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"Nuestros salarios valen menos cada hora": Erdogan, entre el populismo y los mercados
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¿Qué candidato prefieren las bolsas?

"Nuestros salarios valen menos cada hora": Erdogan, entre el populismo y los mercados

Erdogan lucha entre su discurso populista para las elecciones anticipadas y los mercados. El Banco Central ha frenado la imparable caída de la lira turca que amenaza el debate electoral

Foto: Un hombre abandona una casa de cambio en el centro de Estambul, el 23 de mayo de 2018. (Reuters)
Un hombre abandona una casa de cambio en el centro de Estambul, el 23 de mayo de 2018. (Reuters)

“El precio de esta bebida -un café de una cadena internacional- ha bajado de 1,92 a 1,87 dólares en los 10 minutos que me ha costado beberla”, escribe una conocida reportera turca en una red social “Es la moneda turca en términos reales”. Esta fue la tónica general la semana pasada en la que un país entero observó, entre el miedo y la estupefacción, la mayor depreciación de su moneda. La lira turca estuvo cerca de sobrepasar el límite de las 5 unidades con respecto al dólar -alcanzó el récord histórico de 4,92- lo que supuso una pérdida del 20% en todo el año y una caída histórica en sólo 24 horas.

“No sé qué vamos a hacer, tengo deudas en euros y conforme pasan los meses cada día debo más”; “Nuestros salarios valen cada hora un poco menos”; “Es evidente que ésta es una operación extranjera contra nuestra moneda”... son algunas opiniones que se escuchan en la calle Istiklal, una de las más comerciales de la zona europea de Estambul. Ahí, las casas de cambio corregían sus dígitos con el paso de los minutos. El cambio al dólar y al euro sube cada hora: “Dollar: 4,87 TL”; “Euro: 5,7 TL”, puede verse en las pizarras lumínicas. Los turistas aprovechan para hacer compras, “cada minuto nos sale mejor de precio”, comentan en las tiendas.

A última hora de la tarde del miércoles, después de un intenso debate mediático en plena campaña electoral, el Banco Central de Turquía se dispuso a actuar. El CBRT anunció un aumento en los tipos de interés en 300 puntos básicos -de 13,5% a 16,5%- para frenar el desplome de la lira. En unos minutos esta recuperó parte de su valor y se situó a 4,56 por dólar. Sin embargo, a pesar de que tras la apertura de los mercados se auguraba una jornada de menos fluctuaciones -tras abrir a 4,65-, a las pocas horas el cambio volvió a perjudicar a la moneda nacional. De modo que el viernes el Banco Central adoptó otra medida y aceptó el pago de créditos en liras turcas y a una tasa de cambio fija.

Foto: Un ciudadano pasa junto a un cartel gigante del presidente Recep Tayyip Erdogan en Estambul, el 19 de abril de 2018. (EFE)

“Un líder que influya en la política monetaria”

La caída libre de la moneda turca aceleró su desplome después de que el Gobierno anunciara elecciones anticipadas. El día que se hizo pública la fecha el dólar tenía un valor de 4,02 liras turcas. Desde ese momento, la devaluación se disparó. El Ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan ha decidido adelantar la cita electoral 17 meses -estaban previstas para noviembre de 2019- y, como cualquier decisión inesperada, la novedad ha afectado a los mercados. Además, esta vez existe cierta incertidumbre sobre el resultado electoral y la victoria del partido en el poder, el AKP -Partido de la Justicia y el Desarrollo-, no está asegurada.

“Muchos sectores están cuestionando la independencia del Banco Central de Turquía y su capacidad para llevar a cabo una política monetaria”

“Pero la causa principal es las repetidas declaraciones del presidente turco de que disminuir las tasas de interés bajará la tasa de inflación”, advierte a El Confidencial Ozan Sakar, economista político y consultor de CFS Consulting -Corporative Finance Services-. La inflación de los precios en el país euroasiático es uno de los grandes obstáculos de su economía, con una tasa superior al 10%, se ha duplicado en el último año y medio. “Si quieres estabilizar los precios tienes que reducir esta inflación y la presidencia insiste en que esto se hace bajando las tasas de interés, cuando ésto no tiene ninguna base en ortodoxia económica o en teoría financiera. Es al revés”. Pero el Ejecutivo quiere mantener las tasas de interés bajas como una medida efectiva que convence al electorado.

