Aston Martin desvela un Vantage totalmente nuevo, con un V8 de 665 CV: 30% de mejora

Aunque la denominación Vantage nació allá por 1950 para designar un paquete de mejoras técnicas en el motor del DB2 de competición, y se empleó por vez primera en un coche de calle en 1964 para distinguir una versión de alto rendimiento del DB5, no fue hasta 1972 que Vantage empezó a funcionar casi de forma independiente, primero en el DBS Vantage y mas tarde, ya en 1992, en otra variante de altas prestaciones del Virage. Sin embargo, el primer modelo de Aston Martin bautizado, como tal, con el nombre Vantage llegó en 2005, y no fue relevado hasta 2018, cuando apareció una segunda generación llamada del mismo modo, y que se ha comercializado hasta hoy, convirtiéndose en el deportivo por excelencia de la firma de Gaydon.

Pero solo seis años después, poco tiempo para los ciclos de vida habituales en esa casa, la firma británica desvela la tercera generación del Vantage, que se anuncia como el modelo más rápido de la saga y que, estéticamente, se inspira con claridad en sus predecesores, lo que también ocurre en la parte técnica, pues este nuevo Aston Martin Vantage tiene tracción trasera y motor de gasolina delantero situado longitudinalmente. Es decir, sigue la tradición.

Un nuevo Vantage que llega tras el lanzamiento el año pasado de los innovadores DB12 Coupe y DB12 Volante, y que refuerza desde abajo la próxima generación de deportivos de Aston Martin, formada por deportivos de tipo gran turismo (GT), modelos SUV e hiperdeportivos de superlujo, al tiempo que se intensifica la actividad en competición, con ejemplos como el equipo de Fórmula 1 o el proyecto para conseguir la victoria absoluta en las 24 Horas de Le Mans de 2025 con el Valkyrie AMR que se inscribirá en el Mundial de Resistencia.

El nuevo modelo ahora desvelado está equipado con un motor de gasolina V8 biturbo 4.0 de fabricación artesanal que rinde una potencia máxima de 665 CV y un par máximo de 800 Nm, lo que supone, respectivamente, un aumento del 30% y el 15% frente al Vantage anterior. Eso se ha conseguido gracias a la adopción de perfiles de levas modificados, relaciones de compresión optimizadas, turbocompresores de mayor tamaño y un mayor caudal de refrigeración. Un renovado V8 que se asocia a una transmisión automática ZF de ocho velocidades, recalibrada y con desarrollos algo más cortos, que permite propulsar a este cupé biplaza hasta una velocidad máxima de 325 km/h, con una aceleración de cero a 100 km/h en solo 3,5 segundos.

Además, la arrancada desde parado se ha mejorado gracias al nuevo sistema Launch Control: cuando el conductor activa este sistema, el coche desarrolla tanto par como permitan las condiciones, empleando para ello el diferencial electrómnico E-Diff (puede pasar de cero a un bloqueo completo en 135 milésimas y es capaz de reaccionar en solo 60 milésimas si se necesita su intervención), el control de tracción del ESP y el control del par motor para mantener el deslizamiento de las ruedas dentro del rango óptimo a medida que se pone en movimiento. Además, el conductor puede introducir la cantidad exacta de deslizamiento que desea durante esa maniobra fulgurante, realizando cambios a través del sistema de control de tracción ajustable (ATC). De este modo, puede reducir o aumentar la cantidad de deslizamiento controlado de las ruedas traseras que permite el Launch Control, o incluso tener un control total sobre el pedal del acelerador, desactivando el control de tracción (TC) en el ATC. Humo de neumático garantizado.

El mayor rendimiento del motor se traduce en una superior generación térmica, lo que ha llevado a rediseñar por completo el sistema de refrigeración; y para garantizar la estabilidad de la temperatura del aire de admisión en todas las condiciones, se ha instalado un radiador adicional de baja temperatura en el circuito de agua del refrigerador de sobrealimentación, y se han añadido otros dos refrigeradores auxiliares al radiador principal para bajar aún más la temperatura del circuito. Como resultado, el volumen de aire fresco que llega a los radiadores se incrementa un 50%. Asimismo, el sistema de lubricación también se ha sometido a profundas mejoras, y el radiador del aceite del motor exterior tiene ahora el doble de superficie que el de su predecesor.

