El Dodge Charger Daytona, primer 'muscle car' eléctrico, tendrá hermanos de gasolina

A mediados de los años 60 del pasado siglo surgió en Estados Unidos un nuevo tipo de coche, con precios accesibles y mecánicas sencillas pero muy potentes, que rápidamente cuajó entre los automovilistas que amaban las prestaciones y las fuertes sensaciones. Habían nacido los llamados muscle cars, vehículos vitaminados cuyo éxito aseguró su existencia durante décadas, de forma más o menos continuada. Es el caso del Ford Mustang o del Chevrolet Camaro, entre otros, mientras que Chrysler respondía poco después con el Charger, presentado definitivamente en el otoño de 1965 y que fue evolucionando con sus diferentes generaciones.

La última, lanzada en 2011, gozó de gran aceptación por parte del público hasta el cese de producción el pasado año, cuando el grupo Stellantis, propietario actualmente de la marca Dodge, anunció que pronto habría un nuevo Charger y que ya sería eléctrico. O, más exactamente, el primer muscle car eléctrico de la historia. Y como lo prometido es deuda, el grupo dirigido por el portugués Carlos Tavares destapa ahora por fin ese nuevo Dodge Charger, octava generación ya de la saga y que debuta en forma de Charger Daytona totalmente eléctrico, con una versión Scat Pack en la cumbre que rendirá 670 CV de potencia y acelerará de cero a 60 millas por hora (96 km/h) en unos 3,3 segundos, pudiendo cubrir el primer cuarto de milla (unos 400 metros) desde parado en 11,5 segundos, un tiempo jamás alcanzado por ningún otro muscle car hasta la fecha. Porque, hasta hoy, todos han sido de gasolina.

Pero los clientes que quieran un Charger eléctrico no solo dispondrán de la brutal versión Scat Pack, pues Dodge también ofrecerá otras variantes del Charger sin emisiones, como el Daytona R/T, con su potencia limitada a 496 CV. Aunque, en todos los casos, compartiendo la moderna plataforma STLA Large, reservada para los coches eléctricos grandes y de altas prestaciones en las diferentes marcas de Stellantis, tanto a ese lado del Atlántico como en Europa. Una plataforma STLA Large concebida para automoviles de batería, pero que, como sucede en la STLA Medium estrenada en el nuevo Peugeot 3008, es multienergía; y eso abre la posibilidad a montar sobre esa misma plataforma desde híbridos hasta motores de combustión más convencionales, como los que muchos amantes de los genuinos muscle cars siguen demandando en Norteamérica.

Esas versiones de combustión, con las que muchos ya no contaban pero que acaban de ser confirmadas, dispondrán de dos tipos de mecánica de gasolina, pero en ambos casos a partir del motor 3.0L Twin Turbo I-6 Hurricane de seis cilindros: en el Charger Sixpack H.O., con 550 CV de potencia, y en el Charger Sixpack S.O., con 420 CV.

Pero tanto los Charger Daytona, de propulsión eléctrca, como los Charger Sixpack, con motor de gasolina, se fabricarán en la planta canadiense de Windsor (Ontario). Y en cuanto al arranque de la producción, las versiones cupé de dos puertas de los modelos eléctricos Charger Daytona Scat Pack y Charger Daytona R/T comenzarán a salir de la cadena de montaje a mediados de este año, mientras que la producción de los modelos eléctricos Charger Daytona Scat Pack y R/T con carrocería de cuatro puertas arrancará en el primer trimestre de 2025. Por su parte, los Charger Sixpack H.O. de dos puertas y Charger Sixpack S.O. de cuatro puertas también tienen programado el inicio de la producción en el primer trimestre de 2025. Todos, por cierto disfrutarán ya de tracción a las cuatro ruedas, lo que supone una auténtica revolución dentro de una saga donde la propulsión siempre corrió a cargo de las ruedas traseras.

El primer 'muscle car' eléctrico

El nuevo Dodge Charger será, por tanto, el coche encargado de estrenar la plataforma STLA Large dentro del grupo Stellantis, y los modelos Charger Daytona, totalmente eléctricos y con tracción en las cuatro ruedas, disponen de un sistema de propulsión de 400 V que ofrecerá un rendimiento similar al de una versión con motor V8 sobrealimentado, pero sin emisiones a su paso, y con una respuesta de par instantánea. El sistema cuenta con un paquete de baterías con 100,5 kWh de capacidad y una tasa de descarga máxima de 550 kW, desarrollada así específicamente para optmizar la aceleración, al permitir que el motor utilice la mayor potencia que la batería pueda producir en el tiempo necesario para recorrer 400 metros desde parado. Además, los Charger eléctricos incorporan un motor delantero, que puede desconectarse para mejorar la eficiencia y la autonomía, y un motor trasero, dotado de un diferencial mecánico de deslizamiento limitado para aumentar la tracción y el rendimiento.

