Miles de personas han perdido la vida y otros miles han resultado heridas en Turquía y Siria tras un terremoto de magnitud 7,8 con epicentro en territorio turco, cerca de la frontera entre ambos países. Las autoridades temen que las cifras puedan seguir aumentando a lo largo de las horas, mientras los servicios de emergencia se afanan por encontrar a gente atrapada entre los escombros. El seísmo ha tenido su epicentro en el distrito de Pazarcik, situado en la provincia de Kahramanmaras, a menos de 100 kilómetros de la frontera siria y a unos 200 de Alepo. Horas después, la tierra ha vuelto a temblar, y un segundo terremoto de magnitud 7,6 ha sacudido a las 10:24 el sureste de Turquía.
El terremoto en Siria y Turquía de magnitud 7,8, en imágenes
La guerra en tres fases de Israel: bombardeos, invasión ¿y después?
El objetivo de Israel más allá de Gaza: nadie está mirando en el polvorín de Cisjordania
Fentanilo: el triángulo de la droga que enfrenta EEUU con China y México
Jerusalén: la clave de la paz imposible entre Israel y Palestina
Álbum | Todas las imágenes del tiroteo masivo en Lewiston, en el estado de Maine (EEUU)
Fortalezas y puntos débiles del ejército de Israel: ¿puede derrotar Hamas?
Vídeo, en directo | Siga el discurso de Joe Biden durante su viaje a Israel por el conflicto con Hamás
¿Qué come un soldado en el frente de Ucrania?
Israel declara el estado de guerra tras el ataque de Hamás, en imágenes
Por qué no cesa la guerra entre Israel y Palestina: claves de un conflicto infinito
Vídeo, en directo | Siga el debate sobre el Estado de la Unión Europea
Ucrania: la contraofensiva avanza, pero podría no servir de nada.
MÁS MULTIMEDIA
El terremoto de Marruecos, en imágenes
Europa nuclear: la mayor victoria de Francia sobre la "agenda verde" de Alemania
Cómo Alemania entregó el dominio de la industria solar a China
Crimea: principio del fin de la guerra o detonador de la escalada.
Mamba, Patriot y el choque de misiles entre Francia y Alemania en la defensa europea.
La historia detrás del mapa del colapso de Rusia que Putin no quiere ver