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Los latinos se le escapan a Biden y Trump agita el miedo al "socialismo" en Florida
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Mayor conservadurismo, menos campaña

Los latinos se le escapan a Biden y Trump agita el miedo al "socialismo" en Florida

Uno de los más sólidos pilares del progresismo en los últimos 20 años, el voto latino, podría estar deslizándose fuera de las redes del partido demócrata

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Si los republicanos tienden más a votar en bloque, casi como un ejército de hoplitas que van con las lanzas en ristre al colegio electoral, los demócratas son como una guerrilla: tienen que llamar a la puerta, fundirse en los hogares de la gente, ganarse su confianza y hacer que, el día de las elecciones, salgan a apoyar al partido. El voto republicano es mayoritariamente blanco; el demócrata parece un mosaico de religiones y colores de piel, lo que se ha llamado la “gran coalición” de Barack Obama. Todas las minorías de Estados Unidos tienden a votar demócrata.

Sin embargo, uno de los más sólidos pilares del progresismo en los últimos 20 años, el voto latino, podría estar deslizándose fuera de las redes del partido. Una encuesta de la Universidad de Quinnipac da al republicano Donald Trump una ventaja de dos puntos sobre Joe Biden en el voto latino de Florida, el estado con mayor número de delegados. Otro sondeo, de Marista Poll/NBC News, da a Trump una ventaja de tres puntos. Un tercero es aún más elocuente: dice Equis Research que el demócrata ganaría el 37% del voto hispano, frente al 53% de Trump.

Foto: Donald Trump, en una reunión de la OTAN en 2018. (Reuters)

Estas encuestas son todavía más preocupantes para los demócratas si miramos a 2016, cuando Hillary Clinton se llevó el 62% del voto latino en el estado. Algo parecido sucede a nivel nacional. Joe Biden lidera el voto latino por un margen de 20 puntos respecto a Donald Trump. Pero Clinton, hace cuatro años, ganó por una diferencia de 38 puntos.

La directora de asuntos gubernamentales del 'think tank' demócrata Center for American Progress, Lia Parada, dice que Donald Trump está tratando de movilizar el voto clave de los cubanos, que ya lo apoyaron en un 54% en 2016. “La meta de la campaña de Trump es ganar votantes en los márgenes del voto latino”, explica por teléfono a El Confidencial. "La falsa táctica de acusar a Biden de ser un socialista puede ser suficiente para impulsar el voto cubano y ganar por uno o dos puntos".

Joe Biden lidera el voto latino por un margen de 20 puntos respecto a Donald Trump. Pero Clinton, hace cuatro años, ganó por una diferencia de 38 puntos

Según Parada, los votantes de origen cubano, de los cuales hay más de un millón y medio en Florida (la mitad del voto latino), así como los venezolanos o los nicaragüenses, pueden ser más sensibles al miedo al socialismo que predica Donald Trump: la idea de que Biden, que ha sido considerado un centrista desde que entró en política hace casi medio siglo, está siendo controlado por la extrema izquierda de su partido. Tanto Donald Trump como su vicepresidente, Mike Pence, han hecho diversas visitas electorales al sur de Florida con un discurso antisocialista.

“La Administración Obama-Biden normalizó las relaciones con Cuba”, declaró el asesor republicano Karl Rove a Fox News, comentando las encuestas que ponen a Trump por delante. “Trump lo revertió. Ahora, Biden dice que va a volver a eso. La gente en Florida recuerda cómo es el socialismo y está reaccionando negativamente”.

placeholder Un partidario de Trump en Nueva Jersey. (Reuters)
Un partidario de Trump en Nueva Jersey. (Reuters)

Otro posible factor del cambio de tornas es la pandemia y el hecho de que los eventos políticos en persona, de los que dependen más los demócratas, han sido limitados. “Las herramientas demócratas de campaña son más comunitarias, ir puerta a puerta movilizando a los votantes latinos”, dice Lia Parada. “En la pandemia, no se han podido organizar este tipo de eventos. Así que esos son los desafíos de Biden: combatir la desinformación y llegar a los votantes latinos”.