La estructura de las celdas de la batería es prismática, lo que revierte en una mayor estabilidad de funcionamiento y en un mejor rendimiento térmico a través de una carcasa rígida, lo que genera temperaturas más bajas de la batería durante una conducción de estilo deportivo. Además, la química de níquel cobalto y aluminio de la celda de la batería proporciona más potencia por gramo.

Por otro lado, el Charger Daytona R/T se comercializará con un kit de actualización que añade 40 caballos, para alcanzar los citados 496 CV, mientras que el Daytona Scat Pack se entrega con un kit que ofrece un aumento de 80 CV de fuerza adicionales, lo que lleva la potencia total a los antes mencionados 670 CV de fuerza. Asimismo, los Charger Daytona cuentan con un sistema de frenado regenerativo personalizable, que convierte la energía cinética del vehículo en electricidad durante la desaceleración. Los conductores pueden ajustar el nivel de frenado regenerativo entre 0,1 g y 0,3 g, utilizando las levas de cambio.

Además, los Charger Daytona incluyen un modo PowerShot que incrementa la potencia en 40 CV durante 15 segundos y permite elegir entre los modos Drag, Track, Drift y Donut. Las llantas, de 20 pulgadas, se combinan con neumáticos delanteros de medida 305 y traseros de talla 325; y en cuanto al chasis son también relevantes el equipo de frenos, que es el más grande jamás ofrecido en un coche de Dodge y cuenta con discos Brembo; la suspensión semiactiva de doble válvula, y funciones reservadas a las maniobras de aceleración y tendentes a rebajar los tiempos en cada arrancada.

Por su parte, los Charger Daytona eléctricos equipan un selector de modos de conducción para elegir durante la marcha entre los programas Auto, Eco, Sport, Wet/Snow y Track, a los que el Charger Daytona Scat Pack suma el modo Drag.

Y, como decíamos antes, el Charger Daytona Scat Pack también opta a los modos Donut y Drift. El primero, permite al vehículo girar solo las ruedas traseras y girar alrededor de cualquiera de las ruedas delanteras sin la intervención del sistema de control de tracción. En cuanto al modo Drift, que podríamos traducir como derrape, el conductor puede seleccionar tres niveles de ángulo de deslizamiento, pues determina el par que pasa al eje trasero. Los amortiguadores delanteros se vuelven entonces completamente suaves y los amortiguadores traseros se vuelven totalmente firmes, provocando el sobreviaje o derrapada del coche, mientras que el sistema de control de tracción permite, en esa situación, sustanciales diferencias de velocidad de giro de las ruedas.

De hecho, los Charger Daytona ofrecen al conductor la posibilidad de bloquear las ruedas delanteras, a base de eliminar el envío de par al eje delantero, mientras que los neumáticos traseros giran a coche parado para limpiar y calentar las gomas antes de una aceleración máxima.

Dodge espera que el Charger Daytona R/T homologue en Estados Unidos más de 317 millas de autonomía (509 kilómetros), mientras que el Charger Daytona Scat Pack, de mayor rendimiento, dispondrá de 260 millas (418 kilómetros) de alcance eléctrico. Ambas versiones se pueden recargar del 20% al 80% en poco más de 27 minutos cuando se utiliza un cargador rápido CCS de corriente continua, pues la capacidad de carga estimada es de aproximadamente 9,9 millas (15,9 kilómetros) por minuto para el Daytona R/T, y 8,1 millas (13 kilómetros) por minuto para el Daytona Scat Pack, empleando un cargador rápido de 350 kW.

Misma distancia entre ejes

El nuevo diseño del Charger ha priorizado el espacio interior y una anchura generosa, y tanto los cupés de dos puertas como las variantes de tipo sedán con cuatro puertas comparten distancia entre ejes común. Asimismo, el techo de vidrio de gran tamaño es opcional, mientras que un techo pintado de negro brillante viene de serie. Y Dodge ofrecerá a sus clientes la posibilidad de escoger entre ocho opciones exteriores para la pintura de carrocería.

En cuanto al interior, hay instrumentaciones digitales de 10,25 pulgadas o, en opción, de 16 pulgadas, con una pantalla central táctil de 12,3 pulgadas. Y, según sus diseñadores, el salpicadero rinde homenaje al del Dodge Charger de 1968. Y la nueva iluminación permite elegir entre 64 colores y tiene ajuste de intensidad, además de reaccionar a diferentes situaciones, como abrir la puerta o presionar el botón de encendido. El volante, con sus partes superior e inferior planas, tiene calefacción, monta levas de cambios para gestionar el frenado regenerativo y cuenta con un botón PowerShot, de acceso rápido.

Y en cuanto a funcionalidad, el nuevo Charger permite abatir los respaldos de la segunda fila, que quedan perfectamente enrasados y llevan en esa configuración el volumen de carga hasta los 1.090 litros, un 133% más que en el Charger precedente. Además, las versiones eléctricas Daytona cuentan también con un maletero delantero, o frunk, con 42 litros.