Armenia se planta ante Putin y no firma la declaración final de la cumbre de la OTSC
El presidente armenio justifica lo justifica por la falta de apoyo en su conflicto con Azerbaiyán, incluida la guerra por el control del enclave armenio de Nagorno Karabaj
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ha hecho un desplante a Rusia al negarse a firmar la declaración final de la cumbre de la postsoviética Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) debido a su falta de apoyo durante su conflicto con Azerbaiyán, incluido la guerra de 2020 por el control del enclave armenio de Nagorno Karabaj.
"Es necesaria una valoración política, principalmente desde el punto de vista moral, ya que eso debe ser un consecuencia lógica de unas relaciones de aliados", ha dicho Pashinián al término de la reunión en Yereván, capital armenia. Además, ha considerado que la reacción política de la OTSC es fundamental "desde el punto de vista del restablecimiento de la integridad territorial" de Armenia.
Pashinián llamó este miércoles a la OTSC a acelerar los esfuerzos diplomáticos con la parte azerbaiyana para lograr la inmediata salida de las tropas azerbaiyanas de territorio armenio hasta las posiciones de mayo de 2021. Subrayó que dicha postura es crucial para contener a Azerbaiyán ante posibles acciones agresivas, riesgo que se mantiene, según aseguró a finales de octubre el secretario general del bloque, Stanislav Zas.
En su opinión, la negativa de una valoración política puede significar "no sólo la renuncia de la OTSC a sus obligaciones, sino que puede interpretarse por Azerbaiyán como una luz verde por la OTSC para nuevas agresiones contra Armenia". Por ello, explicó, Pashinián se negó tanto a firmar la declaración final de la cumbre como el proyecto sobre medidas conjuntas de asistencia a Armenia, al considerar que ambos documentos no habían sido suficientemente trabajados.
Precisamente, el presidente ruso, Vladímir Putin, volvió esta semana a expresar su esperanza de que Armenia y Azerbaiyán cumplan los acuerdos alcanzados en noviembre de 2020, que pusieron fin a dicha conflagración. "Solo el cumplimiento consecuente de estos acuerdos respecto a la delimitación fronteriza, el desbloqueo de las rutas de transporte y la solución de los problemas humanitarios permitirá a Azerbaiyán y Armenia normalizar las relaciones", afirmó.
Seguidamente, Pashinián le recordó que durante su presidencia se celebró el 20 aniversario de la creación de la OTSC, pero, pese a ello, "durante los últimos dos años Armenia, un país miembro de la OTSC, fue víctima al menos en tres ocasiones de la agresión azerbaiyana". Armenia no perdona que la OTSC sí acudiera en ayuda de Kazajistán cuando la república centroasiática solicitud la intervención del bloque ante los disturbios violentos que estallaron en su territorio en enero pasado.
Si la OTSC tenía la excusa de que la guerra de 2020 no tenía lugar en territorio de uno de sus miembros, sino en la separatista Karabaj, con ocasión de los combates fronterizos armenio-azerbaiyanos de septiembre pasado, simplemente llamó a ambos bandos a la moderación. Poco importa que Armenia sea país miembro y que no lo sea Azerbaiyán, país con ingentes recursos energéticos que mantiene buenas relaciones con Rusia y cuyo principal aliado es Turquía.
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ha hecho un desplante a Rusia al negarse a firmar la declaración final de la cumbre de la postsoviética Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) debido a su falta de apoyo durante su conflicto con Azerbaiyán, incluido la guerra de 2020 por el control del enclave armenio de Nagorno Karabaj.