Esta fábrica madrileña produce cada año 120 millones de sensores y motores para Porsche
Nos adentramos en el centro más importante de Bosch en España para conocer los proyectos en los que trabajan a diario casi 800 empleados. Allí se producen desde sensores de todo tipo para el automóvil hasta componentes de motores eléctricos
Bosch y la industria del automóvil siempre han estado ligadas, ya que la compañía alemana ha sido la encargada de desarrollar y patentar tecnologías que hoy en día son parte de los automóviles que conducimos. Una de ellas fue el ABS en los años 70, cuando el Mercedes-Benz Clase S y el Clase E de la época montaron este sistema. En 1995, sucedió lo mismo con el Control de Estabilidad, ya que tuvo los mismos protagonistas: Bosch y Mercedes-Benz. Y es que aunque pueda parecer que Bosch se dedica a otras líneas de negocios como los electrodomésticos, el 60% de su actividad se corresponde a la industria del automóvil, y muchos de estos proyectos, nacen y se desarrollan en la fábrica que el grupo tiene en Madrid, en concreto, en la Calle García Noblejas, la cual hemos tenido ocasión de visitar con motivo del Bosch Innovation Day organizado por la compañía.
En nuestra visita, los responsables de la fábrica dejaron presente en repetidas ocasiones la importancia que tiene la innovación para Bosch, tanto que forma parte del eslogan de la emrpesa. A modo de ejemplo, el grupo facturó en 2022, 88.200 millones de euros, y la empresa alemana reinvirtió el 8,2% de sus ventas en I+D (7.200 millones de euros), con alrededor de 85.000 empleados dedicados a esta actividad profesional, de los 421.338 personas que trabajan para el grupo en 240 fábricas repartidas en todo el mundo. Este número de empleados se desglosa del siguiente modo: 50% en Europa, 32% en Asia y 18% en América.
Este papel tan importante de la inversión es clave para nuestro país, tal y como afirma Carlos Conde, vicepresidente técnico de Bosch Fábrica Madrid: “España es un país de producción de alto coste, por ello, la innovación es fundamental para seguir siendo productivo”. De esta manera, Bosch España colabora con otras empresas, universidades, organismos públicos y entidades para desarrollar soluciones y tecnologías que buscan mejorar tanto la competitividad industrial como productiva. De hecho, algunos de los proyectos desarrollados en la planta madrileña han recibido financiación europea, del Ministerio de Ciencia e Innovación, o del Centro para el Desarrollo Técnico Industrial (CDTI).
La planta de Madrid en cifras
Bosch España tiene 17 centros en nuestro país, cuenta con 8.000 empleados y en 2022 facturó 2.448 millones de euros, invirtiendo un total de 58 millones de euros. Y de todos estos centros, el más importante de la compañía en España es esta fábrica madrileña, englobada en la división Automotive Electronics de Bosch, que facturó 244 millones de euros el año pasado, invirtió 14,2 millones de euros y trabajan 795 empleados. Esta se dedica principalmente a la producción de sensores de aceleración, de presión y de ultrasonidos utilizados en diferentes Sistemas Avanzados de Ayuda a la Conducción (ADAS) como la ayuda al aparcamiento. En un año natural, de Madrid salen 120 millones de sensores para todo el mundo. Para ello, la fábrica sigue un modelo altamente conectado donde se utiliza la automatización del transporte de material, la Realidad Aumentada para mejorar la eficiencia y calidad de sus operaciones, y se gestionan diariamente más de 100 millones de datos. “Es importante procesar esta información en cada área y en cada fábrica del mundo, ya que de este modo, podemos conocer las debilidades y fortalezas de cada planta”, explica Conde.
