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Por qué uno de los ejércitos más endebles de Europa puede decidir la guerra de Putin
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¿CAMBIO DE ESTRATEGIA DE RUSIA?

Por qué uno de los ejércitos más endebles de Europa puede decidir la guerra de Putin

Hasta ahora, Minsk solo ha sido un colaborador necesario, pero todo puede cambiar. Una participación más activa contribuiría de manera decisiva a conseguir los objetivos estratégicos de Moscú y decidir el curso de la guerra

Foto: Artillería bielorrusa. Piezas 2S3 Akatsiya. En primer plano, el vehículo de mando MT-LBu 1V14. (Vayar Military Agency)
Artillería bielorrusa. Piezas 2S3 Akatsiya. En primer plano, el vehículo de mando MT-LBu 1V14. (Vayar Military Agency)
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La guerra de Ucrania puede tomar un giro inesperado. El cambio ruso de estrategia, con el anuncio de retirada de la zona de Kiev, puede significar la prueba de un agotamiento militar en el frente norte, algo que, por otro lado, es patente. Pero también podría ser una nueva maniobra rusa para ganar tiempo, reorganizarse y lograr unos objetivos que le permitan negociar con ventaja. Todo esto puede significar que el final de la guerra no esté tan próximo como pueda parecer y, en ese caso, a Rusia le vendría muy bien una entrada de Bielorrusia en el conflicto.

Nadie sabe lo que Vladímir Putin tiene en la cabeza, pero nos podemos plantear varias hipótesis razonables en base a los últimos acontecimientos y anuncios rusos. Las tropas invasoras entraron en una fase de agotamiento, provocada por la enconada resistencia ucraniana, sus errores tácticos y por dejarse envolver en una guerra de desgaste nada favorable. Esto era evidente en el norte, donde el avance hacia Kiev se hacía con una lentitud exasperante y a un inasumible coste de tropas y material.

Foto: Piezas de artillería lanzacohetes rusas BM-27 Uragan. (Russian MinDef)

Para los rusos era necesario reorganizarse y estos anuncios, disfrazados de distensión y voluntad negociadora, pueden ser una más de esas medidas de distracción, de esa 'maskirovka' o arte del engaño que tan bien manejan. Detrás puede esconderse una reorganización y una rotación de unidades, algunas de las cuales han sido muy desgastadas en los combates por cercar la capital ucraniana.

Este movimiento de tropas puede obedecer también a un interés real de concentrar esfuerzos en el sur. Recordemos que Mariúpol, aunque en extremo castigada (y puede que incluso dividida), aún resiste. Para Putin es vital hacerse con este enclave y asegurar el corredor terrestre hacia Crimea, uno de sus objetivos prioritarios. Pero necesita más tropas y más material. Más bombas y misiles, más carros de combate, blindados y aviones. Y aquí la clave puede estar en el papel de su gran aliado: Bielorrusia.

El ejército bielorruso

Sobre el papel, las fuerzas armadas bielorrusas tienen un tamaño y potencial medio pero, de entrar en la guerra de manera directa, podrían suponer un problema para Ucrania. Como país, presentó en 2020 un Producto Interior Bruto (PIB) de unos 57.700 millones de dólares (poco más de 51.700 millones de euros), comparable tan solo al de países europeos como Eslovenia o Lituania y unas 23 veces inferior al de España. En defensa invierten del orden de 740 millones de dólares al año, lo que les situaría en un 1,2% del PIB, aproximadamente.

Las fuerzas terrestres alinean 10.700 soldados, a los que habría que añadir 5.900 de operaciones especiales, 11.700 de su fuerza aérea y unos 110.000 efectivos paramilitares encuadrados en sus Fuerzas Territoriales. Además, allí existe el servicio militar obligatorio, que dura 18 meses, y siguiendo el modelo ruso, mantiene una reserva de incorporación inmediata formada tanto por quienes lo están realizando como por aquellos que lo han hecho en los últimos cinco años, formando un núcleo de unos 290.000 reservistas. En su conjunto, las fuerzas terrestres alinean cuatro brigadas mecanizadas, una brigada de artillería y una de ingenieros más las de operaciones especiales, que incluyen una unidad de asalto, otra paracaidista y otra de los famosos Spetsnaz de élite.

placeholder BTR-80 de las fuerzas especiales bielorrusas. (Mil.ru)
BTR-80 de las fuerzas especiales bielorrusas. (Mil.ru)

