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El Brexit, en vilo: parón en las negociaciones y posiciones enrocadas
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"un brexit sin acuerdo, más cerca que nunca"

El Brexit, en vilo: parón en las negociaciones y posiciones enrocadas

Negociaciones suspendidas y llamadas a hacer un último esfuerzo para lograr superar el último gran escollo, Irlanda del Norte. El míercoles arranca la cumbre de líderes europeos

Foto: Un cartel en el que se lee 'Brexit: ¿merece la pena?', durante una manifestación en contra del Brexit junto al Parlamento británico este lunes. (EFE)
Un cartel en el que se lee 'Brexit: ¿merece la pena?', durante una manifestación en contra del Brexit junto al Parlamento británico este lunes. (EFE)

Era el fin de semana para "cerrar un acuerdo o romperlo". Pero llegó el lunes, el día en que Bruselas y Londres se habían marcado el objetivo de anunciar un pacto sobre su divorcio prácticamente cerrado y, en lugar de campanas al vuelo, solo el silencio. No ha habido fumata blanca tras el precipitado viaje que el negociador británico, Dominic Raab, hizo este domingo a Bruselas para reunirse con su homólogo europeo, Michel Barnier. Tras unas tensas discusiones, Raab se volvió con las manos vacías a Reino Unido. El gran obstáculo, ese que podría impedir que tras meses de negociaciones sobre el Brexit ambas partes tropiecen en la recta final, sigue siendo Irlanda del Norte.

Theresa May ha dado un paso al frente, para pedir a sus socios europeos que no dejen que las negociaciones "descarrilen" en el último momento por la cuestión norirlandesa, abocando a Reino Unido a abandonar la Unión Europea sin el paracaídas de un acuerdo. "Estamos entrando en las etapas finales de estas negociaciones. En este momento, debemos mantener la cabeza fría", ha dicho May en una intervención en la Cámara de los Comunes. Londres quiere dejar sin cerrar, en el aire, el "cortafuegos" o "escudo" que la Unión Europea exige pactar, para asegurar que si las cosas van mal, en ningún caso se levantará una frontera dura entre Irlanda del Norte y el resto de Irlanda.

placeholder Dominic Raab, negociador británico del Brexit, tras su infructuoso viaje a Bruselas. (Reuters)
Dominic Raab, negociador británico del Brexit, tras su infructuoso viaje a Bruselas. (Reuters)

Esa salvaguarda es condición 'sine qua non' para la UE. Pero Reino Unido se niega a comprometerse a mantener Irlanda del Norte dentro de la Unión Aduanera europea —la única fórmula que permitiría evitar una frontera verdadera con el resto de Irlanda—, porque supondría introducir unos controles en las mercancias que crucen del resto del país a esta provincia que rechazan de plano. "Crear cualquier tipo de frontera aduanera entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido significaría un cambio fundamental", ha advertido May, negando esta opción.

La respuesta desde Bruselas no se ha hecho esperar. El grupo de eurodiputados encargados de trabajar sobre el Brexit, presidido por Guy Verhofstadt, ha advertido de que el Parlamento Europeo tumbará cualquier acuerdo de divorcio entre la UE y Reino Unido si no incluye un "escudo" para Irlanda del Norte "legalmente operativo".

"No nos rindamos"

Con esta situación, el optimismo que se respiraba en Bruselas hace apenas tres días se ha disuelto. "Un Brexit sin acuerdo es ahora más posible que nunca", ha reconocido el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la carta con la que ha invitado a los jefes de Estado y de Gobierno de toda la Unión Europea a la cumbre que arrancará este miércoles con una cena, en la que el Brexit será el plato fuerte. La famosa cumbre de octubre, la que Bruselas había marcado como plazo final para tener un acuerdo de divorcio prácticamente cerrado, va camino de convertirse en la enésima constatación de que a un lado y otro del Canal de la Mancha se está jugando con fuego.

No obstante, tanto May como Tusk han hecho esfuerzos para lanzar un mensaje de tranquilidad y pedir un esfuerzo redoblado que permita superar los obstáculos que impiden llegar a una meta que, como pronto, ya no se espera que se alcance antes de noviembre. "Siempre parece imposible hasta que se hace. No nos rindamos", ha dicho Tusk a los líderes europeos. De hecho, a invitado a May a unirse a la cena del miércoles noche, en la que se tratará de encontrar alguna salida al callejón en el que se encuentran las negociaciones.

placeholder Theresa May chocó con sus socios en la cumbre celebrada hace un mes en Salzburgo. (Reuters)
Theresa May chocó con sus socios en la cumbre celebrada hace un mes en Salzburgo. (Reuters)

El precedente, la tensa cumbre celebrada en Salzburgo hace un mes, no es muy bueno. En aquella ocasión, May mostró una línea dura que ha evolucionado poco —más allá de la problemática propuesta de "escudo" adunanero para todo Reino Unido—, pese a que sus socios le pidieron que planteara nuevas soluciones para el problema irlandés. Con qué espíritu será recibida en el encuentro, cuando queda menos de seis meses para que Reino Unido salga de la UE automáticamente, está por ver. Fuentes europeas han restado importancia a la situación y mostrado un moderado optismo respecto a que los líderes tratarán de evitar nuevas confrontaciones. "Cuando tus amigos van a una fiesta y algunos tienen una pelea, se trata de cuestiones interpersonales que tienen que tratar de evitar para sentarse y buscar un acuerdo", han apuntado.

Por el momento, las negociaciones han sido suspendidas a todos los niveles. Michel Barnier informará este lunes por la mañana a los ministros europeos de los progresos hechos hasta el momento y de las dificultades que se mantienen, durante el Consejo de Asuntos Generales dedicado al Brexit. Barnier, en un gesto poco habitual, no hará declaraciones públicas al término del encuentro. El silencio permanecerá, probablemente, hasta la cena del miércoles, dando tiempo a ambas partes a moverse en función de su estrategia... o plantarse.

Era el fin de semana para "cerrar un acuerdo o romperlo". Pero llegó el lunes, el día en que Bruselas y Londres se habían marcado el objetivo de anunciar un pacto sobre su divorcio prácticamente cerrado y, en lugar de campanas al vuelo, solo el silencio. No ha habido fumata blanca tras el precipitado viaje que el negociador británico, Dominic Raab, hizo este domingo a Bruselas para reunirse con su homólogo europeo, Michel Barnier. Tras unas tensas discusiones, Raab se volvió con las manos vacías a Reino Unido. El gran obstáculo, ese que podría impedir que tras meses de negociaciones sobre el Brexit ambas partes tropiecen en la recta final, sigue siendo Irlanda del Norte.

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