¿Por qué el Mitsubishi Eclipse Cross PHEV es un híbrido enchufable ideal para el invierno?

A decir verdad, no hay otra tecnología PHEV (plug-in hybrid electric vehicle) tan probada como la del Eclipse Cross, segundo modelo de este tipo en la gama Mitsubishi, ya que el nuevo SUV de la marca japonesa hereda este sistema del Outlander PHEV, que en su día se convirtió en el primer SUV dotado de una mecánica híbrida enchufable, y también en el más vendido durante seis años. Un periodo en el que Mitsubishi acumuló experiencia y fue evolucionando la tecnología, y también quedó patente la excelente fiabilidad del sistema, distinguido por su robustez. Era quizás lo que debería esperarse de un fabricante con tanta tradición en el mundo del todoterreno, acostumbrado a retos como el de la competición, que lleva al límite las condiciones de uso.

El Mitsubishi Eclipse Cross PHEV, además, introduce diversas mejoras en la mecánica para adecuarse a la exigente normativa contaminante Euro 6d. Y una novedad importante respecto al Outlander PHEV es el nuevo cable con conexión de tipo 2 (Mennekes) con función de bloqueo durante la carga, y que hace innecesario un cable adicional para realizar cargas en puntos públicos de recarga eléctrica. En una toma rápida de 22 kW, por ejemplo, bastan 25 minutos para que la batería alcance el 80% de su capacidad; y si empleamos una toma doméstica de 230V y 16A, el tiempo de recarga es de solo 4 horas hasta el 100% de capacidad.

En cuanto a la mecánica en sí, seguimos encontrando tres motores, de los que uno es de gasolina y dos son eléctricos. En concreto, en la parte delantera hay un 2.4 de gasolina que rinde 72 kW (98 CV), complementado por un motor eléctrico de 60 kW (82 CV), mientras que en la parte trasera va un segundo motor eléctrico, éste de 70 kW (95 CV) y encargado de garantizar la tracción en ese eje. Porque la tracción es total y permanente gracias al avanzado sistema S-AWC (Super All Wheel Control), optimizado mediante la función Twin Motor: los motores eléctricos transmiten de forma independiente el par motor a los ejes delantero y trasero, en función de las condiciones de conducción, algo que es clave para seguir disponiendo de tracción a las cuatro ruedas incluso al circular en modo eléctrico, y que algunos SUV híbridos enchufables que anuncian tracción total no permiten.

Además, podemos elegir entre los programas de conducción Normal y Eco, o entre Snow, Gravel y Tarmac, en función de las condiciones de la calzada. Y eso es clave de cara al invierno, con más lluvia que en el resto del año, posibilidad de nieve o heladas matinales... E incluso nos capacita para abandonar el asfalto y circular por caminos con mayor seguridad, y pudiendo acceder a lugares vetados para otros SUV comparables de mecánica PHEV, pues la mayoría disponen solo de tracción en un eje.

Los 188 CV de potencia combinada aseguran un buen nivel de prestaciones, pero a la vez se traducen en un consumo medio (ciclo WLTP) de 2,0 l/100 km, o en unas emisiones de 46 g/km de CO2. Eso se consigue gracias a la capacidad para circular en modo eléctrico durante largas distancias, pues el Eclipse Cross PHEV homologa una autonomía eléctrica media WLTP de 45 kilómetros, e incluso de 55 kilómetros en ciudad, lo que cubrirá las necesidades diarias de movilidad de muchos usuarios. Y si toca viajar por carretera, una vez agotada la batería principal, de 13,8 kWh, el SUV japonés pasa a funcionar como híbrido autorrecargable y a beneficiarse de funciones como la frenada regenerativa, siendo su autonomía total en ese caso superior a 600 kilómetros gracias al depósito de 43 litros de combustible.