Aluminio y reparto de pesos 50/50

El nuevo Vantage adopta las técnicas de última generación de Aston Martin sobre aluminio adherido, y su estructura basada en ese ligero metal contribuye a una óptima distribución del peso entre ejes: 50% delante y 50% detrás. Como parte de ese nuevo diseño, se incluye un travesaño frontal que se ha desplazado hacia atrás para incrementar la rigidez del punto de anclaje de la suspensión delantera de dobles triángulos, mejorando así el tacto de la dirección, según los responsables de la marca. Y otra mejora es la instalación de un travesaño en el vano del motor, más rígido y ligero, que aumenta la rigidez torsional y la rigidez lateral entre las torretas de la suspensión delantera. Además, en la parte trasera se beneficia de un aumento del 29% de la rigidez en condiciones de carga en curva, gracias al refuerzo entre las torretas de la suspensión posterior.

También son nuevos, asimismo, los amortiguadores adaptativos inteligentes, que multiplican por cinco el ancho de banda de la distribución de la fuerza con respecto a los de la generación anterior. Combinados con el diferencial E-Diff y el estabilizador electrónico (ESP), los amortiguadores del Vantage permiten, con sólo pulsar un botón y girar un interruptor, una mejor adaptación a las cambiantes condiciones de la carretera y de la conducción, desde una retorcida carretera alpina hasta un circuito.

Y se ha prestado una atención muy especial, según la firma británica, al sistema de dirección asistida electrónica (EPAS) del Vantage, pues la columna de dirección transmite ahora los movimientos del volante de un modo más directo y preciso. Una dirección que cuenta con asistencia variable en función de la velocidad y requiere solo 2,27 vueltas de volante para llevar las ruedas delanteras de tope a tope. Por supuesto, la intensidad de la asistencia depende del modo de conducción elegido, reduciéndose gradualmente la ayuda al giro a medida que vamos eligiendo programas cada vez más cercanos al más deportivo: Track.

En cuanto a los neumáticos, que también colaboran a mejorar la respuesta de la dirección y el agarre del tren delantero, la marca ha apostado por unos Michelin Pilot Sport S 5 con código AML, es decir, fabricados específicamente para el Vantage. Con una medida de 275/35 R21 delante y 325/30 R21 detrás, incorporan un compuesto especial, y han sido perfeccionados por el equipo de dinámica de conducción de Aston Martin. Se combinan con llantas de aleación forjada de 21 pulgadas, también nuevas, y cuya estructura se ha diseñado utilizando herramientas informáticas de simulación para eliminar cada gramo de masa prescindible. No obstante, se ofrece una selección de tres diseños distintos, en una gama de diversos colores y acabados, incluido el bronce satinado que se empleó por primera vez en el DB12.

Y si nos internamos en las llantas del Vantage, encontramos un sistema de frenos compuesto, de serie, por discos delanteros de 400 milímetros y traseros de 360 mm, construídos en fundición de hierro y que están perforados para disipar el calor. El servofreno, además, se ha perfeccionado respecto al modelo anterior para que la respuesta cuando pisamos el pedal sea más inmediata pero también más progresiva. De manera opcional, se ofrecen discos cerámicos de carbono (CCB), que ofrecen un mayor rendimiento en la frenada y un menor desgaste del equipo a temperaturas de hasta 800 grados centígrados, ahorrando de paso 27 kilos en la masa no suspendida, en comparación con los frenos de serie.

El control de deslizamiento de frenos integrado (IBC) emplea un sistema ABS de última generación, no solo para optimizar las distancias de frenado, sino también para aplicar una vectorización en la frenada que mejore la entrada en curva. Del mismo modo, el control de tracción integrado (ITC) coordina el motor, los frenos y el E-Diff para proporcionar un control predictivo del deslizamiento que garantice una tracción óptima y la vectorización del deslizamiento de las ruedas, permitiendo la mejor motricidad posible al salir de las curvas acelerando.

