Greta Thunberg, persona del año para la revista TIME: "El poder de la juventud"

Superestrella climática, pero una "pequeña parte de un movimiento mayor": Greta Thunberg es, sin quererlo, protagonista de la cumbre del clima que se celebra estos días en Madrid (aunque el logo lleve el nombre de Chile), y lo es sin quererlo porque la pequeña, de solo 16 años, calla para dar voz a otros. Ella es plenamente consciente de la atención mediática que recibe, y aprovecha el momento en el que todos los focos y cámaras se dirigen a ella para echarse a un lado y darle a quienes ella considera que lo merecen un espacio que, por no ser Greta Thunberg, no se les ha dado. "No podemos seguir viviendo como si no hubiera un mañana, porque hay un mañana", defiende. Lo que muchos investigadores, durante muchos años, no han sido capaces de hacer resonar lo ha conseguido una adolescente: esta es una de las muchas razones por las que la revista TIME ha llevado la cara de esta joven sueca a su portada, al nombrarla Persona del Año 2019.

Thunberg comenzó un movimiento que se ha convertido en global después de decidir no acudir a la escuela los viernes para sentarse frente al Parlamento sueco, en Estocolmo, y lanzar su mensaje a todo el que pasara delante: "Huelga escolar por el cambio climático", se podía leer en la pancarta que cada viernes portaba. Y los primeros viernes lo hacía sola. La primera persona que se unió a la lucha de Thunberg fue Benjaming Wagner, que recientemente contaba su historia. "Me gustaba su actitud. Ese verano había estado diciéndoles cosas parecidas a mis amigos (...). Yo me había sentido tenso y culpable por no hacer nada, así que decidí ir al edificio del Parlamento para ver qué estaba pasando con Greta y apoyar su denuncia", explicaba, en un texto publicado hace apenas unos días en eldiario.es.

Su imagen, año y medio después de su pequeño primer paso, ha dado la vuelta al mundo: no hay nadie que no conozca a Greta Thunberg. Margaret Atwood, la autora de la novela original de 'El cuento de la criada', incluso la comparó con Juana de Arco. La revista TIME reconoce que las políticas de acción climática son tan complejas como el fenómeno en sí mismo, pero destaca que, sin tener una solución mágica, "ha logrado crear un cambio de actitud global, transformando millones de vagas ansiedades en mitad de la noche en un movimiento mundial que exige cambios urgentes". "Ha hecho un fortísimo llamamiento a aquellos que están dispuestos a actuar, y ha avergonzado a los que no lo están. Ha persuadido a los líderes, de alcaldes a presidentes, para que se comprometan donde hasta ahora han fracasado".

"Ha centrado la atención del mundo en las injusticias ambientales que los jóvenes activistas indígenas llevan protestando durante años", continúa la revista, en un larguísimo repaso a muchos de los logros de una joven que ha marcado a medio planeta a medio camino entre los 15 y los 16 años. "Gracias a ella, cientos de miles de 'Gretas' adolescentes, desde Líbano hasta Liberia, se han saltado la escuela para liderar a sus compañeros en lo que se ha denominado como 'huelga climática' en todo el mundo", subraya. Y lo cierto es que miles de jóvenes de todo el mundo han salido a las calles durante los últimos meses para reforzar ese mensaje, tan necesario como real, de que "no existe un planeta B". El pasado mes de septiembre, la huelga climática se globalizaba aún más.

Y ha sido Greta Thunberg la que, además, ha hecho que el Diccionario Collins haya optado por elegir el concepto de 'huelga climática' como palabra del año. "Es una forma de protesta que despegó hace poco más de un año gracias a las acciones de la estudiante sueca Greta Thunberg y que se ha convertido en un movimiento mundial. (...) Los lexicógrafos del Collins han observado un aumento por 100 en su uso en 2019", teniendo en cuenta que su primera aparición tuvo lugar en noviembre de 2015 en una 'huelga climática' que se convocó en coincidencia con la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de París, la predecesora de la actual COP25.

"Thunberg tiene 16 años pero aparenta 12. Suele llevar su pelo castaño en dos trenzas, una a cada lado. Tiene síndrome de Asperger, lo que significa que no opera en el mismo registro emocional que la mayoría de las personas que conoce", sigue la revista TIME. Sin embargo, parte de sus logros vienen de este síndrome: "La gente dice que, como tengo Asperger, no tendría que haberme puesto en esta posición. Es precisamente por eso por lo que lo hago. Porque de haber sido 'normal' y sociable me habría metido en una organización o habría empezado una por mi cuenta. Perdo dado que no soy tan buena socializando, hice esto", decía la propia Greta. TIME define a la joven sueca sin aditivos: "No le gustan las multitudes, ignora las pequeñas conversaciones y habla con frases directas y sin complicaciones. No se puede halagar ni distraer. No se impresiona por la fama de otras personas, ni parece tener interés en la fama que ella misma está cosechando. Estas mismas cualidades la han ayudado a hacerla una sensación global. Mientras otros sonríen para cortar la tensión, Thunberg se marchita. Mientras otros lanzan el mensaje de la esperanza, Thunberg repite la inexpugnable ciencia: los niveles del mar subirán; las ciudades se inundarán; millones de personas sufrirán.

[Los 'guardianes' de TIME: las historias detrás de sus 'personas del año' de 2018]

Greta Thunberg recoge el testigo de no una sola persona: en 2018, la revista TIME repartió su portada en un grupo, ante la gran dificultad de elegir a una sola persona que sobresaliera por encima de las demás: Jamal Khasshogi, el periodista de Arabia Saudí exiliado en Estados Unidos y enemigo del régimen de Riad, asesinado (presuntamente) en el consulado saudí en Estambul (Turquía); la filipina Maria Ressa, la también periodista que ha estado detrás de los escalofriantes datos de ejecuciones sumarias en el marco de la 'guerra contra las drogas' del presidente del mencionado país; el periódico estadounidense 'Capital Gazette', víctima de un tiroteo que dejó cinco trabajadores muertos en represalia por una demanda por difamación; y Wa Lone y Kyaw Soe Oo, otros dos periodistas, en esta ocasión birmanos, encarcelados por cubrir la crisis de los rohingya en el norte del país. Del periodismo al activismo medioambiental.