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¿Un efecto dominó en Limán? Ucrania golpea y las tropas rusas vuelven a la retirada
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La contraofensiva que no cesa

¿Un efecto dominó en Limán? Ucrania golpea y las tropas rusas vuelven a la retirada

Días después de que Vladímir Putin consumara la anexión ilegal de los territorios ucranianos, las fuerzas militares de Rusia han sufrido algunas de las peores derrotas desde el comienzo de la invasión

Foto: Un soldado ucraniano en Limán, en la región de Donetsk. (Reuters/Jorge Silva)
Un soldado ucraniano en Limán, en la región de Donetsk. (Reuters/Jorge Silva)
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Para cuando empezamos a escribir esta introducción, la reconquista por parte de las fuerzas ucranianas de Limán, una ciudad clave de la región de Donetsk, seguía siendo el último gran logro del Ejército ucraniano. Pocas horas después, este hito se convertía en agua pasada ante los avances simultáneos de las mismas fuerzas en múltiples puntos de la línea del frente noreste. Cuando estas líneas lleguen a los ojos del lector, es posible que incluso la ola de reconquistas registrada este lunes sea ya una vieja noticia. Tal es el ritmo de la actual operación militar de Kiev, uno no visto desde principios de septiembre, cuando comenzó una contraofensiva relámpago que parece haber cambiado el rumbo de la guerra en Ucrania.

Apenas días después de que el presidente Vladímir Putin consumara el pasado viernes la anexión ilegal de los territorios de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, las fuerzas militares de Rusia han sufrido en las tres primeras regiones algunas de las peores derrotas desde el comienzo de la invasión de Ucrania. Según los últimos reportes sobre el terreno, el ejército ucraniano ha logrado en cuestión de horas avanzar decenas de kilómetros la línea del frente ante una aparente retirada de las fuerzas rusas en las zonas al norte y al este de Limán, recuperando más de una decena de poblaciones en el proceso.

Doble mazazo ucraniano

Las fuerzas armadas de Ucrania avanzan en el noreste y el sur del país.

Paralelamente, el Ministerio de Defensa de Rusia reconocía que las fuerzas de Ucrania habían penetrado sus defensas en la región de Jersón, lo que supone el mayor avance ucraniano en el sur desde el inicio de la guerra. La bandera ucraniana ondeaba en lo alto de al menos tres localidades de esta zona al oeste del río Dnipro, según la evidencia visual publicada en redes sociales en un momento en que reina un silencio desde Kiev que recuerda al que dominó los primeros compases de la contraofensiva.

Un trampolín hacia el Donbás

La encarnizada batalla en torno a Limán, una ciudad estratégica situada en el noreste de la provincia de Donetsk, se selló el pasado sábado con la victoria ucraniana tras casi tres semanas de intensos combates. Sin embargo, lejos de detenerse allí, las fuerzas de Kiev han continuado avanzando y reconquistando asentamientos al este y noreste de la ciudad, incluyendo Torske, a escasos kilómetros de la frontera administrativa de Lugansk. Al mismo tiempo, han logrado un considerable avance más al norte en dirección a la urbe clave de Svatove, recuperando múltiples localidades en el proceso.

Las fuerzas rusas, mientras tanto, parecen haber realizado una retirada a gran escala hacia posiciones alrededor de Kreminna, localidad considerada el próximo gran objetivo para las tropas de Kiev, y la propia Svatove. "Después de que tuviéramos que abandonar Limán, nuestros militares se atrincheraron en las afueras de Kreminna y la situación está bastante caliente allí", reconoció este lunes en el canal Soloviev Live el portavoz separatista de la autoproclamada república popular de Lugansk. La población supondría una de las últimas paradas antes de los posibles asaltos a las grandes ciudades de Lisichansk y Severodonetsk, las cuales fueron capturadas por Rusia a inicios del verano tras una brutal campaña de artillería en que quedaron prácticamente reducidas a ruinas.

Objetivos: Svatove y Kreminna

Tras recuperar Limán, las tropas ucranianas avanzan rápidamente hacia las siguientes ciudades clave.


El rápido avance hacia Svatove es una noticia especialmente preocupante para Moscú. Esta localidad se ha convertido en un nexo logístico y de transporte clave para las tropas rusas tras la retirada de la región de Járkov. En entrevista con el 'Financial Times', Mykhailo Samus, director de la Red de Investigación de Nueva Geopolítica en Kiev y exmilitar ucraniano, afirmaba la semana pasada que “si los rusos perdieran el control de Svatove, sería un desastre para ellos”. Borova, una de las poblaciones recuperadas este lunes por el Ejército de Kiev, se encuentra a apenas 40 kilómetros de distancia de esta ciudad estratégica.

Paralelamente, las fuerzas ucranianas han logrado en los últimos días nuevos avances más al norte, en la línea del frente al este de Kupiansk. Vídeos compartidos en redes sociales confirmaron la reconquista de la ciudad de Kisharivka, que contaba con cerca de 20.000 habitantes antes del inicio de la guerra.

