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El Brexit se calienta: May pide "respeto" y la UE la acusa de "dura e intransigente"
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tras el desencuentro en la cumbre de salzburgo

El Brexit se calienta: May pide "respeto" y la UE la acusa de "dura e intransigente"

La tensión tras la cumbre celebrada este miércoles y jueves en Salzburgo se ha disparado. May esperaba de sus socios una mayor flexibilidad y se volvió a casa con las manos vacías

Foto: Theresa May, frente a sus socios europeos, en la cumbre de Salzburgo (REUTERS)
Theresa May, frente a sus socios europeos, en la cumbre de Salzburgo (REUTERS)

"He tratado a la Unión Europea con todo el respeto y el Reino Unido espera lo mismo". Con estas palabras ha reprochado Theresa May a sus socios europeos su actitud en las negociaciones del Brexit. La tensión tras la cumbre celebrada este miércoles y jueves en Salzburgo se ha disparado. May esperaba arrancar de sus socios una mayor flexibilidad y se volvió a casa con las manos vacías. La prensa británica no ha dudado de calificar el encuentro de "humillación" y "emboscada". Y May, en una declaración inesperada, ha vuelto a poner una amenaza sobre la mesa: antes que un mal acuerdo, Londres preferirá optar por no cerrar ningún acuerdo. Un Brexit a las bravas.

La Unión Europea ha salido a contraataque. "La postura del Reino Unido presentada justo antes y durante la reunión de Salzburgo fue sorprendentemente dura y, de hecho, intransigente", ha asegurado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en un comunicado. En éste, el exprimer ministro polaco deja ver que la dureza de May y sus avisos sobre el no-acuerdo se interpreta al otro lado del Canal de la Mancha como parte de su táctica negociadora. Hasta ahora, la UE ha mantenido la unidad en las negociaciones, pero en la recta final empiezan a aflorar ciertas diferencias que pueden agrietar el bloque ante el temor a un Brexit sin acuerdo. Y Londres lo sabe.

Tusk pide a May que rebaje su tono y recoja el guante que le lanzaron los europeos en la cumbre de Salzburgo: una petición para que reformule sus propuestas sobre Irlanda del Norte y la cooperación económica, recogidas en el plan de 'Chequers'. "Si bien entiendo la lógica de las negociaciones, sigo estando convencido de que aún es posible un compromiso, bueno para todos. Digo estas palabras como un amigo cercano del Reino Unido y un verdadero admirador de la primera ministra May", ha asegurado Tusk.

placeholder Tusk con May, en una reciente visita a Downing Street (REUTERS)
Tusk con May, en una reciente visita a Downing Street (REUTERS)

El presidente del Consejo Europeo, que se había destacado en Bruselas como uno de los principales partidarios de ceder cierto terreno para acercar posiciones y ampliar plazos para negociar, ha recalcado que "La Unión Europea y sus líderes respetan plenamente la decisión del Reino Unido" de abandonar la UE. Pero los veintiocho decidieron en Salzburgo mantener su exigencia de lograr prácticamente un acuerdo en octubre -con la posibilidad de solucionar los últimos flecos en noviembre- y de exigir a May que se moviera de sus líneas rojas.

No solo eso, apunta Tusk, sino que los europeos se toman las negociaciones y la propuesta de May, conocida como el plan de Chequers, con "seriedad". Pero, aunque lo ven como un "paso en la dirección correcta", parte de las medidas que plantea Londres "deberán revisarse y negociarse más". May abandonó el encuentro este jueves asegurando que presentaría en breve nuevas ideas, pero advirtiendo también que la unidad territorial de Reino Unido es inquebrantable. El mayor escollo, que en el resto de la UE cuesta comprender, es el modo de evitar una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte -que la UE no aceptaría en un acuerdo- y, a la vez, evitar controles en el Mar de Irlanda, es decir, entre la provincia británica y el resto del país, a lo que Londres se niega.

May, que ha vuelto debilitad a casa, bajo el acecho constante de los brexiters más duros que quieren su cabeza y el empuje de la oposición laborista, que no descarta forzar la convocatoria de unas elecciones que podrían llevar a Jeremy Corbyn a Downing Street. Por ello, el margen de maniobra de la premier, que además apoya su gobierno en los unionistas de Irlanda del Norte (DUP), es muy escaso. Y no está nada claro cómo podrá ceder más terreno para cumplir con los requisitos de la UE, sin perder las riendas del gobierno. Todo, a tan solo seis meses de que, pase lo que pase, Reino Unido abandone la Unión Europea.

"He tratado a la Unión Europea con todo el respeto y el Reino Unido espera lo mismo". Con estas palabras ha reprochado Theresa May a sus socios europeos su actitud en las negociaciones del Brexit. La tensión tras la cumbre celebrada este miércoles y jueves en Salzburgo se ha disparado. May esperaba arrancar de sus socios una mayor flexibilidad y se volvió a casa con las manos vacías. La prensa británica no ha dudado de calificar el encuentro de "humillación" y "emboscada". Y May, en una declaración inesperada, ha vuelto a poner una amenaza sobre la mesa: antes que un mal acuerdo, Londres preferirá optar por no cerrar ningún acuerdo. Un Brexit a las bravas.

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