Uno de los ejes de nuestra visita se centra en la tecnología Hairpin, consolidada como un pilar fundamental en la fabricación de motores eléctricos. Este se basa en un proyecto para crear una celda robótica especializada, que permite optimizar la gestión de herramientas y reducir los tiempos de inicio de producción. El proceso de revirado, en particular, es de vital importancia debido a la complejidad de dar forma a cientos de hilos simultáneamente. Esta celda robótica de revirado permite un sistema que se adapta desde la creación de prototipos de nuevos productos hasta la producción en masa. De hecho, dichos componentes para motores eléctricos salen de la planta de Madrid y se emplean en marcas como Porsche y en modelos como el Mercedes-Benz Clase S, ya que es válido tanto para híbridos enchufables como para eléctricos. Al mismo tiempo, también está presente en las e-bikes, un campo por el que Bosch está apostando con mucha fuerza, nos apuntan desde la compañía.
Otro proyecto vinculado a la industria automovilística es el diseño y construcción de máquinas, así como líneas de montaje completas en la fabricación de baterías para el vehículo electrificado. Aquí el objetivo no es otro que ofrecer soluciones “llave en mano” a los fabricantes de baterías. Además, el año pasado, Bosch recibió cuatro millones de euros del PERTE VEC a sus plantas de Aranjuez, Madrid, y a su equipo de desarrollo de chips en Valencia. Un escenario que ha permitido traer nuevos proyectos a España, en concreto en la planta de Aranjuez, de cara a desarrollar proyectos relacionados con la movilidad del futuro.
Más proyectos con ayuda europea
Como decíamos, además de la innovación, la colaboración público-privada es vital para que compañías como Bosch saquen proyectos adelante. En nuestra visita, la empresa nos mostró tres de ellos que han sido desarrollados gracias a la ayuda de fondos europeos. El primero, denominado iToBoS (Intelligent Total Body Scanner for Early Detection of Melanoma), tiene como principal objetivo la detección temprana del melanoma mediante la utilización de un escáner de cuerpo completo y una herramienta de diagnóstico asistido por computadora, que permite integrar varias fuentes de datos, tales como registros médicos, datos genómicos e imágenes en vivo para ofrecer diagnósticos personalizados y rápidos.
El segundo es Hormigorobots, y está enfocado a la biomimética y a la tecnología de realidad aumentada. Estos Robots Móviles Autónomos tienen el objetivo de generar entornos productivos más flexibles y encargarse de aquellas tareas que no aportan valor añadido al trabajador. Dichos robots deben su nombre al comportamiento social de las hormigas, ya que se encargan de transportar materiales a las líneas de producción y gestionar la logística. Al mismo tiempo, dentro de este proyecto, se han desarrollado gafas de realidad aumentada para la formación y la visualización de indicadores de rendimiento.
Por último, la fábrica de Madrid nos presentó el proyecto Shop4cf, que tiene un cometido similar a Hormigorobots, ya que busca equilibrar la automatización y la participación de los trabajadores en la fabricación. Por ello, Bosch ha desarrollado un robot móvil autónomo, capaz de suministrar material a las diferentes máquinas de las líneas de producción, actividad que actualmente realiza un operario, y que permite destinar al trabajador a otras tareas de mayor valor.
Bosch y la industria del automóvil siempre han estado ligadas, ya que la compañía alemana ha sido la encargada de desarrollar y patentar tecnologías que hoy en día son parte de los automóviles que conducimos. Una de ellas fue el ABS en los años 70, cuando el Mercedes-Benz Clase S y el Clase E de la época montaron este sistema. En 1995, sucedió lo mismo con el Control de Estabilidad, ya que tuvo los mismos protagonistas: Bosch y Mercedes-Benz. Y es que aunque pueda parecer que Bosch se dedica a otras líneas de negocios como los electrodomésticos, el 60% de su actividad se corresponde a la industria del automóvil, y muchos de estos proyectos, nacen y se desarrollan en la fábrica que el grupo tiene en Madrid, en concreto, en la Calle García Noblejas, la cual hemos tenido ocasión de visitar con motivo del Bosch Innovation Day organizado por la compañía.