En la deriva autócrata del líder turco, que persigue introducir un sistema de presidencia ejecutiva después de las elecciones, Erdogan ha realizado una serie de declaraciones que han asustado a los mercados. “Tenemos que ofrecer la imagen de un presidente que influye en las políticas monetarias”, dijo en una entrevista este mes. El mandatario turco pretende asumir un rol en la política financiera, algo que va en contra del principal órgano encargado en combatir la inflación. “Muchos sectores están cuestionando la independencia del Banco Central de Turquía y su capacidad para llevar a cabo una política monetaria”, asume Sakar, “cada vez ha habido más presión política” para que no subiera las tasas de interés, una medida impopular que interrumpe la estrategia del Gobierno “hasta que la lira turca ha estado fuera de control”.

placeholder El presidente Erdogan y su mujer saludan a simpatizantes en un evento del AKP, en Ankara, el 24 de mayo. (Reuters)
El presidente Erdogan y su mujer saludan a simpatizantes en un evento del AKP, en Ankara, el 24 de mayo. (Reuters)

¿Qué candidato prefieren los mercados?

Los líderes del 'establishment' turco han culpado a las “fuerzas extranjeras” del estrepitoso declive de la lira turca en las últimas semanas y, en la calle, son muchos los que comparten esta opinión. “Es un complot para acabar con el AKP en este periodo crucial pre-electoral”, comenta un hombre frente a una casa de cambio de Estambul. La crisis de la moneda turca se ha adueñado de la campaña a un mes de las elecciones y la economía y el desempleo han pasado a ser la principal preocupación de los electores en un país que ha sufrido importantes agresiones contra su seguridad. La mala racha de la economía puede pasar factura a Erdogan en la cita electoral del 24 de junio.

Los principales candidatos de la oposición han urgido al Presidente a que detuviera el despeño de la moneda. “Descubre los consejeros que te dan falsa información”, ha enunciado Muharrem Ince -el candidato del partido socialdemócrata CHP- en uno de sus mítines, “no interfieras en el Banco Central. Pospón las inversiones públicas que no sean urgentes”. Sus rivales políticos acusan al AKP del desmedido gasto público en construcción que han aumentado la deuda -hasta 450.000 millones de dólares- en los últimos años. Otra candidata presidencial, Meral Aksener -del partido nacionalista conservador Iyi Parti-, también ha exigido a Erdogan que retire el control sobre la economía, “elimina el estado de emergencia. Libera los brazos de la economía”, ha mantenido en un acto de campaña.

Durante años, los analistas han defendido que el AKP ha sido la baza más fiable para el progreso de los mercados en Turquía, “por garantizar un gobierno de un sólo partido, que es 'business-friendly', de políticas liberales, que apoya la privatización y que aplica una disciplina fiscal”, asegura Sakar. Sin embargo, en los últimos meses, el partido en el poder se ha alejado de algunos principios fiscales básicos y ha optado por políticas populistas para reforzar su apoyo en un momento de crisis política -como la obsesión por bajar las tasas de interés o aumentar las ayudas para las rentas más bajas- algo que, de manera casi inevitable, está inquietando a los mercados en un momento decisivo para que Erdogan pueda culminar su proyecto político.

“El precio de esta bebida -un café de una cadena internacional- ha bajado de 1,92 a 1,87 dólares en los 10 minutos que me ha costado beberla”, escribe una conocida reportera turca en una red social “Es la moneda turca en términos reales”. Esta fue la tónica general la semana pasada en la que un país entero observó, entre el miedo y la estupefacción, la mayor depreciación de su moneda. La lira turca estuvo cerca de sobrepasar el límite de las 5 unidades con respecto al dólar -alcanzó el récord histórico de 4,92- lo que supuso una pérdida del 20% en todo el año y una caída histórica en sólo 24 horas.

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