El candidato demócrata, además, está centrado en atraer las papeletas de la clase obrera blanca; si pudiera arrancar aquí unos márgenes mínimos, podría desbaratar la dinámica que dio la victoria a Trump hace cuatro años. Curiosamente, en Florida, donde la cuarta parte de la población es hispana, Biden pierde apoyo entre los latinos pero lo gana tanto entre los blancos como entre la gente mayor, lo cual puede mantener sus números de cara al 3 de noviembre. Ahí está la matemática: menos respaldo latino pero más de otros grupos demográficos.

En Florida, donde la cuarta parte de la población es hispana, Biden pierde apoyo entre los latinos pero gana entre los blancos y los mayores

“La encuesta sugiere que no está haciendo demasiado [entre los latinos]”, dijo a 'The Hill' Fernand Amandi, cuya agencia es responsable de un sondeo en el condado de Miami Dade que también daba como ganador a Trump. “Esto puede ser potencialmente compensado por el hecho de que, si Biden puede hacerlo muy bien con votantes blancos anglosajones por todo el estado, su erosión entre los hispanos quizá no importe mucho. Pero es una apuesta muy arriesgada por parte de la campaña de Biden, si ese es el caso”.

La actualidad y el contexto político tampoco han tenido, estos meses, un claro elemento latino o de inmigración que haya influido en las agendas políticas. Las fronteras de EEUU están prácticamente cerradas, y las protestas por la justicia racial pueden haber sido una de las razones por las que Biden escogiera a Kamala Harris, afroamericana de California, como compañera de tique presidencial.

Foto: Joe Biden y Kamala Harris. (Reuters)

Las dinámicas electorales también cambian con los años, como escribe Hans Nichols en 'Axios', y cuanto más tiempo pasa un latino en Estados Unidos, menos tiende a preocuparse por la inmigración. Se haría más conservador. Tal sería el caso, por ejemplo, del creciente grupo de votantes latinos evangélicos: una confesión que suele albergar simpatías republicanas. Según Pew Research Center, los latinos católicos ya no son la mayoría religiosa, han caído del 57% al 47% en la última década. Los latinos evangélicos han subido, mientras tanto, del 23% al 24%.

Los latinos católicos ya no son la mayoría, han caído del 57% al 47%. Los latinos evangélicos han subido del 23% al 24%

Dentro del equipo de Biden, han quitado importancia a estas encuestas, ya que suelen realizarse en inglés, y han lanzado sus propios sondeos. El voto hispano también es decisivo en otros estados clave como Texas o Arizona: pequeñas diferencias de apoyo en estos lugares pueden decidir la presidencia. Aquí, Biden está por delante de Trump, pero bastante lejos de los márgenes logrados por Hillary Clinton. En los últimos días, Biden ha hecho gestos de cara a la comunidad: el pasado martes publicó un comunicado en honor a la Fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre, importante entre los cubanos. Su número dos, Kamala Harris, se ha reunido con grupos dedicados a registrar a latinos para que vayan a votar.

Queda poco más de un mes y medio para las elecciones, y uno puede escuchar el tintineo de las armas electorales preparándose para la cita. La guerra demócrata, que trata de fundirse con las minorías y las comunidades más diversas, tiene trabajo que hacer en uno de los estados más importantes.

Si los republicanos tienden más a votar en bloque, casi como un ejército de hoplitas que van con las lanzas en ristre al colegio electoral, los demócratas son como una guerrilla: tienen que llamar a la puerta, fundirse en los hogares de la gente, ganarse su confianza y hacer que, el día de las elecciones, salgan a apoyar al partido. El voto republicano es mayoritariamente blanco; el demócrata parece un mosaico de religiones y colores de piel, lo que se ha llamado la “gran coalición” de Barack Obama. Todas las minorías de Estados Unidos tienden a votar demócrata.

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