Dinámica activa

Los esfuerzos de los ingenieros de Aston Martin en cuestión de comportamiento dinámico se centraron en lograr una mayor agilidad y una reacción de la dirección más precisa y directa, de manera que el conductor sintiese más confianza y consiguiera una mayor conexión con el coche. Y según los técnicos de la marca, orgullosos del resultado, "el Vantage recompensa la habilidad al volante, pero no depende de ella para ofrecer una experiencia emocionante".

Una de las claves es el sistema de control avanzado de la dinámica del vehículo, que obtiene información de diversos sensores que controlan al automóvil y al conductor, como el acelerómetro de seis ejes, el rendimiento del motor, el sistema de frenado y el E-Diff, generando un escenario detallado de lo que está haciendo exactamente el Vantage en cada momento para configurar la actuación del sistema ESP. Tomando esa información, y comparándola con los parámetros estimados y los modelos predefinidos del IVE (dinámica del vehículo integrada), el ESP puede controlar activamente los tres puntos clave de la dinámica del vehículo (conducción, maniobrabilidad y dirección) para optimizar la respuesta y el comportamiento, sea cual sea la situación o las condiciones meteorológicas.

Por ejemplo, el nuevo sistema emplea una unidad de medición inercial (IMU) que combina la supervisión del movimiento longitudinal (adelante y atrás), vertical (arriba y abajo), lateral (a izquierda o derecha), de inclinación (balanceo a un lado o al otro), cabeceo (hundimiento del frontal o de la zaga) y el ángulo de guiñada (rotación hacia la izquierda o la derecha). Al realizar un seguimiento simultáneo de los movimientos y la tasa de aceleración del automóvil en esos seis ejes, el grado y la velocidad de la intervención del ESP se prometen perfectos. Y aunque, obviamente, el ESP preserva su función relacionada con la seguridad, este innovador estabilizador electrónico del Vantage se ha modificado para maximizar el rendimiento, en lugar de limitarlo. Un ejemplo perfecto de ello es el control de tracción ajustable (ATC) estrenado por el nuevo modelo británico, que permite elegir entre tres modos de ESP: Wet (mojado), On (activación normal) y Track (circuito).

El ATC desactiva la función de control de guiñada del ESP para que no ofrezca asistencia cuando no se pisa el acelerador, pero manteniendo cierto nivel de control de la tracción; o, más concretamente, la cantidad exacta que seleccione el conductor por medio del mando giratorio del ATC. Una vez que se accede a él, el ATC se configura de forma predeterminada en la posición intermedia 5, pero el conductor puede reducir o aumentar gradualmente la cantidad permitida de deslizamiento de las ruedas. Del nivel 4 al 1, se contribuye a mantener el automóvil más estable cuando aceleramos. Serían los niveles apropiados para condiciones de pista complicadas, como firme húmedo o mojado, pero también para ayudar al conductor a ganar confianza progresivamente con el ESP cada vez menos activo, antes de seleccionar los ajustes de deslizamiento más altos, que corresponden a las posiciones entre 5 y 8.

Cuando se selecciona la posición 5 antes de salir a pista, el par motor se modula para controlar el deslizamiento en un nivel que permita dar una vuelta rápida limpia, admitiendo la realización de sobrevirajes (derrapadas del tren trasero) que el conductor pueda controlar por sí mismo. Los niveles del 6 al 8 sirven para que el conductor incremente más el deslizamiento de las ruedas con el control de guiñada desactivado, reduciendo así la estabilidad en la aceleración. Con todo ello, y refiriéndonos siempre a circuitos cerrados al tráfico, el usuario podrá desarrollar sus habilidades para conocer poco a poco el comportamiento del vehículo en situaciones de alto deslizamiento, antes que desactive el control de tracción (TC), un ajuste extremo que proporciona libertad total para controlar el automóvil solo con nuestra intervención sobre el acelerador y el volante.

