Probamos el Mercedes-Benz EQE SUV, un eléctrico que prioriza confort y tecnología

Mercedes-Benz sigue dando pasos en su gama 100% eléctrica. En el último año, la marca de la estrella ha lanzado modelos como el EQS SUV, un todocamino lujoso de grandes dimensiones (mide 5,13 metros de largo), o el EQE, la reinterpretación eléctrica del Clase E clásico. Y ahora es el turno del EQE SUV, otro todocamino lujoso pero basado en la berlina EQE y, por tanto, de tamaño más comedido: 4,8 metros de largo, 1,9 metros de ancho, 1,6 metros de altura y una distancia entre ejes de tres metros. Todo ello, redondeado con un coeficiente aerodinámico Cx de 0,25, que contribuye al confort y dinamismo de este SUV eléctrico, tal y como hemos podido comprobar en una primera prueba de conducción, de algo más de una hora.

El EQE SUV es el octavo modelo eléctrico del fabricante alemán, una historia que comenzó en 2018 con el EQC, que ya no se fabrica. Ya disponible en nuestro país, las primeras entregas tienen lugar en estos días. La versión de acceso a la gama es el EQE 350+, que parte de los 91.575 euros y ofrece 215 kW (292 CV) y 565 Nm de par motor. Es la única variante con tracción trasera, pues a continuación se posiciona el EQE 350 4Matic, con la misma potencia, pero con un par motor mayor de 765 Nm y un precio que arranca en 94.375 euros, y el EQE 500 4Matic, que eleva la potencia hasta los 300 kW (408 CV) y también su precio: desde 95.825 euros. Y como topes de gama hay dos versiones AMG: el EQE AMG 43 4Matic de 476 CV y el EQE AMG 53 4Matic+ con 626 CV, si bien con el paquete opcional AMG Dynamic Plus y función Boost, la potencia se eleva hasta los 687 CV.

Fabricado en la planta de Tuscaloosa, Alabama (Estados Unidos), todas sus versiones están equipadas con una batería de iones de litio de 90,6 kWh, a excepción de la variante EQE 350 4Matic, dotada de una con 89 kWh. Respecto a su autonomía, el EQE 350+ dispone del mayor alcance, 590 kilómetros, mientras que en el EQE 350 4Matic se reduce a 558 kilómetros; y en el 500 4Matic, a 547 kilómetros, según la homologación WLTP. En cuanto a su recarga, el EQE SUV admite hasta 170 kW de potencia en corriente continua. De este modo, en un punto de carga rápida es posible pasar del 10 al 80% en 32 minutos. Si se recurre a un wallbox de 7,4 kW, el tiempo empleado será de 14 horas y 15 minutos. En corriente alterna, el modelo admite 11 kW de potencia; 22 kW en opción.

Cómodo y suave a partes iguales

Una vez que nos adentramos en el EQE SUV necesitamos varios minutos para asimilar todo lo que vemos. Y es que los eléctricos de Mercedes-Benz son coches con tanta tecnología que tienes la sensación de necesitar semanas para entender todo lo que ofrece. La unidad a la que estamos subidos es una versión EQE 350 4Matic, que lleva de serie el sistema MBUX, formado por un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y una pantalla central de 12,8 pulgadas, con la que es posible controlar todas las funciones o parámetros que se nos pasen por la cabeza. De hecho, al volante, el Head-up Display se complementa perfectamente, pues ofrece información básica como la velocidad o las indicaciones de la navegación.

En opción, es posible equipar el MBUX Hyperscreen, que cambia la película por completo. Este sistema hace que todo el salpicadero del vehículo, que cubre 1,41 metros, esté formado por tres pantallas: se repite la del cuadro de instrumentos con 12,3 pulgadas, entra en escena una enorme pantalla de 17,7 pulgadas en la consola central y aparece una tercera en el lado del acompañante, también de 12,3 pulgadas. Esta última tiene particularidades, y es que permite al pasajero abstraerse de conductor y resto de pasajeros, ya que puede conectar sus propios cascos y, por ejemplo, ir viendo vídeos durante el viaje. Su posición está diseñada para que el conductor apenas pueda ver qué hay en ella, y así evitar distracciones.

