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El 'chaval' cumple 40 años: nos damos una vuelta por Barcelona con el primer SEAT Ibiza
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Fue el primer coche del actual rey Felipe

El 'chaval' cumple 40 años: nos damos una vuelta por Barcelona con el primer SEAT Ibiza

El SEAT Ibiza acaba de soplar 40 velas, convertido en el coche más vendido por la marca española en toda su historia: más de seis millones de unidades. Y para celebrarlo, lo hemos vuelto a conducir, acompañado de todos sus herederos

Foto: El primer Ibiza, nacido en 1984, fue diseñado por el italiano Giorgetto Giugiaro. (SEAT)
El primer Ibiza, nacido en 1984, fue diseñado por el italiano Giorgetto Giugiaro. (SEAT)

Producido entre 1984 y 1993 en la histórica factoría de Zona Franca de Barcelona, el primer Ibiza supuso un verdadero hito para la compañía española, pues marcó el inicio de SEAT como fabricante independiente, un proceso cuyo pistoletazo de salida había tenido lugar, años antes, con el lanzamiento del Ronda, primer modelo de la marca con un nombre de localidad española y que provocó que la firma barcelonesa litigara con Fiat, que acusaba a SEAT de haber plagiado su Ritmo. Los jueces del tribunal internacional, sin embargo, dictarían sentencia absolutoria, al comprobar que el Ronda tenía suficientes diferencias con el modelo italiano como para ser considerado un coche diferente.

placeholder El Ibiza 1.5 GLX de color rojo, recientemente añadido a la colección, no había sido matriculado.
El Ibiza 1.5 GLX de color rojo, recientemente añadido a la colección, no había sido matriculado.

Sin embargo, el Ibiza sería el primer coche desarrollado totalmente por SEAT, aprovechando la experiencia acumulada durante décadas con la producción de vehículos míticos como el 1400, el 1500, el 600, el 850, el 124, el 1430, el 127 o el 131, pero también la de socios bien elegidos por los responsables de la marca en aquella época, como el italiano Giorgetto Giugiaro, que se ocupó del diseño exterior; Karmann, responsable del interior y la estructura, o Porsche, que aportó la tecnología de los motores, firmados en la tapa de la culata con la denominación System Porsche.

placeholder Del primer Ibiza se fabricaron casi 1,3 millones de unidades entre 1984 y 1993.
Del primer Ibiza se fabricaron casi 1,3 millones de unidades entre 1984 y 1993.

En el momento de su lanzamiento había tres niveles de equipamiento disponibles: L, GL y GLX, todos ellos asociados a motores de gasolina de 1,2 y 1,5 litros, siendo este último el tope de gama en aquel momento, con sus 86 CV de potencia. Y dada su relevancia, no es de extrañar que la marca conserve dos unidades del Ibiza 1.5 GLX de serie en su colección de SEAT históricos. Una de ellas es la que probamos por Barcelona, de color gris y con el número de chasis 407, de manera que fue uno de los primeros Ibiza salidos de la factoría, del total aproximado de 1,3 millones de coches que se fabricarían de aquella primera generación hasta 1993. Concretamente, 1.281.648 coches, lo que demuestra el éxito de un modelo que resultó muy innovador en su época. Por su diseño de Giugiaro e Italdesign, por el trabajo de Karmann y por la aportación técnica de Porsche bajo el capó, como decíamos antes, pero también por su arquitectura, que se benefició de una especie de improvisación de última hora: como el Ibiza fue creado sobre la plataforma de un coche más grande, los diseñadores debieron cortar al máximo los voladizos delantero y trasero, de modo que el resultado fue un coche corto (3,68 metros) con larga distancia entre ejes (2,44 metros), lo que favorecía la amplitud interior y se adelantaba a una tendencia que se impondría en el futuro.

placeholder El primer Ibiza tenía el volante muy horizontal y prescindía de palancas de luces y limpiaparabrisas.
El primer Ibiza tenía el volante muy horizontal y prescindía de palancas de luces y limpiaparabrisas.

El segundo Ibiza 1.5 GLX de la colección, con carrocería de color rojo, se ha incorporado mucho más recientemente a los fondos de la nave A-122 donde SEAT guarda sus joyas, pues fue adquirido por la marca directamente a un concesionario que nunca lo había matriculado, y que lo guardaba, impoluto, con solo 64 kilómetros acumulados en su marcador. Ahora, casi cuatro décadas después de que fuese fabricado, el coche ya ha sido por fin matriculado, aunque como vehículo histórico, lo que le habilita para circular por zonas que de otra manera estarían prohibidas para ellos. De hecho, la mayoría de los coches de producción que guarda SEAT en su nave A-122, una especie de templo para los nostálgicos y los amantes del automóvil que pide a gritos servir de base a un museo, tienen matrícula de vehículo histórico y pueden ser conducidas en tráfico abierto, aunque en esta ocasión nos íbamos a centrar en la saga Ibiza, coincidiendo con su 40 aniversario.

