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Gibraltar vota en masa por seguir en la UE para evitar su aislamiento internacional
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Gibraltar vota en masa por seguir en la UE para evitar su aislamiento internacional

El 96% de los gibraltareños se manifestaron a favor de la permanencia del Reino Unido en la instituciones europeas, un asunto clave para el futuro de los habitantes del Peñón

Foto: La entrada a Gibraltar (Foto: Fernando Ruso).
La entrada a Gibraltar (Foto: Fernando Ruso).

La policía gibraltareña escolta el paso de Fabián Picardo en la entrada a su colegio electoral. Un entusiasta del Sí estrecha la mano de un agente. La imagen representa por sí misma la complicidad entre la autoridad y los partidarios del Sí. Gibraltar se la jugaba mucho en este referéndum. El 96% de los gibraltareños votaron por continuar en el bloque europeo, frente a apenas el 4 % que lo hizo por el Brexit. Con una participación electoral del 84%, 19.322 gibraltareños se manifestaron a favor de la permanencia y sólo 823 por la salida de la UE.

[Reino Unido abandona la UE: sigue en directo la información del Brexit]

Picardo votó, a las 10 en punto de la mañana, junto a su esposa Justine. El ministro principal de Gibraltar esperaba que los apoyos a favor del Sí fueran decisivos en el referéndum en todo el Reino Unido. En la calle nadie ha hecho campaña a favor del Brexit. Y los que han votado en contra de la permanencia de Reino Unido en la UE se tapan mucho. Hay algunos espontáneos que aparecen en comentarios en redes sociales, como en el muro de Facebook del ex militar Tito Vallejo Smith, como Steve Reeve o Tarik El-Yabani.

Adolfo Canepa, alcalde de Gibraltar y presidente del Parlamento, cree que Gibraltar se puede gobernar por sí misma y que los ‘llanitos’ no tienen ninguna obsesión con España. “Desafortunadamente Margallo sí la tiene con Gibraltar. Se comporta como un fascista, como en los peores tiempos de Franco, no sé lo que le ocurre. Está completamente obsesionado con Gibraltar. Con Miguel Ángel Moratinos era mucho mejor. El PSOE siempre ha sido mucho más razonable”.

Eugene House, de 79 años, fue director de Correos de Gibraltar. Hace campaña a favor del Sí, aunque reconoce el hecho diferencial del Reino Unido en el contexto europeo. “Nunca ha estado en las reuniones donde se toman decisiones importantes, vitales. Siempre ha estado en la periferia, es una Isla, que está en el Atlántico, y es lo que tenía que haber sido, una isla separada de Europa. Lo que pasa es que supieron cómo navegar a vela y luego a vapor”. Continúa House: “Nosotros no tenemos más remedio que votar para quedarnos dentro. Si es dentro y España nos meta el palo… pues tú verás si estamos fuera”.

“Gibraltar Stronger in Europe”

“Mira, me voy a hacer famosa”, bromea Inmaculada Pagés mientras Fernando Ruso la fotografía con su Canon EOS 5D. Inmaculada, pelirroja risueña, con tatuaje en la nuca, es auxiliar de enfermería y cuida a personas mayores. Trabaja muchas horas, demasiadas. “Algunos días, 13 horas”, contabiliza. La ventaja es que luego le dan suficiente días de descanso para recuperarse. Tiene 38 años y es natural de La Línea de la Concepción. “El autobús va lleno porque casi todo el mundo quiere votar a primera hora. Yo no sé nada, no me meto en estos asuntos de política”. Señoras mayores portan banderitas con las estrellas de la UE. “Gibraltar Stronger in Europe”, reza un cartel. Hay otro que se repite: “Vote RemaIN on June 23 rd”

Wendoline, 23 años, peluquera, es natural de Amberes. “¡Hay que votar In!”. Y lo explica con un inglés de inequívoco acento belga, a lo Amelie Nothomb: “Gibraltar necesita estar en Europa, no es una buena idea que se vaya fuera de Europa”. Tito Vallejo se toma, muy despacio, una cerveza en Casemates. En esta plaza, donde desemboca la calle Real (Main Street), un hombre se ha vestido de genio de la lámpara y parece intentar adivinar el resultado electoral de la madrugada. Otro expulsa gigantes pompas de jabón. La niñería está entusiasta. Hay fiesta.

Vallejo, 68 años, que se conoce los túneles secretos del Peñón, tiene un hermano en Plymouth, otro en Canadá y ocho nietos viviendo en Gibraltar. Suena el cornetín de llamada, el politono de su móvil. Es su hijo. Mañana queda con él y con uno de sus nietos. Muestra su orgullo: “Aquí el whisky es más barato que en Escocia. Y el petróleo cuesta más barato que España. Ya no somos oficialmente un paraíso fiscal y, como se dice, aquí muere un negocio y nace otro. Siempre hemos salido a flote”. Lo dice delante de su mujer, también ‘llanita’, de 37 años, y ojos claros.