Imagen nueva, pero inconfundible

Por si alguien quiere ir buscando hueco en su garaje, el nuevo Aston Martin Vantage mide 4.495 milímetros de largo por 2.045 de ancho (medición con los retrovisores plegados) y 1.275 de alto, y su distancia entre ejes es de 2.705 milímetros. Por tanto, la carrocería es 30 milímetros más ancha, pero en el resto de cotas no hay variaciones destacables. Y aunque la imagen recuerda con claridad a su antecesor, hay diferencias relevantes, pues la abertura de la parrilla frontal es un 38% más grande, incrementando por sí solo un 29% el flujo de aire para refrigerar la mecánica. Y se han dispuesto más entradas de aire en el paragolpes, a ambos lados de la parrilla. Por otro lado, el nuevo splitter delantero integrado mejora el efecto aerodinámico, porque da estabilidad a altas velocidades, al reducir la elevación de un morro que también estrena nuevo diseño en sus faros LED matriciales, con luces diurnas integradas y la nueva firma lumínica de Aston Martin.

Asimismo, el Vantage recupera los embellecedores laterales de Aston Martin, que ahora se asocian a las salidas de aire en cada aleta. Los pasos de rueda son más anchos, y los retrovisores sin marco y los tiradores de las puertas también nuevos, así como un paragolpes trasero más ancho, con salidas de aire y unos tubos de escape cuádruples de mayor diámetro. En cualquier caso, los propietarios del Vantage pueden personalizar ampliamente el aspecto del coche, con tres diseños de llantas y 21 colores de carrocería, que podemos combinar con distintas líneas, franjas o rellenos de color. Y se puede ir mucho más allá en esa tarea a través del programa Q de Aston Martin, que permite a cada cliente tener un vehículo completamente exclusivo.

En cuanto al interior, el Vantage recurre en su habitáculo de superlujo a materiales de máxima calidad, como el cuero cosido a mano de Bridge of Weir que tapiza los nuevos asientos deportivos de mayor sujeción, pero también adopta una tecnología de conectividad de vanguardia y ofrece un sistema de audio envolvente desarrollado por su socio de sonido, Bowers & Wilkins, si bien, de serie, ya incluye el sistema de sonido de 390 W y 11 altavoces de Aston Martin, con procesador QuantumLogic para conseguir un entorno acústico inmersivo.

Por otro lado, el Vantage es el segundo modelo que incluye el sistema de infoentretenimiento de última generación de Aston Martin, estrenado en el DB12, que se ha fabricado completamente a medida y se ha desarrollado en la marca, sin colaboración externa. Además, se ha complementado con una nueva aplicación de conectividad de Aston Martin que admite dispositivos iOS y Android, y permite la interacción y el control del cliente a través de su dispositivo móvil personal. Y en el centro del salpicadero encontramos la pantalla táctil Pure Black de 10,25 pulgadas, con control gestual unidactilar y multidactilar completamente capacitivo.

Asimismo, el sistema de navegación del Vantage incorpora conectividad en línea para una experiencia más rápida y útil, pues permite al conductor buscar fácilmente su restaurante favorito, leer las reseñas y seleccionarlo como destino. Asimismo, si le resulta más cómodo, puede elegir un destino en la app de Aston Martin y enviarlo a su Vantage antes de iniciar el trayecto. Y los nuevos mapas 3D proporcionan indicaciones más claras e intuitivas, con orientación de carril, superposiciones de tráfico en tiempo real. y la posibilidad de activar la vista por satélite. Además, y para garantizar una precisión milimétrica en cualquier parte del mundo, el sistema de navegación del Vantage y la nueva aplicación de conectividad de Aston Martin se han configurado para incluir entradas de destinos what3words, y el sistema también admite Android Auto y Apple CarPlay con conexión inalámbrica.

El nuevo Aston Martin Vantage pesa 1.605 kilos en seco (sin conductor, combustible o líquidos en el motor), tiene un depósito de combustible de 78 litros, homologa un consumo medio en ciclo WLTP de 12,1 l/100 km y presume de un maletero de 235 litros, o 346 si quitamos la bandeja superior y el separador de carga. Sobre precios, nada se ha confirmado todavía, pero pronto deberá conocerse su factura porque la producción arranca en el Reino Unido durante este primer trimestre y se ha previsto el inicio de las entregas a clientes para el segundo trimestre.