Syriza, a la conquista del oro de Moscú
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, viaja hoy a Rusia para conseguir ayuda del Gobierno de Vladimir Putin a cambio de su apoyo dentro de la Unión Europa
¿Podría convertirse Grecia en un 'puente'entre Bruselas y Moscú? El primer ministro Alexis Tsipras así lo ha querido establecer poco antes de su viaje a la capital rusa de este miércoles, que se produce en un momento de extrema frialdad entre Rusia y Occidente con boicots, bloqueos y movimientos en el tablero de Ucrania.
Las sanciones que la Unión Europea ha impuesto a Rusia, siguiendo los pasos de Washington, tienen pocos detractores entre los países miembros. YGrecia es uno de ellos. Una baza que le parece suficiente a Tsipras para erigirse como el mejor aliado del presidente ruso dentro de la UE, el único que puede influir en la inamovible postura europea.
“Las sanciones son un camino a ninguna parte”, resaltaba el líder de la izquierda radical el lunes, a lo que añadía: “La nueva arquitectura de seguridad de Europa debería incluir a Rusia”. Los líderes de la Unión tuercen el gesto ante esta visita en medio de unas negociaciones con la troika (ahora ya cuarteto) que deberían encaminar a un tercer rescate o al menos a la finalización del segundo.
La tormenta en casa griega por los rumores de insolvencia y de futuro impago de pensiones y salarios públicos (el pago al FMI está garantizado) levanta suspicacias entre los 28. Especialmente ante laposibilidad de que Atenas pidaayuda a Moscú, a pesar de queesto siempre haya sido más un rumor que una realidad. Alemania se cura en salud y la califica de “apostar al caballo perdedor”.
Tsipras busca alternativas… aunque no las haya
La economía rusa no está para echarle una mano a Grecia. Y más teniendo en cuenta los precedentes:la ingente cantidad de dinero que es necesaria para mantenerla a flote. Putin lo sabe, como sabe que con un retroceso proyectado del 3,8% en su crecimiento para 2015 según el Banco Mundial y unas reservas de divisas famélicas no está en posición de hacer frente a ningún préstamo.
Sigue teniendo unas reservas de petróleo y gas enormes; y un ejército entre los mejores.Pero nada es suficienteconun conflicto abierto y con los precios de los combustibles a la baja. Por una alineación astral económica, las sanciones han golpeado a Rusia en el momento adecuado y el gigante se ha encontrado con una retórica vacía e inocua ante la burocracia de Bruselas.
Grecia, con su derecho de veto (aunque más como amenaza que como realidad)y una capacidad de negociación diplomática no comprobada todavía, es una tecla que Moscú está dispuesta a pulsar. ¿Qué puede ofrecer Rusia a cambioque no sea dinero? Tsipras ha destacado que la visita se centrará en la “cooperación comercial y financiera, las inversiones, la energía, el turismo y la cooperación en educación y cultura”.
Para Constantinos Filis, director de Investigación del Instituto de Relaciones Internacionales y experto en relaciones con Rusia, la visita de Tsipras es, sobre todo, “simbólica”. Grecia, asegura, tiene una capacidad limitada pero real de influir “en uno u otro sentido” en la extensión de las sanciones, aunque evidentemente tendrá que buscar aliados dentro de la unión para su causa. Rusia no tiene “nada que ofrecer” en términos de dinero, pero sí en otro tipo de acuerdos.
Como la mayoría de los países de la UE, Grecia es dependiente del gas ruso. El 57% de su suministro llega de las prospecciones de este país. Durante los últimos años, Atenas ha promovido la conversión de los calefactores de petróleo (más inseguros y más susceptibles a potenciar el contrabando) por los de gas natural, lo que todavía ha incrementado más su dependencia. Filis asegura que Grecia “podría negociar una rebaja de los precios del gas que llegan al país”.
Es por ello que a las conversaciones en Moscú se unirá el ministro de Energía, Panagiotis Lafazanis, que se reunirá con el CEO de Gazprom, Alexey Miller, con el que también se hablará sobre el proyecto de un gasoducto que llegaría a Grecia a través de Turquía en el que podría participar la griega DEPA, la empresa pública de gas natural.
Para Filis, este tema “estará sobre la mesa” aunque este nuevo proyecto no guste tampoco al resto de los socios europeos, que apuestan por el TAP, que trae este hidrocarburo desde mar Caspio evitando territorio ruso y en cuyo consorcio participa la española Enagás. El Gobierno de Syriza aseguró que el TAP no estaba en peligro y que respetaría lo acordado. Esta enorme construcción recorre de oeste a este el territorio heleno y la participación helena es fundamental.
Acuerdos puntuales sin salirse de la línea europea
Atenas podría llegar a "acuerdos puntuales, como que se excluyan los productos agrícolas griegos del embargo ruso a la producción europea”, destaca Filis. Para países como Grecia (también para Polonia) la falta de ayudas europeas al campo tras este bloqueo está asfixiando al sector. Y sin duda otro lazo económicos que no hay que desdeñar es el turismo, que depende de las buenas relaciones bilaterales.
Cada año miles de visitantes rusos inyectan divisas en un sector convertido en el único que respira en la economía griega, un área que no deja de crecer con la inestabilidad política de otros competidores más baratos como Túnez o Egipto.
Sin llegar a los extremos del partido comunista, las dos fuerzas en el Gobierno, Syriza y los Griegos Independientes (ANEL), tienen vínculos muy relevantes con Rusia, basados históricamente en los lazos religiosos y, por tanto, culturales, que les brinda la iglesia ortodoxa. El ministro de Defensa, Panos Kamenos, es uno de los puntales de esta relación fraternal.
Poco después de ganar las elecciones, Tsipras se reunió con los embajadores de China (otro gran socio comercial)y de Rusia. En esos días el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, ya veía “con buenos ojos” un supuesto rescate a Grecia sustituyendo al europeo. Sin embargo, el (mal) precedente de Chipre dejaba muy débiles las bases para un acercamiento.
Esta visita de Tsipras a Moscú se encuadra, según Filis, en “una nueva orientación de las relaciones internacionales” de Atenas, aunque no podrá hacerse nada que no esté dentro de las pautas de la Unión Europea. Para él,Grecia debe tener “cuidado” porque la mayor parte de los compromisos a los que pueda llegar deberán contar con el consenso del resto de sus 27 socios. Tsipras espera sacar petróleo de una situación nada favorable.
¿Podría convertirse Grecia en un 'puente'entre Bruselas y Moscú? El primer ministro Alexis Tsipras así lo ha querido establecer poco antes de su viaje a la capital rusa de este miércoles, que se produce en un momento de extrema frialdad entre Rusia y Occidente con boicots, bloqueos y movimientos en el tablero de Ucrania.
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