Un 40 cumpleaños que la firma española celebra, de hecho, lanzando un SEAT Ibiza FR Aniversario, disponible con motores de gasolina 1.0 TSI y 1.5 TSI, de 115 y 150 CV respectivamente. Es con él con el que iniciamos la ruta camino de la montaña de Montjuic, donde tendremos oportunidad de conducir también las cuatro generaciones anteriores. Y como somos gente de orden, nos fuimos de inmediato hacia ese primer Ibiza de color gris de 1984, con sus características llantas de 32 radios. Si por fuera el coche está impecable, por dentro el estado de conservación también es magnífico, empezando por la tapicería de sus amplias butacas.

placeholder Las llantas de 32 radios, uno de los elementos estéticos mas personales del Ibiza GLX.
Las llantas de 32 radios, uno de los elementos estéticos mas personales del Ibiza GLX.

Nos acabamos de bajar de la quinta generación, con motor 1.5 TSI de 150 CV y el completo equipamiento FR Aniversario, y retroceder 40 años hasta este primer Ibiza 1.5 GLX tiene su aquel. Aunque, en realidad, no estaba descubriendo el primer Ibiza, sino que lo estaba volviendo a conducir. Uno ya peina canas, y este primer Ibiza pasó en su día por mis manos. Concretamente, unidades ya reestilizadas posteriores a 1988, cuando se le llamó Ibiza New Style, el motor 1.5 evolucionó hasta rendir 90 CV y la gama se coronaba con el Ibiza SXi de inyección, de 100 CV.

La ergonomía no era su fuerte

Y cuando entras y te acomodas, hay cosas que te llaman poderosamente la atención, como la escasa sujeción lateral de los asientos delanteros en aquella primera generación o la posición bastante horizontal del volante, un defecto provocado por ese recorte del voladizo delantero del que hablábamos antes: frontal más corto, caña de dirección más vertical y, por tanto, volante menos inclinado. De ahí que para maniobrar a coche parado, hubiese que mover el cuerpo, sobre todo si el conductor no era muy alto o no tenía muy largos los brazos. Además, los mandos en torno al volante eran de lo más originales, por llamarlos de algún modo. O, más que originales, incómodos; porque se prescindió de palancas tradicionales y se optó por interruptores y botones, como los que accionan los limpiaparabrisas, en la zona derecha, o los botones de las luces, en la parte izquierda. Y no digamos los intermitentes, que se activan con un raro selector a la izquierda del volante.

placeholder Nuestro Ibiza de 1984, con chasis número 407, durante el test por Barcelona.
Nuestro Ibiza de 1984, con chasis número 407, durante el test por Barcelona.

Además, el primer Ibiza todavía contaba con estárter manual, un dispositivo que no es necesario explicar a los más veteranos, pero que resultará desconocido para los más jóvenes, porque tirando de él, mezclamos el aire con el combustible en la relación adecuada, acercándonos al ideal: 14,8 gramos de aire por cada gramo de gasolina. Y aunque la temperatura no es baja en esta mañana barcelonesa, tiramos del estárter, situado bajo el volante, para que el motor vaya más redondo en los primeros minutos de funcionamiento. Eso no hace más que trasladarnos al pasado, del mismo modo que la dureza de la dirección cuando empezamos a maniobrar para salir del aparcamiento: no hay dirección asistida. Además, nuestro Ibiza I hace una cosa que entonces era frecuente en muchos coches: la aguja del nivel del combustible oscila un poco arriba y abajo a medida que aceleramos, frenamos o nos metemos en una curva.

placeholder Tuvimos ocasión de volver a probar todas las generaciones del Ibiza para constatar su evolución.
Tuvimos ocasión de volver a probar todas las generaciones del Ibiza para constatar su evolución.

Y es evidente que, cuando lo conduces, la sensación es de coche viejo. Porque 40 años es mucho. Dirección pesada y con volante poco ergonómico, asientos planos y algo blandos, mandos incómodos y poco intuitivos, palanca de cambios con un manejo poco preciso y recorridos largos entre marchas... Pero no hay que pensar en un vehículo especialmente lento, porque los 86 CV de este motor con 1.461 centímetros cúbicos debían mover un conjunto mucho más ligero que los coches actuales, bien por debajo de la tonelada, de manera que las aceleraciones son correctas. Aunque también un poco ruidosas, sobre todo por el sonido que proviene de la transmisión. Y alcanzaba ya 175 km/h de velocidad punta, lo cual no estaba nada mal.

placeholder SEAT conmemora los 40 años del Ibiza con las versiones especiales FR Aniversario.
SEAT conmemora los 40 años del Ibiza con las versiones especiales FR Aniversario.