El material bielorruso es todo de origen soviético o ruso. Como ocurre con su gran vecino, su material es numeroso, pero en buena parte anticuado y de operatividad limitada, lo mismo que se está viendo en los enfrentamientos en Ucrania. En cuanto a carros de combate, disponen de entre 530 y 590 unidades. La inmensa mayoría son veteranos T-72B, la versión de 1985 fácil de distinguir por estar recubierta de los 'ladrillos' de blindaje reactivo ERA. Recientemente, el ejército bielorruso empezó a recibir unidades de T-72 modernizadas al estándar B3, que se reconoce por las piezas de blindaje reactivo Kontakt-5 en la torre. Las unidades de esta versión son muy pocas y las estimaciones apuntan a que dispondrían de menos de 30 ejemplares.

Además de los T-72, el ejército contaba con cerca de un centenar de carros T-80U. Se trata de la versión con motor de turbina de gas que tantos problemas ha dado a todos sus usuarios. Quizás por el mal resultado, la complejidad y exigencias de mantenimiento de su motor, amén de su exagerado consumo, los bielorrusos han ido reduciendo de manera gradual su cifra de T-80 en servicio. Es difícil dar un dato preciso, pero el número de unidades en funcionamiento podría ser inferior a las 40 o 50.

placeholder Carros de combate T-72B durante unas maniobras. (Belarus Army)
Carros de combate T-72B durante unas maniobras. (Belarus Army)

El T-80 es muy parecido en su aspecto exterior al T-72 y, salvo por el tema de los 'ladrillos' de los T-72B, es muy difícil distinguirlos a ojos del profano. Sin embargo, son modelos muy diferentes, ya que el T-80 deriva de las primeras versiones del T-64 —un blindado muy sofisticado para el momento—, mientras que el T-72 se basó en el T-62, mucho más sencillo. Por este motivo, el T-72 —más simple y fácil de mantener— sigue formando el núcleo de las unidades acorazadas de los países del antiguo bloque soviético.

El resto de blindados lo forman los habituales del ejército ruso, como los vehículos de combate de infantería BMP-2 o el blindado ligero BMD-1, un modelo muy ligero —tan solo unas 8 toneladas— ∑Ω, pensado para tropas aerotransportadas y muy usado por los rusos en el frente de Jersón, donde se ha mostrado demasiado vulnerable. Además de estos, también el modelo de 8 ruedas BTR-80 y alguna rareza como el BRM-1, un blindado ligero de reconocimiento derivado del BMP-1.

placeholder Blindado BTR-D, un derivado del BMD-1, con una pieza antiaérea ZSU-23. (Serge Serebro)
Blindado BTR-D, un derivado del BMD-1, con una pieza antiaérea ZSU-23. (Serge Serebro)

Artillería y aviación

La artillería consta de una variedad de piezas remolcadas ya obsoletas y diversos modelos autopropulsados. Entre estos, destacan doce 2S19 Msta de 152 mm (lo mejor que tienen), un centenar de piezas 2S3 Akatsiya, también de 152 mm, y unas 200 piezas 2S1 Gvozdika de 122 mm. En cuanto a artillería lanzacohetes, tan del gusto ruso, disponen de los habituales BM-21 Grad (122 mm), BM-21 Uragan (220 mm) y los letales BM30 Smerch de 300 mm, aunque tan solo 36 lanzadores. A ellos habría que añadir el modelo autóctono Polonez de 300 mm, un desarrollo conjunto con China del que tan solo dispondrían de algunos lanzadores.

En cuanto a misiles tierra-tierra, disponen de 36 lanzadores de 9K-79 (OTR-21) Tochka, el mismo modelo que los ucranianos, así como el más anticuado 9K-72 Scud-B —el famoso misil de la Guerra del Golfo—, de los que disponen (en teoría) de 60 lanzadores, aunque es posible que muchos se encuentren fuera de servicio.

placeholder Misil Tochka del ejército bielorruso. (vsr.mil.by)
Misil Tochka del ejército bielorruso. (vsr.mil.by)

La artillería antiaérea es bastante potente y utilizan los mismos modelos que Rusia. Entre ellos, destacar los 9K35 Strela-10 de corto alcance y, en lanzadores sobre plataforma de MT-LB (350 unidades), los eficaces TOR M-2 de medio alcance (20 ejemplares) y 24 lanzadores del sistema S-300 en dos variantes. Bielorrusia también se interesó por los más modernos S-400 pero, aunque ya se habían entregado varios lanzadores, se estima que no están aún en pleno servicio operativo.