Los múltiples avances en diferentes puntos del noreste suponen una nueva evidencia de los problemas que afronta un Ejército ruso que todavía no parece haber recibido alivio alguno por parte de la 'movilización parcial' de nuevos combatientes anunciada semanas atrás por Putin. Si acaso, la situación parece peor que nunca, dado que las victorias de Kiev ya no pueden atribuirse al factor sorpresa que definió el inicio de la contraofensiva en Járkov el pasado mes de septiembre.

Foto: Un soldado ucraniano. (Reuters/Jorge Silva)

En este sentido, la caída de Limán podría haber desencadenado un poderoso efecto dominó. Múltiples reportes e imágenes desde la zona sugieren que la precipitada retirada rusa de la ciudad podría haber tenido consecuencias desastrosas para sus fuerzas. Funcionarios ucranianos han rechazado proporcionar cifras concretas y no existe ninguna fuente fiable sobre cuántas tropas fueron capturadas o eliminadas en la operación, pero informes previos a la toma de la urbe apuntaban a que más de 5.000 soldados rusos podrían estar rodeados allí.

Tras esa evaluación, Moscú logró evacuar algunas de sus fuerzas hacia el este, volando un puente para frenar los avances de su rival, pero todavía se desconoce cuántas quedaron atrás. Análisis fotográficos del material militar capturado o destruido y de decenas de fallecidos en uniforme, no obstante, apuntan a uno de los mayores descalabros rusos hasta la fecha.

En Jersón, una gota colma el vaso

En contraste con la serie de operaciones relámpago que han caracterizado el frente nororiental, la contraofensiva ucraniana en el sur del país se ha asemejado más a una gota malaya, provocando un daño constante, pero a cámara lenta, a unas tropas rusas mejor posicionadas que las que defendían Járkov.

Sin embargo, este goteo constante podría haber provocado este fin de semana un derrame del vaso ruso. Una vez más, el Gobierno de Volodímir Zelenski no ha dado confirmación alguna de las ganancias sobre el terreno, pero fuentes de Moscú citadas por Reuters reconocieron que las fuerzas ucranianas habían avanzado decenas de kilómetros a lo largo de la orilla oeste del río Dniéper, recuperando en el proceso, según fotografías compartidas en redes, las localidades de Zolota Balka, Novooleksandrivka y Havrylivka.

Avances junto al Dniéper

Las tropas rusas han sufrido su mayor derrota hasta la fecha en el frente sur.

El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, anunció este lunes que “con unidades superiores de tanques en dirección a Zolotaya Balka, Aleksandrovka, el enemigo logró penetrar nuestras defensas”, asegurando inmediatamente después que las tropas rusas continúan infligiendo "daños masivos" a las fuerzas de Kiev. El rápido impulso de cerca de 30 kilómetros contrasta con el lento progreso de los meses anteriores, en que Ucrania solo había logrado liberar un puñado de localidades con semanas de diferencia entre una y otra. Aunque considerablemente menos relevantes que los avances experimentados en el noreste, suponen una importante humillación para un Kremlin que acaba de declarar Jersón parte integral de su territorio.

En Moscú, la Cámara Baja del Parlamento ruso aprobó ayer rápidamente los tratados para que las cuatro regiones parcialmente ocupadas de Ucrania se unan a Rusia, algo que el Senado tiene previsto respaldar este mismo martes. Sin embargo, la inestabilidad y las constantes pérdidas en el frente han provocado una situación surrealista en la que Rusia admite no conocer cuáles van a ser sus supuestas nuevas fronteras. El portavoz del Gobierno ruso, Dimitri Peskov, indicó ayer que su país "consultará a la población" para establecer las fronteras de los 'oblast' anexionados de Jersón y Zaporiyia.

En los programas de debates de la televisión rusa, donde glorificar la invasión es la norma, los tertulianos adoptan un tono cada vez más sombrío. Vladímir Solovyov, presentador de uno de estos formatos y célebre propagandista conocido como 'la voz de Putin', admitía recientemente la delicada situación que enfrenta su Ejército. "Realmente me gustaría que atacáramos Kiev y lo tomáramos mañana, pero soy consciente de que la movilización parcial llevará tiempo", indicaba ante la cámara este pasado fin de semana. "Durante un cierto periodo de tiempo, las cosas no serán fáciles para nosotros. No deberíamos estar esperando buenas noticias", advertía entonces. Su predicción no tuvo que esperar ni un día para cumplirse.

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Para cuando empezamos a escribir esta introducción, la reconquista por parte de las fuerzas ucranianas de Limán, una ciudad clave de la región de Donetsk, seguía siendo el último gran logro del Ejército ucraniano. Pocas horas después, este hito se convertía en agua pasada ante los avances simultáneos de las mismas fuerzas en múltiples puntos de la línea del frente noreste. Cuando estas líneas lleguen a los ojos del lector, es posible que incluso la ola de reconquistas registrada este lunes sea ya una vieja noticia. Tal es el ritmo de la actual operación militar de Kiev, uno no visto desde principios de septiembre, cuando comenzó una contraofensiva relámpago que parece haber cambiado el rumbo de la guerra en Ucrania.

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