Trabaja solo durante 32 horas seguidas en un hotel por culpa de las inundaciones

El episodio de gota fría que se ha vivido en el Mediterráneo español ha sido comparable al que ha sacudido varias zonas del sur de Estados Unidos. Allí ha sido la tormenta tropical Imelda la que ha provocado inundaciones impresionantes y la que ha generado situaciones como la que ha vivido un joven universitario de 21 años.

Se llama Satchel Smith y trabaja en el hotel Homewood Suites de Beaumont, en Texas. La pasada semana su padre le dejaba a las puertas del hotel pocos minutos antes de las tres de la tarde para comenzar su turno, pero no contaba con que Imelda iba a provocar una inundación que iba a dejar el Homewood Suites totalmente rodeado.

Satchel terminó su turno a las 11 de la noche, pero no se podía marchar: había un metro de agua a la puerta. Tampoco ningún compañero pudo llegar para ayudarle, así que se convirtió en el único empleado cuando el agua no permitió que nadie entrara ni saliera del hotel. El joven, que estudia en la Universidad de Lamar y trabaja en el hotel para poder costearse la carrera, se pasó 32 horas seguidas trabajando para los clientes que había en el hotel y que tampoco podían entrar ni salir.

Un héroe sin capa

Una de las clientas del hotel, Angela Chandler, ha compartido en su cuenta de Facebook una imagen de Satchel junto a unas palabras de elogio por su entrega: "Atendió los teléfonos, respondió a cada una de nuestras preguntas, se aseguró de que tomáramos una taza de café o té caliente y nos ayudó a servirnos un desayuno caliente. Ha manejado esta situación con gracia, amabilidad y una gran sonrisa en su rostro".

Durante 32 horas fue recepcionista, chef, jefe de mantenimiento, camarero de pisos y cualquier otro puesto de trabajo que hiciera falta en ese momento

Sin embargo, aunque para los clientes mostrara su mejor cara, Satchel ha reconocido a la CNN que se sintió abrumado por la situación: "Fue bastante intenso. Nunca había trabajado en una cocina. No soy realmente un buen cocinero". Pero durante 32 horas fue recepcionista, chef, jefe de mantenimiento, camarero de pisos y cualquier otro puesto de trabajo que hiciera falta en ese momento.

Los propios clientes también echaron una mano: unos ayudaron a preparar el desayuno; otros se pusieron el delantal para colaborar en la cena. Entre todos sacaron adelante una situación comprometida que Satchel no olvidará. A la mañana siguiente, por fin uno de sus compañeros pudo sustituirle: sin embargo, el joven universitario no se fue a casa: se echó una pequeña siesta y volvió a ayudar a los huéspedes del hotel hasta que su padre regresó por la noche a recogerle. En total, 32 horas seguidas trabajando y el orgullo de que para muchas personas, fuera un auténtico héroe sin capa.