Los españoles pagamos la luz más cara de Europa. Y encima, la diferencia es más acusada para los hogares más modestos que para las grandes empresas. Nos cuesta el doble que a los franceses y un 40% más que a los daneses o finlandeses. Es decir, que no vale la explicación de que hace mucho frío.

Entonces, ¿por qué? El déficit tarifario, la sequía o los impuestos del carbón y el IVA son algunas de las razones, como cuenta Eduardo Segovia en el Moneytalks de esta semana.