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La gran prueba de la guerra: cómo Ucrania puede reforzar un escudo antimisiles europeo
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La gran prueba de la guerra: cómo Ucrania puede reforzar un escudo antimisiles europeo

Los recientes ataques con misiles y aviones no tripulados del Ejército ruso en Ucrania aterrorizaron a los civiles, destruyeron infraestructura esencial y causaron caos

Foto: Ejercicios militares de la OTAN en Ustka, Polonia. (EFE/Marcin Gadomski)
Ejercicios militares de la OTAN en Ustka, Polonia. (EFE/Marcin Gadomski)

Los recientes ataques del Ejército ruso con misiles y drones en Ucrania han aterrorizado a los civiles, destruido infraestructura esencial y causado caos tras las líneas de combate ucranianas. Estos bombardeos suponen una nueva demostración de la tendencia del Kremlin a usarlos como muestra de poderío militar, incluso cuando está sufriendo pérdidas en el campo de batalla. Esta vez, Moscú tiene como objetivo desviar la atención de sus pérdidas en la región de Jersón y tranquilizar a su audiencia nacional sobre la campaña militar. El valor propagandístico de estos ataques aéreos significa que es probable que Rusia continúe usándolos en el futuro, en Ucrania y quizá más allá.

Por lo tanto, es significativo que el general estadounidense Mark Milley haya pedido la semana pasada a los aliados de Ucrania que ayuden al país a construir un sistema integral de defensa aérea y antimisiles. Y que, tan solo un día después, 14 países de la OTAN y Finlandia firmaran una carta de intención para desarrollar la iniciativa European Sky Shield, un proyecto conjunto para proteger los cielos de todo el continente mediante la adquisición conjunta, integración y coordinación de los sistemas de defensa aérea y antimisiles.

Foto: Margarita Robles durante el encuentro de ministros de Defensa de la OTAN. (EFE/Lecocq)

Las entregas occidentales de sistemas de defensa aérea a Ucrania significan que pronto el país podrá defenderse mejor contra las tácticas despiadadas del Kremlin. La iniciativa Sky Shield, a su vez, sugiere que Europa ha observado de cerca la difícil situación ucraniana y está actuando de forma preventiva contra las amenazas potenciales sobre sus propios cielos. Pero estos procesos duales deberían converger en el futuro, sobre todo porque la experiencia de Ucrania en el transcurso de la guerra contra Rusia sería un activo valioso para el proyecto de sus socios.

Qué aporta el Sky Shield a la defensa europea

La iniciativa European Sky Shield es un proyecto liderado por Alemania e involucra a Finlandia, por lo que no es (todavía) exclusivamente de la OTAN. La ministra de Defensa alemana, Christine Lambrecht, subrayó recientemente este punto, afirmando que “estamos abiertos a todos y sabemos de muchos países en los que todavía hay mucho interés [en la iniciativa]”. Además, la cobertura geográfica del escudo aún no es completa. Por ejemplo, Francia y Polonia no se han unido, mientras que Estados Unidos operará algunos sitios de misiles balísticos en Europa del Este sin convertirse en miembro oficial del proyecto. Por lo tanto, es probable que continúen las negociaciones sobre la membresía, con el objetivo de establecer la mayor protección posible para los cielos de Europa.

De acuerdo con los planes actuales, el Sky Shield integrará tres sistemas para defenderse de ataques aéreos: el sistema de defensa aérea de corto alcance IRIS-T, de Alemania; el de alcance medio Patriot, de EEUU, y el de largo alcance Arrow-3, de Israel. Sin embargo, las negociaciones sobre esta lista continúan en curso. Estados Unidos, por ejemplo, aún no ha dado su consentimiento para que Israel suministre el Arrow-3. Y, dado que Noruega es miembro de la iniciativa, su sistema NASAMS de corto a mediano alcance (también coproducido con Washington) puede convertirse en un futuro competidor.

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Independientemente de los detalles, el proyecto deberá abordar el mismo desafío que enfrenta Kiev: cómo integrar diferentes sistemas de defensa aérea y coordinar su operación. Ucrania es actualmente un campo de pruebas perfecto para esa tarea. Sin embargo, los Estados europeos contarán con el desafío adicional de coordinar entre ellos los sistemas nacionales de defensa aérea y antimisiles. Solo entonces Europa tendrá una protección sólida contra la táctica ofensiva más efectiva de Rusia.