Dinámicamente, el EQE SUV es un eléctrico muy cómodo de conducir. En líneas generales, es un coche suave, con un tacto de conducción muy bueno, en el que recorrer kilómetros se convierte en una tarea fácil. Pasa las curvas con aplomo, aunque es cierto que a ritmos vivos le afectan las inercias. No obstante, en las primeras maniobras, destaca su notable agilidad, ya que está disponible un sistema de dirección en el eje posterior que permite un ángulo de giro de hasta 10 grados, y hasta 2,5 grados al circular a velocidades superiores a 60 km/h. Aunque parezca mentira, en el puesto de conducción se nota esa ayuda y cómo la parte trasera gira levemente.

Otro de los puntos que llama la atención es que suena más el impacto del aire en el vehículo que la propia rodadura, pues el motor no emite ningún tipo de ruido. Su insonorización es tan buena, que desde fuera comprobamos que su sistema de sonido surround Burmester 3D con tecnología Dolby Atmos no se escucha. Y eso que está formado por 15 altavoces y rinde 710 vatios de potencia total.

Al mismo tiempo, también dispone de suspensión neumática Airmatic con amortiguación continua ADS+, que el EQE SUV puede equipar de forma opcional, y que permite aumentar la altura libre al suelo en hasta 30 milímetros. Además, las versiones 4Matic, es decir, casi todas, disponen de un programa de conducción adicional denominado Offroad, que optimiza diversas funciones para un mejor comportamiento fuera de la carretera, uniéndose a los programas nomrales Eco, Comfort, Sport e Individual, este último para configurar la puesta a punto a gusto del usuario.

Retención configurable

Durante la conducción, y a través de las levas situadas tras el volante, que por cierto tiene un tacto muy agradable, se pueden seleccionar los distintos niveles de retenciónn, que son D+, D y D-. El modo menos intrusivo no hace ningún tipo de frenada, el modo intermedio retiene lo habitual en estos casos, y el modo más intenso logra detenernos casi por completo. Por lo tanto, podemos decir que con este último, estamos ante una función one pedal, es decir, sin necesidad de tocar el freno podemos conducir, ya que la retención es tan grande que pocas veces tendremos que frenar para detener el coche por completo.

Si echamos un vistazo atrás, el espacio en el habitáculo es bueno, tanto en las plazas delanteras como traseras. De hecho, este SUV transmite la sensación de ofrecer una buena combinación entre dimensiones y el mencionado espacio. Por lo tanto, tenemos sitio para cinco ocupantes y sus respectivos equipajes, con un maletero que homologa una capacidad de carga de 520 litros. Si se abate la segunda fila, el volumen alcanza los 1.675 litros. Además, los asientos traseros pueden estar menos inclinados, con una posición de carga opcional para desplazarlos 10 grados hacia delante, redundando en un maletero de 580 litros.

Y es que el EQE SUV tiene detalles, como sus hermanos de gama, para convertirse en un coche especial. Por ejemplo, dentro del programa Energizing Comfort, hay un sistema denominado Power Nap, que crea un ambiente relajado en el interior, como si se tratase de una siesta, que el usuario puede utilizar, por ejemplo, mientras realiza la recarga eléctrica. O de forma opcional, es posible integrar un filtro HEPA que retiene los malos olores, el polvo, el polen o hasta los vapores de azufre.

Otra tecnología del nuevo eléctrico de Mercedes-Benz es la posibilidad de ofrecer sonido, pues el EQE SUV, además de ser eléctrico, es un vehículo que pone a disposición cuatro mundos sonoros: Silver Waves, Vivid Flux, Roaring Plus y, recientemente, se ha añadido Serene Breeze, un sonido relajado y natural. Además, estos sonidos artificiales se adaptan al estilo de conducción del usuario. En definitiva, el Mercedes-Benz EQE SUV incluye multitud de sistemas y tecnologías, pero si el usuario echa de menos alguna función, es posible activar funciones adicionales a través de la actualización Over-the-Air (OTA). Es decir, se puede personalizar el SUV de la marca de la estrella después de la compra y modificar la configuración original del coche.