Circulamos sobre todo por la zona de Montjuic hasta completar unos cuantos kilómetros, y pronto nos damos cuenta de que el primer Ibiza se ha convertido en un clásico. Porque la gente lo mira. Puede que todavía queden unos cuantos miles de unidades de esta generación circulando por las calles, pero ya no es tan fácil encontrar coches en tan buen estado como los de SEAT históricos. Y nos pasará lo mismo minutos después cuando nos pongamos al volante de la segunda generación, desvelada en 1993, diseñada también por Giugiaro y que ya se fabricaba en la moderna factoría de Martorell, dentro ya de la actual etapa en el seno del grupo Volkswagen. Un Ibiza II del que se produjeron 1.522.765 coches hasta el año 2002 y que también forma parte de la colección de la marca española; concretamente su versión GTi 16V.

placeholder El segundo Ibiza, lanzado en 1993 y fabricado ya en Martorell, junto al modelo de 1984.
El segundo Ibiza, lanzado en 1993 y fabricado ya en Martorell, junto al modelo de 1984.

De hecho, SEAT tiene en esa colección una representación de todas las generaciones del Ibiza: de la tercera, fabricada entre 2002 y 2009, diseñada por el también italiano Walter de Silva y que sumó 1.220.641 unidades, o de la cuarta, vigente de 2008 a 2017, obra del belga Luc Donckerwolke y de la que se fabricaron 1.481.075 coches.

El coche del príncipe Felipe

Pero en esa colección magnífica de SEAT históricos, compuesta ahora por 170 modelos entre coches de serie, prototipos o vehículos de competición, hay lugar también para otros Ibiza quizás menos conocidos, como el Ibiza Cabrio de 1985, fruto de una propuesta de la marca española a los diseñadores de Italdesign y que se plasmó en una serie de prototipos que nunca llegarían a pasar de ahí. Pero en la nave A-122 de Zona Franca hay uno y, según nos cuentan, tiene su capota de lona en perfecto estado de funcionamiento.

placeholder La colección de SEAT históricos en la nave A-122 de Zona Franca cuenta ya con 170 coches.
La colección de SEAT históricos en la nave A-122 de Zona Franca cuenta ya con 170 coches.

Y otra de las joyas preservadas por SEAT históricos es un Ibiza de la primera generación con carrocería pintada en color dorado. Máxima exclusividad, porque ese tono nunca estuvo disponible en los coches de serie, al igual que su alerón posterior doble, pues al alerón superior se sumó otro más abajo. Aunque, como nos cuenta Isidre López, responsable de la colección y auténtica enciclopedia viviente del pasado de SEAT, lo más personal de esta curiosa unidad del primer Ibiza no estaba a la vista, sino bajo el capó, pues su motor 1.5 de gasolina recibía ya un sistema de inyección, cuando el resto de la producción se conformaba con carburadores. De hecho, habrían de pasar casi cuatro años para que la gama Ibiza recibiese esa inyección electrónica.

placeholder Una de las joyas de la colección es el Ibiza dorado que el rey Juan Carlos regaló al entonces príncipe Felipe.
Una de las joyas de la colección es el Ibiza dorado que el rey Juan Carlos regaló al entonces príncipe Felipe.

Además, ese Ibiza dorado con doble alerón, motor con inyección y las siglas SXi bajo el logotipo de SEAT no fue en realidad un prototipo, sino un coche de calle que la marca española desarrolló a la medida y por encargo del rey Juan Carlos, que decidió regalar un coche a su hijo Felipe, entonces príncipe, tras obtener el carné de conducir. Eran otros tiempos y la firma barcelonesa, además de crear un Ibiza único, decidió regalar aquel coche al rey, al tiempo que organizaba una sesión de pruebas en un circuito catalán para que el príncipe se hiciese a su nueva máquina, que varias décadas después vuelve a formar parte del patrimonio histórico de la marca, magníficamente conservado por López y su equipo de especialistas, que continúan rastreando el país en busca de más joyas para su colección.

Producido entre 1984 y 1993 en la histórica factoría de Zona Franca de Barcelona, el primer Ibiza supuso un verdadero hito para la compañía española, pues marcó el inicio de SEAT como fabricante independiente, un proceso cuyo pistoletazo de salida había tenido lugar, años antes, con el lanzamiento del Ronda, primer modelo de la marca con un nombre de localidad española y que provocó que la firma barcelonesa litigara con Fiat, que acusaba a SEAT de haber plagiado su Ritmo. Los jueces del tribunal internacional, sin embargo, dictarían sentencia absolutoria, al comprobar que el Ronda tenía suficientes diferencias con el modelo italiano como para ser considerado un coche diferente.

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