su lado a Turquía "que ahora mismo es una potencia por el declive regional ruso", continúa Cenusa.

Foto: Un tanque azerbaiyano, en la región de Aghdam. (EFE)

En un dilema parecido se encuentra Rusia. Moscú mantiene una base militar en Armenia desde 1991 y fuerzas de paz en Alto Karabaj, pero el Kremlin parece ahora anteponer las alianzas comerciales a las militares e históricas. "Rusia se ha vuelto cada vez más dependiente tanto de Turquía como de Azerbaiyán en su intento de mitigar las consecuencias de las sanciones occidentales; Ankara es un socio comercial clave para Moscú y ha sido vital para mantener a flote la economía de Rusia", apunta Tigran Grigoryan, analista político armenio.

En agosto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y Putin firmaron un acuerdo para aumentar el comercio entre exterior gasta los 100.000 millones de dólares para 2030. Por otro lado, Rusia, Azerbaiyán e Irán firmaron recientemente un acuerdo para la construcción de un corredor de transporte internacional norte-sur, que se extendería de San Petersburgo hasta Bombay a través de Bakú y Teherán.

Foto: Vladímir Putin y Kassym Jomart Tokáyev, en junio de 2020. (Reuters/Sputnik/Alexei Nikolskyi)

Vladímir Putin no ha ocultado su simpatía por el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, aunque esta cercanía le está poniendo en un dilema. Si continúa defraudando a Armenia, su imagen ya distorsionada como proveedor de seguridad sería un problema para la integridad de la CSTO. Sin embargo, si Armenia sigue siendo su viejo amigo y toma parte activa en el conflicto de Alto Karabaj, el acuerdo comercial con Azeribaiyán podría tambalearse en un momento de inestabilidad económica para Rusia.

Por otro lado, perder a Armenia como aliado significa también perder a uno de los pocos países con mayor índice de democracia. Dejando de lado a los países que se han mantenido neutrales en la guerra de Ucrania, la mayoría de sus socios más activos son víctimas de régimen autoritarios. Es el caso de Corea del Norte e Irán, que han colaborado con Rusia en el envío de drones o armamento, y del Gobierno de Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia. "Cuando se trata de democracia, según Freedom House, Armenia está calificada como 'parcialmente libre' (puntuación de 55) mientras que Turquía ('no libre' puntuación de 32), Rusia ('no libre', puntuación de 19), Azerbaiyán ('no libre', puntuación de 19), Irán ('no libre', puntuación de 14) y Corea del Norte ('no libre', puntuación de 3) están mucho más abajo en la clasificación", subrayan Sergei Melkonian y Benyamin Poghosyan, investigadores del Instituto de Investigación de Políticas Aplicadas de Armenia (APRI), a este periódico.

Moscú, de poderío militar a pérdida de influencia

El caso de Armenia y Azerbaiyán ha sido otro de los casos por los que el Ejército ruso ha estado en el punto de mira después de los fracasos en el frente ucraniano. La percepción de que quizá el gran poderío militar ruso no sea tanto como parecía perjudica a la imagen del Kremlin y la respuesta (inexistente) en el último capítulo del conflicto del Alto Karabaj no ayuda a mejorar esa imagen.

Foto: Uno de los trenes acorazados rusos utilizados en su invasión a Ucrania

Mientras la guerra en Ucrania parece lejos de llegar a un final cercano, Moscú no ha logrado presionar a Bakú para que cumpla con las obligaciones del acuerdo de alto al fuego de 2020. Según los investigadores del APRI, "la capacidad e influencia disminuidas de Rusia" es el origen del bloqueo al corredor de Lachin y de la crisis humanitaria como consecuencia. "Su estado debilitado ha creado oportunidades para que Azerbaiyán se vuelva más agresivo al presionar sus demandas y para que otros socios internacionales arbitren el conflicto entre armenios y azerbaiyanos", afirman los expertos.

Armenia está, mientras tanto, en un callejón sin salida. Por un lado, está bajo la amenaza de Azerbaiyán y Turquía (que además es miembro de la OTAN), pero por el otro lado no tiene más remedio que seguir atado a Rusia para proteger su integridad territorial y la supervivencia de los armenios en la zona de Nagorno-Karabaj. "Armenia no puede permitirse ningún paso que pueda arruinar las relaciones entre Armenia y Rusia y dañar la misión de mantenimiento de la paz de Rusia", apunta Nvard Chalikyan, analista internacional armenio y también investigador de APRI. Paralelamente, todavía hay algunos grupos políticos fuertemente vinculados al Kremlin en el país.

Foto: Artillería bielorrusa. Piezas 2S3 Akatsiya. En primer plano, el vehículo de mando MT-LBu 1V14. (Vayar Military Agency)

Su alianza con Occidente puede tener cada vez más sentido, pero también debe ser cautelosa para no convertirse en otro campo de batalla entre los países occidentales y Rusia. No obstante, actores como la Unión Europea tampoco ha mostrado un apoyo total a Armenia en el conflicto. El Consejo Europeo organizó algunas cumbres para facilitar la paz y hasta Emmanuel Macron formó parte de una declaración para pedir la paz en la región.

Pero, tiempo después y ante la escalada de violencia, no se ha llevado a cabo ninguna acción tangible por parte de organizaciones o países occidentales. El interés de Armenia por tener como aliado a Occidente es lícito, pero la respuesta ambigua de la UE demuestra que "no hay garantías de que cualquier cambio significativo en la política exterior armenia haga que el país sea más seguro", concluyen los investigadores Melkonian y Poghosyan.

A Vladímir Putin no le quedan muchos amigos fuera de las fronteras de Rusia. La invasión de Ucrania ha convertido el país en el enemigo número uno de prácticamente todas las naciones occidentales y las sanciones han hecho tambalear la economía del que hace un tiempo gozaba de un gran poder militar y estratégico. Al menos esa era la percepción de puertas afuera. En un momento de debilidad del Kremlin y de una serie de derrotas en el frente ucraniano, Armenia se ha desmarcado como uno de los pocos aliados indiscutibles que le quedaban al Kremlin.

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