“Pagamos muy pocos impuestos”

No le gustan las ínfulas de los británicos, esos comandantes de otro tiempo, que llegan a Gibraltar como si fueran lores. “Algunos vienen en plan ‘Sí, Gwana’. Son ‘snobs’, pero no la mayoría”. También niega que en este territorio británico, donde los monos ya son 300, una legión incontrolada, sea una colonia. “A nosotros nunca nos han chupado la sangre. Las excolonias siempre lo han pasado fatal. Y nosotros pagamos muy pocos impuestos, el Gobierno nos da muchas facilidades para los pisos y para que nuestros hijos estudien en universidades del Reino Unido”, señala.

Y recuerda episodios ya lejanos de cuando el vehículo de su abuela y el del gobernador de Gibraltar eran los mejores que circulaban por el Peñón. También del miedo que sentía toda su familia cuando viajaba “a España”. “Cuando llego aquí me siento bien. Los gibraltareños cruzamos la Verja y nos sentimos protegidos”. Él cobra dos pagas: una del Gobierno de Gibraltar y otra del Ministerio de Defensa.

Catalan Bay, más conocida como La Caleta, es la playa con más encanto de Gibraltar. Alguien dijo una vez, no sin chovinismo, que este era “el mejor sitio del mundo”. Esta semana llegaron a poner la “bandera colorada” por las olas. En el restaurante La Mamola sirven esta noche paella mixta y carabineros. En la zona también abundan los percebes y centollos. Al fondo, el desvencijado (por fuera, por dentro ya con Plan Renove) el hotel Caleta asoma en una equina de la playa. Una pista donde adolescentes descamisados juegan al fútbol-sala y parejas jóvenes con niños de entre 4 y 8 años completan la escena. Aquí se ven las tres cimas de Gibraltar.

Un exprofesor universitario dice que ha votado contra el Brexit, pero que entiende que “si viviera en Inglaterra lo haría a favor de abandonar la UE”

Anthony Aguilera tiene las rodillas llenas de arena, lleva gorra azul marino y bañador de colorines. Es ingeniero eléctrico jubilado, tiene 71 años y su mayor problema es si le echa a la ensalada atún o huevo duro. ¿Quién gana? “El atún, naturalmente”. Aguilera, que conoce a Vallejo desde la infancia (vivían a escasos 100 metros de distancia, en un tiempo donde en Gibraltar todos se conocían: aún conserva el ambiente de pueblo) prefiere vivir aquí “que en otra parte del mundo”. “Yo voy muy poco a España. La última vez que estuve en La Línea fue hace tres o cinco meses…”. Un exprofesor universitario gibraltareño dice que ha votado contra el Brexit, pero que entiende que “si viviera en Inglaterra lo haría a favor de abandonar la UE”.

Douglas jugó como adversario de Mágico González y con Aldana, el exfutbolista del Real Madrid natural de Algeciras. Porta cadenas de oro y un cabello revuelto, a lo Camarón de la Isla. Bebe cerveza en una inmensa jarra y es fan acérrimo del Liverpool. “Tú háblale del Liverpool, que entonces no para”. Douglas, de 62 años, no quiere fotos. Tampoco desea Brexit. “Tenemos que seguir en Europa”. Dentro de un par de semanas se irá de vacaciones a Torremolinos. “De vez en cuando hay que salir de aquí”. Media docenas de mujeres de unos 60 años escuchan a Douglas, que mira, con nostalgia irremediable, cómo juegan en la playa varios jóvenes al fútbol.

Dejando a un lado La Caleta, hay un par de villas coquetas como y la conocida como carretera de Birmania. La recién creada Universidad de Gibraltar, con apenas un año de existencia, se encuentra junto al faro, en una antigua edificación militar, y al lado de uno de los pocos descampados que existen en todo el Peñón. En la Universidad se celebró la noche electoral. Picardo y su equipo se retiró rozando ya las dos de la madrugada. Los resultados llegarían horas más tarde desde Reino Unido.

La policía gibraltareña escolta el paso de Fabián Picardo en la entrada a su colegio electoral. Un entusiasta del Sí estrecha la mano de un agente. La imagen representa por sí misma la complicidad entre la autoridad y los partidarios del Sí. Gibraltar se la jugaba mucho en este referéndum. El 96% de los gibraltareños votaron por continuar en el bloque europeo, frente a apenas el 4 % que lo hizo por el Brexit. Con una participación electoral del 84%, 19.322 gibraltareños se manifestaron a favor de la permanencia y sólo 823 por la salida de la UE.

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