El grueso de la aviación de combate está formado por 39 aviones MiG-29, un buen modelo para combate aire-aire pero que ya se ve rebasado por aparatos más modernos. De ellos, una docena se habrían modernizado en 2013 a la versión MiG-29BM, un trabajo realizado por la propia industria bielorrusa en el cual se ha optimizado el modelo para ataque a tierra, implementando mejoras en radar y sensores, integración de armas y una sonda fija para reabastecimiento en vuelo.

Completan la fuerza aérea 68 aviones Sukhoi Su-25, el conocido, duro y eficaz avión de ataque. También disponen de 21 helicópteros de ataque Mil Mi-24, muy empleados en Ucrania por ambos bandos y los nuevos Su-30, un avión biplaza, polivalente y avanzado, derivado de la familia del Su-27. De ellos se hizo un pedido por doce aviones, pero de momento solo han sido entregados cuatro.

placeholder Sukhoi Su-25 bielorruso. (Dmitriy Pichugin)
Sukhoi Su-25 bielorruso. (Dmitriy Pichugin)

¿Y si Bielorrusia entra en juego?

El papel de Bielorrusia hasta ahora ha sido algo así como el de un colaborador necesario, sin implicarse formalmente en la guerra, pero todo puede cambiar. En un momento dado, a Putin le podría interesar (y mucho) la entrada en guerra de su vecino por varias razones. Por un lado, sería un apoyo más que explícito a su 'operación militar especial', pero también le vendría muy bien la ayuda material del ejército bielorruso, aportando hombres, material y logística a un frente norte donde ha perdido iniciativa y empuje.

Desde Minsk ya se está dando apoyo a Rusia en cuanto a la utilización de bases en su territorio, pero una colaboración más activa desde el punto de vista logístico o con el aporte de dos de sus brigadas mecanizadas en el frente de Kiev, podría permitir a Putin mover parte de las tropas empantanadas en esa zona hacia el sur, donde podrían contribuir de manera decisiva a conseguir sus objetivos estratégicos y decidir el curso de la guerra.

Adicionalmente, las tropas bielorrusas podrían presionar en la zona oeste de Ucrania, un territorio tan solo golpeado a base de misiles, haciendo que la llegada de material desde Occidente se viera entorpecida, además de añadir aún más presión a la salida de refugiados. El aporte de sus aviones y misiles tierra-tierra significaría un alivio para unos polvorines rusos al borde de quedar vacíos, mientras que una ofensiva con unidades acorazadas desde el norte obligaría a los ucranianos a proteger sus líneas de abastecimiento y a detraer tropas de otros sectores.

Foto: Carros T-72B. Al fondo, un BMP-2. (Mil-ru)

Bielorrusia ya está manteniendo una posición agresiva solo con posicionar tropas en las fronteras de la OTAN con Polonia, Letonia y Lituania. Pero su entrada en la guerra, además de significar una escalada, rompería con las negociaciones de paz. La inteligencia americana dice que Minsk puede entrar en la guerra y, hasta ahora, ha acertado bastante en sus predicciones.

El presidente, Aleksandr Lukashenko, está claro que hará lo que Moscú le diga que haga, pero tampoco lo va a tener fácil. En su país hay una gran oposición a la guerra y ya se ha filtrado mucho malestar en algunos altos mandos del ejército. La población bielorrusa sabe que, si el país toma las armas contra Ucrania, se sumarán a las sanciones y quedarán 'apestados' de cara a buena parte del resto del mundo. El movimiento para Putin puede ser muy arriesgado. Se la juega a obtener unos recursos que le hacen falta a cambio de desestabilizar el país y, quizás, perder su único gran aliado.

La guerra de Ucrania puede tomar un giro inesperado. El cambio ruso de estrategia, con el anuncio de retirada de la zona de Kiev, puede significar la prueba de un agotamiento militar en el frente norte, algo que, por otro lado, es patente. Pero también podría ser una nueva maniobra rusa para ganar tiempo, reorganizarse y lograr unos objetivos que le permitan negociar con ventaja. Todo esto puede significar que el final de la guerra no esté tan próximo como pueda parecer y, en ese caso, a Rusia le vendría muy bien una entrada de Bielorrusia en el conflicto.

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