El truco del alfiler para mejorar la visibilidad en tu coche

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Llegan las navidades y las carreteras comienzan a llenarse de viajeros que se disponen a aprovechar las tan ansiadas vacaciones. En esta época, debido al frío, la lluvia, las heladas y la niebla, debemos de poner más que nunca los cinco sentidos en la carretera. Así, una correcta visibilidad es esencial a la hora de circular con seguridad, pero, aunque dispongamos de un vehículo bien equipado, hay muchos factores que influyen en la visibilidad de la que disponemos cada vez que arrancamos nuestro coche.

Desde nuestra condición física: la capacidad visual o el cansancio, hasta factores de tipo meteorológico, ya que, como es lógico, no es lo mismo tener que conducir por la noche que hacerlo a plena luz del día, de la misma manera que no es lo mismo hacerlo con el cielo completamente despejado que en medio de un denso banco de niebla. En cualquier caso, además de hacer un buen uso de las luces y los limpiaparabrisas, hay algún truco que nos puede servir de ayuda.

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En ocasiones el sistema de eyección de agua deja de funcionar correctamente, ya que los pequeños eyectores que lo componen se desvían o se atascan, haciendo que la dispersión del agua no sea correcta. En estos casos, podemos recurrir al truco del alfiler para recuperar la potencia de los pequeños chorros que tienen como cometido limpiar el cristal. Únicamente tendrás que introducirlo con mucho cuidado en los orificios correspondientes.

Mantenimiento de los limpiaparabrisas

De esta manera lograrás retirar cualquier resto de suciedad o cal que se haya podido quedar adherida, pero es que, además, con el alfiler dentro, podrás moverlos para dirigir el chorro de detergente hacia el cristal de manera mucho más controlada. Después, tendrás que comprobar que el truco ha surtido efecto y, de ser así, tendrás el sistema de limpieza de cristales a punto para comenzar con tu viaje.

Por otro lado, si sabemos que va a caer una helada o va a nevar, y el vehículo está estacionado en la calle, es aconsejable poner un cartón o un plástico entre las escobillas y el parabrisas. Asimismo, es recomendable llevar anticongelante en el líquido limpiaparabrisas para evitar que la lengüeta de goma de la escobilla se congele y se rompa. Tampoco se deben activar las escobillas si el parabrisas está congelado o hay mucha nieve sobre él, puesto que se dañarían las propias escobillas o el motor del limpiaparabrisas al atascarse o pegarse por culpa del hielo o la nieve.

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También es recomendable revisar las escobillas una vez al año y prestarles especial atención en los meses de otoño. Los cambios de temperatura pueden dañar la goma y cuando se ponen en funcionamiento pueden quedar marcas o provocar daños en el cristal. Es relevante tener en cuenta que, cuanto más tiempo pasa, la goma más se endurece y se daña, provocando ruidos y saltos bruscos cuando el limpiaparabrisas está en marcha. Si es nuestro caso, habrá llegado el momento de cambiar las escobillas.