Qué significa el Sky Shield para Ucrania

La iniciativa podría tener un impacto positivo en las capacidades de defensa antimisiles de Ucrania. Después de todo, coordinar la producción y compra de armamento antimisiles es parte del plan. Los países participantes podrán optimizar este proceso realizando pedidos conjuntos y negociando en común los términos de los contratos, al tiempo que ajustan la distribución a las necesidades de cada miembro. Alemania, por ejemplo, probablemente aprovechará esta oportunidad para acelerar la producción de sus sistemas IRIS-T. Esto aumentaría significativamente las posibilidades de que Ucrania pueda pedir más armamento de este tipo en un futuro próximo para reforzar las unidades que Berlín ya ha suministrado a Kiev.

Foto: Margarita Robles, en una entrega de premios en Zaragoza. (EFE/Toni Galán)

A medio plazo, Ucrania debería poder unirse a la iniciativa europea Sky Shield, fortaleciéndola significativamente en el proceso. Las Fuerzas Armadas de Ucrania cuentan con la experiencia y el equipo necesarios para realizar valiosas contribuciones. Junto con el IRIS-T, por ejemplo, Ucrania ya utiliza el sistema NASAMS, que podría desempeñar un papel clave en el proyecto. De hecho, las fuerzas ucranianas están construyendo actualmente todo un sistema de defensa antimisiles en torno a las armas occidentales modernas, lo que significa que pronto también contarán con la capacidad técnica para convertirse en un jugador de peso.

Lo que los integrantes del Sky Shield pueden aprender

Desde su invasión a gran escala el 24 de febrero, Rusia ha disparado casi 4.000 misiles de varios tipos contra Ucrania. Ningún país de Europa se ha enfrentado jamás a ataques tan masivos con misiles. Esto ha proporcionado al Ejército ucraniano una experiencia considerable en la destrucción de estos objetivos aéreos.

Foto:  IRIS-T. (Dihel Defence)

En un ataque reciente, Ucrania derribó 43 de los 83 misiles lanzados por Rusia (52 por ciento). Además, durante un ataque contra Kiev la semana pasada, la defensa aérea ucraniana logró interceptar todos los cohetes y drones dirigidos a la capital, probablemente con la ayuda de IRIS-T. Estos éxitos son notables, ya que Rusia realizó sus ataques simultáneamente desde el norte, el este y el sur, lo que ejerce una presión adicional sobre la coordinación de la interceptación de misiles. Durante el último mes, las Fuerzas Armadas ucranianas también han derribado más de 220 municiones Shahed-136 de fabricación iraní (pequeños misiles guiados por satélite). Y pronto, si la inteligencia estadounidense demuestra ser precisa, Ucrania habrá aprendido a destruir misiles fabricados en Irán.

La guerra de Rusia en Ucrania es, por lo tanto, una prueba para los modernos sistemas antimisiles occidentales en un conflicto militar de alta intensidad. Esto presenta una oportunidad única para que los fabricantes de armas descubran todas las fortalezas y debilidades de sus productos y, posteriormente, creen versiones más avanzadas de sus sistemas antimisiles. Europa puede extraer muchas lecciones valiosas de este test ucraniano. Además, dado que la iniciativa Sky Shield no es exclusiva de los países de la OTAN, Ucrania puede convertirse en un futuro miembro importante y contribuir a defender la primera línea de los cielos europeos.

Los recientes ataques del Ejército ruso con misiles y drones en Ucrania han aterrorizado a los civiles, destruido infraestructura esencial y causado caos tras las líneas de combate ucranianas. Estos bombardeos suponen una nueva demostración de la tendencia del Kremlin a usarlos como muestra de poderío militar, incluso cuando está sufriendo pérdidas en el campo de batalla. Esta vez, Moscú tiene como objetivo desviar la atención de sus pérdidas en la región de Jersón y tranquilizar a su audiencia nacional sobre la campaña militar. El valor propagandístico de estos ataques aéreos significa que es probable que Rusia continúe usándolos en el futuro, en Ucrania y quizá más allá.

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