Eso en lo que respecta a la parte más técnica. Pero entre los argumentos del Eclipse Cross figura también un diseño exterior totalmente renovado, que se traduce en un ligero incremento de la longitud hasta los 4,55 metros y en un maletero que ahora es más grande: 404 litros, ampliable a 1.153 si abatimos por completo la segunda fila de asientos. El SUV nipón es ahora claramente reconocible por su frontal con gran protagonismo para las luces diurnas y los intermitentes LED, situadas en la zona superior, mientras que los faros de carretera y antiniebla pasan a una posición más baja, en ambos extremos y rodeados por una moldura cromada. La parrilla también es nueva, con diseño 'nido de abeja', y la parte inferior del paragolpes se personaliza con un triple protector.

En la parte delantera son protagonistas las nuevas llantas, de 18 pulgadas, así como los emblemas 'Plug-in Hybrid EV' que recuerdan el tipo de mecánica ecológica que equipa el coche, mientras que en la zaga cambia prácticamente todo, pues el portón es ahora de una única luna para optimizar la visibilidad y las ópticas se disponen en una original forma de 'Y' tumbada. Y bajo el paragolpes, igual que ocurre en el frontal, la parte posterior se remata también con un triple protector.

En cuanto al interior, robustez y calidad de ajuste siguen siendo notas predominantes, pero se produce una clara evolución que eleva las cotas de refinamiento. A las lógicas modificaciones asociadas a la incorporación del sistema PHEV, como en la instrumentación o los mandos, se añade el nuevo sistema de infoentretenimiento SDA con pantalla de 8 pulgadas (20,3 centímetros), que también procura informaciones sobre el funcionamiento PHEV y es compatible con el navegador. La marca de los tres diamantes, asimismo, ha optimizado la gestión el climatizador, y para los usuarios que deseen personalizar el habitáculo se ofrece como opción de fábrica una nueva tapicería de piel en color gris claro.

Con Moves III, desde 28.000 euros

Mitsubishi, además, anuncia ahora unos precios de derribo, porque con todos los descuentos disponibles y acogiéndonos al Plan Moves III, la factura básica está en 28.000 euros, realmente atractiva para un SUV con tracción total permanente y tres motores combinados que suman 188 CV y, al permitirnos recorrer hasta 45 kilómetros de media en modo eléctrico (55 kilómetros en ciudad), recibe la etiqueta Cero de la DGT. La versión de acceso, denominada Motion 4WD, ya está muy bien equipada de serie, pues incluye climatizador automático bizona, llantas de aleación de 18 pulgadas, sistema de infoentretenimiento SDA, apertura sin llave, cámara de visión trasera, asientos delanteros calefactables y todo un arsenal de dispositivos de seguridad, destacando los siete airbags (entre ellos el de rodilla para el conductor), tracción total S-AWC, sistema de alerta de salida de carril LDW, detector de colisión frontal FCM con frenado automático y control de estabilidad y de tracción ASTC, entre otros.

Si buscamos un equipamiento aún más tecnológico y lujoso, por encima se sitúa el acabado Kaiteki 4WD, que a la dotación del Motion 4WD añade faros delanteros Full LED (luces de cruce, carretera y niebla), información proyectada Haed-up Display con sistema de reconocimiento de señales, tapicería mixta con asiento del condcutor regulable eléctricamente, aplicación Mitsubishi Remote Control, calefacción eléctrica y sensores de aparcamiento delanteros y traseros.

Y en la parte superior de la gama, con un equipo de serie en el que no falta de nada, aparece el Kaiteki+ 4WD, que a todo lo anterior suma tapicería de cuero con asiento del pasajero regulable eléctricamente, navegador integrado, techo panorámico eléctrico, cámara de visión 360 grados, volante calefactable, equipo de sonido premium, asientos traseros calefactables y dispositivos de asistencia de última generación como el control de crucero activo ACC, el detector de peligros en los ángulos muertos laterales BSW y el dispositivo RCTA, que detecta tráfico trasero transversal cercano y nos permite dar marcha atrás con seguridad al salir de espacios con poca visibilidad.